Carta al tiempo

Berlín, Alemania 12 de Octubre de 2018

Querido tiempo.

Dicen que tu curas todo, que si te esperamos nos aclararás las cosas y solucionarás los problemas... Hace dos años que te espero y lo único que me has traído son más problemas. Sabes? A pesar de todo aún creo en tí, algún día llegarás y quizás logres ayudarme, espero que por esperarte no se me pase la vida, como a algunos les ha pasado. A veces pasas por al frente de mis ojos pero eres tan rápido que no logro verte, eres tan injusto a veces. Recuerdo el día que te ví sentado en la silla que esta en la esquina de mi cuarto, estabas tan tranquilo, nada te preocupaba, nada te apuraba, pues claro, tú controlas todo... Entonces te pregunté "¿Viniste a ayudarme?", no respondiste nada y desapareciste, me quedo claro cual fue tu respuesta, pero mirame, aquí sigo, esperándote como hice desde la primera vez que te conocí. Esta es la quinta carta que te escribo, piensas algún día responderme? Tranquilo, no te estoy apurando, por más que quisiera tampoco podría. A veces te extraño, cuando jugábamos a la pelota en el patio de casa y llegabas con la brisa de primavera. Se me están yendo los años, necesito una parte de ti, sos tan egoísta, eres de quién dependen todos y aún así no te importa. Soy rehén de ti, me tienes prisionera, si no vas a ayudarme por lo menos déjame ser libre, no quiero depender el resto de mi vida de ti, ya te he esperado demasiado, pero más allá de todo aún seguiré creyendo en ti tiempo.

Atte: Milagros Ocampo