Cartas a un amor perdido
ⅩⅩⅢ. Para que me recuerdes.
Sé que el para siempre no existe en tu vocabulario
y menos conmigo,
pero ojalá que cuando me mires,
entiendas que quiero que te quedes un poquito más.
Sé que en tu vida tienes otros objetivos,
pero deseo que tu corazón esté siempre cerca del mío,
y aprendamos a amarnos como nadie ha amado igual.
Ojalá que cuando nuestros labios se encuentren,
sientas el amor que te tengo y lo tengas bien presente,
porque aunque pase la vida no dejaré de amarte, y aunque te apartes, nunca de mí te irás.
Sé que no soy una poetisa,
de esas que erizan la piel,
sólo soy un ser humano,
un ser enamorado,
que quiere estar contigo,
aún después de anochecer.
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Editado: 08.03.2020
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