Llega la noche acompañada de la lluvia, no hay luna y hace frío.
Vamos a la cama con una taza de chocolate, nuestros cuerpos se entrelazan en un abrazo, empezamos a despojarnos de la ropa, tus manos en mi abdomen, mi respiración agitada y el deseo en nuestros ojos.
Los besos pasan de la ternura a la pasión y la temperatura corporal aumenta, sus caricias me excitan y me llevan a postrarme a sus pies.
mientas sobre él y automáticamente somos uno entra en mí acompañado de un gemido de placer, soy como una amazona en medio de una competencia, aferrándome a su pecho clavo mis uñas mientras su cabeza intenta clavarse en la almohada.
Sentir como entra y sale de mi cavidad es delicioso sentir su respiración agitada, su hambre de mi me estremese, despierta sensaciones con sus manos y me entrego a él a su amor, a su deseo de poseerme.
"Es mi turno, ven acá" dice mientras me acuesta sobre la cama y se pone de pie frente a mí disfrutamos de la vista y lentamente él coloca mis piernas en su cuello, le ruego que me tome, que me haga suya, él me mira y sonríe mientras entra gimo de placer, entra profundamente soy suya me entrego a él.
Me enviste lentamente y luego rápido mis manos se aferran a la sábana, las suyas a mi cadera, a mis piernas, llenamos mi cavidad, nuestros rostros muestran satisfacción.
Volvemos a la cama, abrazados, aún unidos y amándonos.