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— Recuerda enviarme mensajes que voy a estar todo el día trabajando —asiento mientras ella recoge su cartera y las llaves para ir a su trabajo como enfermera. —cuídate, y Laura te va a llevar e ir a buscar. — yo asiento, ella besa mi mejilla y por fin se va.

Jesús falta que me pida no incendiar la casa, bueno eso me lo dijo una vez pero ahora no es el caso.

Aparte el teatro no queda tan lejos de acá, solo a 30 minutos caminando.

Como todavía falta, son las once de la mañana y el concierto es a las diez de la noche, busco el vaso donde mi mamá guarda dinero para ir a comprar pan para unas tostadas.

Antes de salir me coloco en la cabeza una vicera, ya que hace mucho calor.

Algo extraño pasa cuando salgo del Supermercado.

De repente ciento un golpe y un segundo después me encuentro tirada en el piso con la bolsa de pan fuertemente agarrada a mi mano, antes de perder la comida prefiero perderme yo.

Alzó la vista para ver qué idiota me tiró y esa fue la mejor decisión que hice en mis cortos 18 años. Porque frente a mí se encontraba el protagonista de mis sueños mojados:

Justin Timberlake.

Oh por dios, que nadie se atreva a pellizcarme.