Querida Mía:
Escribo esta carta con el propósito de agradecerte todo lo que has hecho por mi durante toda mi vida, agradezco la paciencia, el cariño y el amor que me demostraste desde que eras tan solo una pequeña niña, la cual disfrutaba de la vida como si fuera su último día. Me gustaría decir que aún falta mucho tiempo para que me reúna con tu madre pero ambos sabemos que eso llegará muy pronto, así que lo único que me queda por hacer es darte las gracias.
Gracias por cada una de tus cartas, gracias por convertirte en enfermera, gracias por luchar por tus sueños, gracias por compartir estos últimos años con tu familia pero sobre todo gracias por ser mi hija. Pues a pesar de todas las diferencias que hemos tenido durante nuestras vidas, eres y siempre serás mi razón para vivir, se que nunca lo digo pero no lo dudes ni un segundo, pues te amo mas que a mi mismo.
Me llevo muchas cosas conmigo, cosas que algún día te contaré, en aquel largo día en el cual nos reunamos nuevamente, por ahora me queda por decirte que sigas luchando por todos tus sueños, esfuérzate por cumplir aquellas metas, ama a tu familia pero sobre todo nunca dejes de sonreír a la vida, pues ha llegado el momento en que la felicidad rodee toda tu vida por completo.
Eres una gran persona, lo eres a pesar de que a veces diga lo contrario. Todos estamos sumamente orgulloso de los triunfos que has logrado por ti misma, como este libro que sostengo en mis manos, aquel que lograste terminar con tanto esfuerzo, amor y dedicación, pues eso es lo que rodea a un verdadero escritor, uno que ama cada palabra, cada párrafo, cada texto y cada personaje creado por él, ese es un verdadero escritor y sin duda tu eres una de ellas.
Los últimos dos años junto a ti fueron los mejores de mi vida, pues llegaste en el momento justo con lo que mas necesitaba que era amor, aquel amor infinito que tu madre me demostraba día con día hasta el día de su muerte, aquel amor que me has brindado desde aquel día en el que apareciste frente a mi puerta con un pequeño girasol entre tus manos y dos pequeños niños de ojos verdes quienes me miraba con atención, ese fue el momento donde mi corazón volvió a bombear y las cargas que sostenían pudieron salir fuera de aquel corazón que no resistía mas de su presencia, aquel que pedía por una salvación y después de mucho tiempo ella llego justo a el.
Sigue siendo la persona que eres ahora, ama a tus hijos mas que a ti mismo deja que aprenda por si solos pero nunca dejes que vayan por mal camino, sigue escribiendo, sigue haciendo esto que tanto te gusta, si, justo lo que yo estoy haciendo justo ahora.
Se que cualquiera que estuviera en mi lugar ahora, estaría arreglando su testamento y despidiéndose de sus hijos pero yo no soy como lo demás, porque no me importa nada de las cosas materiales que dejo aquí, sé que sabrás que hacer con ellas y en segundo no me gustan las despedidas, pues esta no lo es aunque así parezca, esta carta es un hasta pronto.
Con amor: Papá
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Editado: 04.11.2020