Salía de allí en un estado lamentable y de shock, cubierto de la sangre de ellos, de…
Abrí con lentitud los ojos y pude visualizar a un hombre mirándome fijamente.
-¿Quién es usted? ¿Y qué hace en mi habitación?
-Aquí las preguntas las hago yo, usted prefirió que viniera yo pues aquí me tiene señor Willars.
-Dígame Fred, detesto que me llamen por mi apellido.
-Pues acostúmbrese y vaya a hacer sus necesidades lo espero en la sala de interrogatorio.
Irritante, esa sería la palabra correcta para describir a ese hombre.
-Supongo que ya sabe que la detective Stone no está aquí por su culpa.
-Quiero que vuelva.
-Pues coopere.
-¿Qué quiere saber?
-¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿por qué?, ¿quién?, ¿qué?, todo
-Muchas preguntas
-Que tienen una respuesta, hable.
-Bien empecemos por la mitad del Todo.
Como: Pues fue un incendio.
¿Cuándo?: Pues obviamente ustedes trataron de salvar a esas personas divagantes en la vida ese día, ustedes saben que día fue.
¿Por qué?: esa pregunta y él quien se la responderé a Stone así que no tengo nada más que decir.
-La detective Stone no volverá a hablar con usted señor Willars.
-Pues nunca sabrán ni el ¿por qué?, ni los ¿Quiénes?
-No complaceré sus absurdos caprichos y mucho menos le voy a permitir lastimar a Ana.
-Ahora entiendo.
-¿De qué demonios habla ahora?
-A usted le gusta la detective.
-No vine a esto señor Willars.
-Yo no vine para perder el tiempo John.
-¿Disculpe?
-¿Usted también es sordo?
-¿Eh? No, no soy sordo.
-Pues no será sordo, pero es gago.
-Déjese de idioteces ¿Cómo sabe usted como me llamo? No recuerdo haberle dicho mi nombre.
-Yo lo sé todo John Cáceres, creo que la sesión termino y no hasta mañana, la sesión ha terminado hasta que Ana Stone vuelva.
Escuche como el gorilote me gritaba que me dejara de tonterías y volviera, pero seguí a paso firme hasta llegar a mi habitación en donde para mi sorpresa estaba...
-Detective Ana.
-Fred ¿Qué hace aquí? Se suponía que estaba en el interrogatorio y deje de tutearme.
-Sí, pero me fui, sabe que esculcar cosas ajenas es un delito ¿no?
-No si soy policía y tengo una orden.
-Como quiera.
-Algo tiene que tener escondido Fred.
-Mmmm ¿Qué cree?
-Que como todo demente guarda algo.
-Está en lo correcto detective.
-¿Y que es ese algo Fred?
-Son mis tesoros.
-¿Dónde están?
-Aquí no, no pondría mis valiosos tesoros en un lugar tan putrefacto.
-Entonces, ¿están en su casa?
-No.
-¿Y donde rayos están?
-Usted es la detective, averígüelo, ah y creo que ya debe irse la sesión término hasta mañana agente.