Carta de un alma

Segunda Parte

Levante mi cámara y tome una foto, eso me desequilibro un poco, estaba aterrada y no sabia porque estaba haciendo eso por un desconocido. El noto mi desequilibrio y me sujeto del brazo.

– ¿Por qué haces esto? No me conoces...

– Lo siento, pero no será en mi guardia, ahora por favor podrías ayudarme a bajar, estoy sintiendo náuseas y mucho vértigo –exagere un bamboleo, aunque si me sentía muy mal.

El se aparto del borde aun con su mano en mi brazo, al parecer me miraba mas mal de lo que creí por lo que me cargo en brazos. Nos apartamos de la orilla ya muy lejos, acerque mi mano a mi bolso y saque una barra de chocolate.

– Mi familia es budista –dije así de la nada desenvolviendo el chocolate.

– ¿Y eso conmigo que?

– Pues que estoy limpiando mi karma por unos 5 años –sonríe satisfecha–. ¿Estabas listo para irte? Yo no, quiero terminar esta vida, reflexionar sobre mis otras vidas y renacer en otra y aprender más, quiero terminar mi ciclo y ascender al Nirvana

El chico no decía nada me miraba como si estuviera loca. Soy algo excéntrica, no lo niego, pero loca no. La puerta de la azotea se abrió y era un guardo, nos reprendió por estar aquí nos lleva a la escalera, me acerque al guarda y le pedí que pusiera llave a la puerta.

Realmente nadie esta listo para morir, en mi cultura la muerte no es algo definitivo, nuestra alma renace por trece vidas más y es como le dije al chico, debemos aprender y vivir. Cada fin es un nuevo comienzo y este nuevo comienzo da miedo, pero el cambio siempre es bueno. Le témenos a la muerte por que no sabemos que hay después.

Para mí lo que viene es el renacimiento, nuevas experiencias, limpias tu karma, el karma es todo aquello no aprendiste de tu vida pasada, con Sebastián no sé cual seria su karma, tal vez debía dejarse ayudar, eso debía aprender, aprender a quererse después de darlo todo. Y la verdad dejarse ayudar es una de las cosas más difíciles que hay, dejarse amar con todos los defectos, nunca es fácil mostrarse sin murallas. 

Los años pasaron y me quede con él, me quede con Sebastián hasta sus 80 años, hasta su ultimo aliento, en la cama, junto a él. Mi momento llego dos años después, viví plenamente, una familia y un esposo.

El destino me llevo a él ese día, debía estar ahí, mi karma era hacerlo llegar a la meta, ahora comprendo que él estaba tan cansado, su última vida no fue fácil, debía estar con él, ayudarlo a que no repitiera la misma vida que tanto daño le causo, ahora el transcendió y yo seguiré renaciendo, aprendiendo.

Aquí en este lugar, el Hogar de las Almas donde están todas las almas: jóvenes, viejas, nuevas, buenas y malas. Solo están en el periodo de espera, donde juzgas tus aprendizajes y donde te asignan una vida. Aquí mientras esperas ves muchas almas de personas que conoces de muchas vidas, presencias como las almas mas malas son condenadas a rencarnar en rocas o animales, incluso insectos. Aunque la rencarnación mas dura es la de ser una roca, es una larga sentencia de cien años, pasado el tiempo vuelves al Hogar de las Almas y reflexionas de tu actuar, esta experiencia por más cruel y monótona enriquece el alma, solo debemos aprender a transmutar el dolor, sacarle ventaja a cada experiencia de las vidas.

Mi nueva vida comienza ya. Espero que tu le saques provecho a la tuya, comiences a vivir a pesar que ya tengas algunos años ya, nunca es tarde para comenzar a vivir y ser bondadoso con los demás.

Con amor un alma renaciente.  



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En el texto hay: amor, reencarnación, budismo

Editado: 08.11.2023

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