El me ayudó a pararme porque yo, sinceramente, perdí toda capacidad pensante. Mi cerebro se quedó en estado de coma inducida por tanta sensualidad en una sola persona.
Veo como mueve la boca, jodidos dioses que alguien bendiga esos labios.
— ¿Me oyes? —su voz tan perfecta me hace salir de un hechizo para inducirme a otro, el de sus cuerdas vocales.
— Yo...em...si si —asiento y él me mira frustrado, yo también lo estaría si estoy frente a alguien que no puede decir algo coherente.
Pero no pueden culparme.
—Necesito ayuda, esta siguiéndome un grupo de fans y no conozco esta parte de la ciudad. —cómo no le contesto, porque ni siquiera captó lo que me trata de decir, agarra mi mano y corre llevándome con él.
Y prometo que nunca más en la vida voy a lavarme la mano que está tocando su perfecto ser.
Cuando mi cerebro sale del coma sensual lentamente, me doy cuenta que estamos yendo en dirección a mi casa así que, en un ataque de gorda/secuestradora/fan, cuando pasamos frente a mi casa lo hago parar y me dirijo rápidamente a la puerta para abrirla.
Estoy por dejar pasar a Justin a mi casa y se me ocurren muchas cosas, pocas de ella sanas, para pasar el tiempo con mi ídolo.
Editado: 27.07.2018