24 de diciembre de 2013
Frank:
¡ODIO LAS REUNIONES FAMILIARES!
¡Si toda la noche no se la hubieran pasado preguntándome cómo estás y por qué no has asistido a la fiesta de este año, todo hubiese sido diferente! No faltó algún primo o tío que me preguntara cómo estás y cómo te va en la temporada de este año. Realmente frustrante.
Es como si hubieses estado ahí en la fiesta, frente a mí o perdido entre tantas personas. ¿Cómo pretenden que logre olvidarte si cada 5 minutos te mencionan? Me la ponen difícil. Llegue a pensar en pedir silencio a todo mundo y gritar: "¡YA NO ESTOY CON EL! ¿Comprenden? ¡Así que dejen de preguntar!". Creo que me hubiera ahorrado varios gestos de mala gana que les regalé a mis primos cada que decían: "Oye ¿dónde has dejado a Frank?, ¿por qué no ha venido este año a la fiesta?".
También me hubiera evitado que mi madre me diera un codazo a la hora de la cena cuando Tío Frederick mencionó que te vio hace unos días fuera del Mall a lo cual respondí : "Pues no era conmigo, ¿Cierto? No me interesa". ¡CUANDO LA VERDAD ES QUE SÍ ME INTERESA! , de seguro ibas tomado de la mano de ella.
Mierda, odio esta situación. Creo que no tienes idea de lo desesperante que es que cada 5 minutos alguien pregunte por ti. La verdad es que me molesta mucho y más cuando los recuerdos golpean una y otra vez. El recuerdo de verte de pie en medio de la cancha sin hacer nada el día que recibí el golpe con el balón, hace que quiera golpear algo hasta romperlo o gritar hasta quedarme sin voz.
Después de terminar con aquel incomodo momento, desvié la mirada de mi tío y permanecí callada durante toda la cena. Creo que me pasé esta vez, ya no debo seguir así, no quiero dañar a nadie.
Sé que mañana será un gran día y me encargaré de eso, sé que será así ya que ¡es navidad!
Carta 9
Liz.