Ella no era tan pequeña para verse tierna delante de él,
tampoco era tan alta para llegar a sus labios,
pero tenía la estatura perfecta para llegar a su corazón,
y eso ningún otro cuerpo lo podrá reemplazar,
sólo ella,
y nada más que ella,
podrá describir lo que se sentía estar envuelta en sus brazos de pie,
escuchando la melodía de sus latidos
y el ritmo de su respiración,
mientras que en un suave movimiento hacia todos lados,
él inclinaba su rostro y le susurraba un "Te amo".
Y a pesar de que ella ya no se encuentre en sus brazos,
se siente feliz de saber,
que aunque ahora él acaricia otros labios,
sólo ella sabrá lo que se siente escuchar
las palabras de su corazón.