La inmundicia se adueñaba del único rincón que conocía como mi hogar, estaba desesperado, no reconocía ninguno de los rostros que me miraban con desdén a diario, al pasar por entre las calles de la ciudad. Los malos olores se inhalaban fácilmente. ¡¿A caso nadie tiende una mano a los desvalidos?! ¿En qué se ha convertido la humanidad? Solo en una masa conjunta de traición, muerte, avaricia, egoísmo, crueldad, dolor, enfermedad y lujuria. Todos me miraban con repugnancia y algunos otros se reían de mí, como si fuese algo de lo que deberían divertirse.
Poco a poco me adapte al sucio entorno pero, mi cuerpo me exigía demasiado, se mantuvo quieto un largo rato y en un instante, enfurecido, se alzó contra mi. El hambre me obligaba a entrar a una pequeña tienda de la calle más solitaria de la ciudad para robar una hogaza de pan que por la mañana cayo sin culpas hacia en cesto de basura en el establecimiento. Corrí tanto como pude y entré al lugar, el bullicio permitió que pasara inadvertido, caminé cuidadosamente hasta el cesto de basura y al sacar la hogaza sentí un fuerte apretón en mi brazo izquierdo que me sacó de la tienda. Se trataba del dueño, quien molesto me gritaba "Ladrón", las autoridades me aprendieron justo afuera de la tienda y me llevaron a una celda. Tuve miedo al principio pero al levantar la mirada me encontré con unos luminosos ojos azules que me observaban desde el rincón.
-¡Cual es su nombre, señor?- Pregunto la mujer con curiosidad
-James, mi nombre es James, señorita- Desconfiado mire de reojo a aquella joven que poco a poco se acercó a mí.
- Y dígame, señor ¿Qué esta haciendo usted aquí?-Permaneció a unos cuantos pasos de mi, parecía distraída e inocente, había algo en su voz que me producía tranquilidad. Era la primera vez que alguien no me miro como una amenaza. La primera vez que alguien no sintió lastima por mi
-Y-yo, trate de robar una hogaza de la basura. Sentí vergüenza, no quería incomodarla.
-Si estaba en la basura, a eso no se le puede llamar "robar"- Sus palabras hicieron que me volviera hacia ella para mirarla con sorpresa, no comprendía que una mente tan madura y con tan buen juicio crítico fuera motor de ese pequeño cuerpo de 16, o tal vez, 17 años.
Las autoridades llegaron a la celda y me llevaron a un lugar diferente, al principio estaba perdido, no parecía una cárcel, creí que era un lugar para exiliar los peores criminales en la ciudad, pensé que estaba viviendo lo que parecían ser mis últimos momentos de vida.
Al entrar, todo estaba impecable, las paredes no tenían suciedad, por los pasillos se veían personas de blanco acompañadas por enfermeros y médicos, quienes los estaban cuidando.
—¡¿Qué estoy haciendo aquí?! ¡No pueden encerrarme, la chica me lo dijo, no es un crimen robar una hogaza de pan que estaba en la basura!.
—Señor James, una voz firme se escuchó al final de aquel largo pasillo. Se trataba del psiquiatra en jefe del hospital, el Doctor Joseph J. Thomas, uno de los psiquiatras más experimentados de la época. —No se trata de ningún error y le informo que no hay cargo alguno por tal acción por parte suya. En efecto, no se trató de ningún crimen, para entender mejor la situación, permítame presentarme, Doc. Joseph Thomas, especialista en desordenes mentales y también director de este sanatorio. Estaré personalmente a cargo de sus cuidados, su caso me resulta interesante y quisiera ayudarlo para que progrese de la mejor manera.
—Creo que sí hay un error aquí, yo no estoy loco, no necesito su ayuda ni la de ningún otro médico de este lugar, yo sólo quiero irme a mi casa.
—Piénselo bien señor James, no estoy diciendo que usted este "loco", sólo queremos ayudar con su salud mental, es importante para usted. En cuanto a su casa, le informo que usted vivía en las calles antes de llegar aquí. Estando con nosotros, no tiene de qué preocuparse, ya no pasará hambre y va a tener un techo.
Me mantuvo unos segundos en silencio y después accedí con voz temblorosa y ronca. Fui escoltado a la que a partir de entonces sería mi habitación en el tercer piso, una enfermera le ayudó a instalarse en su habitación y también se le otorgo suficiente comida para mantenerse estable.
Llegó la hora de dormir y cerraron las habitaciones. No pude dormir esa noche, sólo pensaba en lo que el médico me había dicho, ¿Estoy realmente sólo aquí?, tal vez no, tal vez tengo una familia preocupada por mí, alguien a quien le importo y está buscándome. Tengo que encontrarlos. Pero, que tal si realmente no tengo a nadie, sería demasiado lamentable entonces mi vida, una miserable vida de soledad y tristeza. Que desdicha tan grande.
—Una verdadera desdicha pero, no deberías de ver la vida de esa manera, hay muchas opciones, no sabes si realmente tienes una familia...(Una voz femenina interrumpió al hombre, quien de sorpresa se sobresaltó cubriéndose el rostro con las sábanas).
—No te preocupes, no tienes que asustarte. ¿Ya no me recuerdas?
—¡¿Tú?! Eres la chica con la que platiqué hoy. (James estaba tan sorprendido pero emocionado al mismo tiempo, estaba feliz de volver a verla).
—Claro que sí. ¿Creíste que te dejaría solo en esto?, en realidad no fue fácil entrar con todos esos guardias y médicos vigilando la puerta pero, aquí estoy de nuevo. (Lanzó una divertida e inocente risita y miró fijamente a James).
En ese momento me sentí aliviado, parecía menos pesada la estancia en ese sanatorio, agradecía que fuera ella quien decidió estar cerca de mí. Había algo en esa jovencita que me daba seguridad, me recordó a un niño quien sus padres murieron en un incendio cuando él era pequeño, poco después adoptado por una familia que lo amó como suyo. Es muy extraño, no sé de dónde vienen esos recuerdos, ni siquiera identifico con exactitud a ese niño, supongo que se trata de algo momentáneo, más tarde tal vez lo recuerde.
—Señor, ¿usted que está haciendo aquí, exactamente? ¿Su mente no funciona y necesita que se la reparen? (Los ojos brillantes de la chica miraron con expectativa a James, sabia que necesitaba ayuda con su mente pero, no estaba seguro si decirle a la chica, podría asustarla tanto desorden, o tal vez a penas comprendería de qué se trata.
Editado: 03.01.2022