Carpe Diem

*19*

Camila 

 

 

Al despertar, Camila no necesitó más de un segundo para saber que Ryan no estaba junto a ella en la cama. Gracias a las grandes proporciones de su apartamento no necesitó mucho más para saber que el resto de la casa también estaba vacío.

No le sorprendía, pero...

¡Mierda! Sí que le sorprendía porque Ryan no lucía de los que se acostaban contigo y luego salía huyendo en medio de la madrugada, era más bien de aquellos de los que amaneces abrazada y nunca más parecen querer soltarte; aquellos hombres con los que era necesario mudarse, cambiar todos los números telefónicos y poner orden de alejamiento para apartarlos de ti.

Y evidentemente se había equivocado. Una vez más.

Claro que eso tampoco era lo que más le molestaba, pero si era sincera, le incomodaba que Ryan Ross se hubiera marchado sin siquiera despedirse a las... 10:00 A.M.

Se giró en la cama y pensó en la noche anterior. Se había abierto a Ryan de una forma en la que nunca lo había hecho con nadie y, mirando hacia atrás, no era muy probable que un hombre como él, con una vida perfecta y aparentemente organizada quisiera verse involucrado a largo plazo con alguien como ella. Eso lo entendía, peor aún, lo esperaba y, de todos modos, se sentía decepcionada.

¡En fin! Era muy temprano para compadecerse de sí misma. Tenía muchísimas cosas que hacer, entre ellas hacer la compra, o por lo menos intentarlo, tomando en cuenta la cantidad de dinero de la que disponía. Tal vez pudiera intentar pedir un aumento, y rogar para que no la echaran sin dejarla terminar de hablar.

Cuando se levantó de la cama, Camila casi se cae de bruces. Su habitación, que hacía algunas horas había parecido más un mercado cualquiera, ahora estaba totalmente limpia; la ropa perfectamente ubicada en el armario, los cajones y el cesto de la ropa sucia. Caminó lentamente hacia la sala y allí, el mismo cambio había sido efectuado; los muebles estaban colocados de forma que parecía que alguna decoradora famosa había pasado por ahí además parecían tener otro color, las ventanas relucían y el piso parecía otro.

En la cocina fue donde Camila se llevó la mayor sorpresa. Todo estaba reluciente, no recordaba la última vez que todos sus platos habían estado limpios al mismo tiempo. Se sentía como si hubiera viajado en el tiempo a una época en la que otra persona vivía allí.

Luego, la realidad fue lanzada a su cara como un balde de agua helada.

El tipo con el que se había acostado había desaparecido de su casa sin dejar rastro después de llamar cantando a todos sus animales amigos y limpiar como Cenicienta. ¡Ryan había limpiado su casa!

Era horrible. ¡Era mucho peor que horrible! Era espantoso. Y vergonzoso, por supuesto.

Aun envuelta en las sábanas se sentó en su renovado sofá y fijó los ojos en ningún lugar en particular. Decidida a mirar las cosas con optimismo, tomó los acontecimientos como la persona adulta y madura que era. Acababa de pasar una noche interesante, disfrutó de una compañía formidable, había tenido buen sexo y ahora, su casa estaba tan reluciente como una copita de cristal, pensó con ironía. ¡Hurra!

Se encontraba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera notó que alguien intentaba abrir la puerta. Cuando fue consciente de ello, sus ojos se encontraron de frente con los de Ryan.

Camila no tenía idea de a qué hora había despertado la cenicienta, porque evidentemente, tras hacer el aseo, había ido a su casa y se había cambiado de ropa por alguna razón que ella no podía entender. Ryan le sonrió y le dejó ver las bolsas que traía en las manos.

—No esperaba que despertaras tan temprano —Le saludó—. Fui por algo de comer.

Camila asintió. Desde luego se le ocurrieron un montón de cosas, pero todas se trabajaron entre su cerebro y sus labios y lo único que podía pensar era ¿Por qué había vuelto?
No era estúpida, Ryan se había marchado hacía un rato, por alguna razón fue a su casa y, después de todo eso, ¿solo había decidido volver con comida?

Al parecer, Ryan Ross si era de los hombres de los que despiertas abrazada, solo que ella no había despertado a tiempo.

 



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En el texto hay: humor, chica ruda

Editado: 16.01.2022

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