Al sentirlo cerca mi cuerpo pierde el control, mi respiración se acelera es una explosión.
Mis latidos se aceleran, lo amo pero es mayor el deseo, soy tan suya que tan solo verle hace llover en verano, mi entre pierna es como una rosa floreciendo al sentir su piel, su respiración...
Su aliento en mi cuello eriza mi piel, me moja y me inunda en un mar de sensaciones, solo espero el momento en que me posea, en que su hombre dominante me tome en sus brazos y yo indefensa quede a su merced.
Sus manos me despojan de la poca ropa que tengo puesta y mis piernas sin explicación tiemblan me coloca frente a un muro y roza mi piel suevemente siento su lengua por mi cuello, luego por mi oreja, mi mejilla; sus manos toman mis pechos y bajan hasta posarce en mi cintura.
Para le digo suplicante, intento girar pero me detiene, disfruta al ver mi necesidad de él, de verme poseida por la lujuria mientras mi voz entrecortada por las senciones le pide que me tome, que haga con este cuerpo florecer la primavera aunque estemos en verano, sonríe y se detiene para ver lo que para él es un manjar de dioses.
Me gira con una mano sujeta las mías y con la otra acaricia mi piel deteniendose en puntos estratégicos levanta lentamente mi pierna la coloca sobre su cadera y me enviste una y otra vez, mis gemidos de placer son instantáneos; la lujuria nos invade a los dos yo me entrego, él me posee.
Después de un momento de gritos, gemidos y pasión él me llena yo como un desierto sediento lo recibo, termino con mi cuerpo marcado y con algunos moretones pero con una enorme sonrisa de satisfacción.