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— No puedo. Laura, la amiga de mi mamá, me va a pasar a buscar y dejar en el concierto.

Él se queda pensando unos segundos y luego sonríe.

—Ten, es un pase vip para verme tras bambalinas, serás la única que esté ahí. — tomo el pase de su mano y lo sostengo como si fuera oro, para mí eso era lo más preciado.

—Gracias.

— A ti, por salvarme —me guiña un ojo y casi me desmayo — nos vemos.

..

—Avísame cuando estés por salir así te espero en la puerta —asiento por enésima vez a lo que me dice.

Bajo del auto con nervios y mientras hago la fila, que por suerte no es mucha ya que la mayoría entro, noto que mis manos tiemblan de emoción.

Cuando es mi turno, muestro mi pase y otro señor me hace señas para que lo siga.

Paso por lugares llenos de cables hasta que lo veo. El levanta la vista y me sonríe. Se acerca a mí mientras se acomoda el micrófono.

—Después del concierto me tengo que ir a tomar un avión a Miami —me avisa cómo si no lo supiera y por mi cara seguro se dio cuenta. —Cierto que eres mi más grande fan—dice haciendo mención a mis cartas. — espero recibir más cartas tuyas Kiara.

—gracias por el pasaporte. —es lo único que le digo.

—de nada, ¿Algo que quieras? —se acerca un poco más a mí.

Un beso, grito mi subconsciente.

Le estoy por contestar que no quiero nada, cuando siento sus labios sobre los míos.

¡Santos jodidos!, ¡Por toda la Nutella del mundo!, ¡Esto es lo mejor de mi vida!

— Ahí está tu beso — carajo, lo había dicho en voz alta. —adiós Kiara.

— Adiós — es lo último que digo antes de que él me sonría por última vez y salga a dar su concierto.