Carita De Ángel

CAPITULO 35

 

 

Anni vio marchar a si alfa detrás de aquel hombre horrible y se preocupó, quiso correr detrás también pero su cuñada la sostuvo impidiéndole seguir.

- ¿Estad loca? No vayas, es muy peligroso y tienes el niño en brazos.

- Ese hombre lo quiere matar…

- No lo hará Anni, mi hermano es fuerte y fue con sus hombres, nosotras debemos permanecer aquí en la manada.

- Vamos hija – dijo la madre de Daven – Nuestro deber es ayudar a las mujeres y niños que están aquí – les señalo a las mujeres con sus hijos que las acompañaron hasta ese lugar.

Resignada asintió y camino hasta ellas. Con ayuda de su familia calmo a las madres desesperadas mientras trataba de mantener la calma, hasta que horas después pudo tomar un suspiro.

Se alejó un poco con el pequeño en brazos para más tranquilidad y miro a todos lados dándose cuenta al fin que el padre de Daven no se encontraba en ningún lado. En ese momento si hijo empezó a llorar y lo meció para tranquilizarlo, pero el pequeño no se calmaba.

Su angustia crecía y se levantó y camino dando círculos, sintió la presencia de su mitad y miro a los bosques, este tenía expresión abatida, sus hombros caídos y ojos tristes, sin palabras podía saber lo que había ocurrido.

- No lo puedo creer – susurro para sí.

Daven asintió y con pasos lentos llego hasta ella, la abrazo escondiendo su cara en el cuello de ella y lo sintió aspirar su aroma, ella pudo sentir su tristeza, su dolor era compartido. Su pecho se oprimió y lloro con él.

- No puede ser, no lo puedo creer – dijo entre sollozos – No, no, no…

- Así fue mi amor, nos han arrebatado todo por lo que hemos luchado.

- No todo – lo separo y le mostro él bebe que cargaba.

Este miraba a su padre con ojitos tiernos y Daven no tardo en cargarlo forzando una sonrisa.

 

El aire se sentía denso y todos estaban tensos, cansados y tistes, pero ninguno falto a funeral, sus familias, aquellos grandes héroes que dieron su vida. La plaza estaba demasiado vacía si la comparaban con otros días.

- Tienes que decirles – lo animo Anni para que le dijera a su gente la masacre de las personas de la montaña – Deben saberlo.

- Me odiaran.

- No lo harán, ninguno podríamos odiarte después de todo lo que has hecho por nosotros.

- No creo que deba.

- Le debemos una explicación Daven, estaré a tu lado – Lo agarro de la mano para darle apoyo.

Daven lo pensó por unos segundos y después suspiro, miro a su alrededor y después a su mujer, asintió forzando una sonrisa.

Dio comienzo al funeral y antes de terminar de despedirlos soltó toda esa información. Anni pudo ver la sorpresa de muchos y la decepción de unos pocos, pero nadie estuvo en su contra. Explico todo desde su punto de vista y también desde el punto de vista de todas aquellas personas que yo estaban para contarlo por ellas mismas.

Cuando todo acabo solo se sentaron a descansar ya que sus casas estaban destrozadas o quemadas. Daven sintiéndose culpable de todo se alejó y empezó a mover las tablas para dar espacio.

En la casa más cercana, se puso a quitar toda la madera quemada y dejando que se pudiera entrar al interior, todos lo veían trabajar hasta que se decidieron por ayudar, mujeres y niños, se acercaron a él y le pedían que lo dejaran ayudarlos.

Anni lo vio responderle afirmativo serenamente, pero como su mitad pudo sentir la alegría al saber que no lo rechazaban después de decirles toda la verdad, todo eso la tenía agotada y la cosa que en ningún momento soto a su pequeño que ahora dormía tiernamente en sus brazos.

Su suegra llego y le tendió los brazos para cargar ella al pequeño mientras la escuchaba decir algo como “ve a descansar”

Se levantó despacio pero después de estar toda de pie su visión de nublo y todo se volvió negro. Daven que estaba del otro lado sintió que algo estaba mal y cuando volteo a verla corrió para no dejarla caer, pero la distancia era mucha y su madre no podía hacer nada por ella.

Llego hasta donde estaba y la cargo en brazos con instrucciones de su madre de que dirección tomar, todo lo miraban, pero trato de ignorarlos.

Detrás de unas casas donde no había mucha destrucción se encontraban colchones reunidos todos juntos como en una especie de cama gigante donde los niños dormían y algunos heridos también, su hermana los vio acercarse y se asustó, desocupo un espacio para que la acostaran y eso hicieron.

Daven no se separó de ella hasta que supo que todo estaría bien, e regreso al trabajo y siguió. Un día termino y otro comenzó, pero en ningún momento descanso. Nadie pudo hacerlo muy bien.




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