SEÑALES DE PÉRDIDA

El extridente sonido de las balas podianser escuchados en todo el lugar y en medio de aquel caos y las balas cruzadas Esteban fue herido, prácticamente lo lleve a rastras con una mano, mientras que con la otra disparaba para proteger nuestras vidas

—ESTEBAN, NO TE MUERAS, ES UNA ORDEN, ¡ME ESCUCHAS!, NO TIENES PERMITIDO MORIR AQUÍ— le gritaba mientras disparaba, Esteban es el único amigo leal que tengo en este negocio, el único a quien le he confiado mi seguridad y mis peores miedos...me niego a perderlo

—señor— escuche la voz quebrantada de Esteban —en mi cinturón hay una granada de mano señor— busque de manera presurosa aquel artefacto y sin oscilaciones lo lance hasta donde provenían los disparos y ayude a Esteban a protegernos

—¡¡GRANADA!!— escuche que gritaron y estalló la granada, haciendo un gran estruendo y provocando que el edificio en el que estábamos empezará a desplomarse,en medio del aturdimiento y el fuerte pitido en mis oídos aparecieron los hombres de Sandino y nos ayudaron a salir del lugar antes de que se derrumbara

—necesito que lo llevemos a una de las bodegas— tenia a esteban cargado y camine tan rápido como su peso me permitió hasta la camioneta que nos esperaba — Sandino, llama al doctor Meléndez, nesecito que nos espere en una de las bodegas más cercanas,Esteban necesita ayuda— vi a Sandino tomar su móvil y empezar a hablar, mientras yo cubría la herida que Esteban tenía en su pecho y trataba de mantenerlo despierto.

MARLENE

Miraba la luna a través de la ventana ya que no tenía otra cosa más que hacer, día por día, durante dos largos meses. Al principio odiaba el lugar y todo a su alrededor, pero ahora lo veo como un escape, como el lugar de tranquilidad que necesito para tener a mi hijo, aunque me preocupa el hecho de la reacción de Matt al saber sobre mi hijo, es por ello que trato de vestirme lo más holgada posible.

Escuche varios toques en la puerta e indique que podían pasar

—te he traído la cena— miré a Matt, estaba vestido de manera jovial, un pantalón de mezclilla, unas zapatillas deportivas, una playera y una bandeja adornando sus manos

—gracias— le sonrei y fui por la bandeja y ambos nos sentamos en la cama

—la señora Margaret dice que no has estado comiendo bien, ¿a qué se debe esto?— habló amablemente y yo reí con ironía al escucharlo decir esto

—¿me sirve de argumento el hecho de que estoy retenida en contra de mi voluntad?— se puso de pies

—es imposible mantener una charla tranquila contigo— se marchó azotando la puerta

Corri rapidamente al baño, tenia nauseas y me incline en el tazón a vomitar, pero solo fueron arcadas llenas de aire. Enjuague mi boca y fui por mi cena, aunque no tenga hambre y siento que mi estómago es un caos completo, debo hacerlo por el pequeño o pequeña que llevo conmigo. Termine todo lo que en la bandeja había, mire un poco más por la ventana y me fui a la cama donde caí profundamente dormida.

Me sobresalte al sentir que estaban acariciando mi cuerpo

—ssh— dijo Matt completamente alcoholizado —no hagas esto dificil Marlene...solo quiero disfrutar de ti— acaricio mi muslo con algo frío, causando que mi corazón se acelerara —si te portas bien, juro, yo ju-juro no hacerte daño— beso mi oído, sus besos bajaron hasta mi cuello, sus manos acariciaron mis senos, causando asco

—Matt, por favor— hable en un susurro —no hagas esto, por favor...— 

—callate Marlene— puso su arma sobre mi boca —no hagas esto dificil — llevo su arma hasta mi sien y retiro algunos mechones de mis cabellos con su arma —eres tan hermosa Marlene— me giro hasta quedar boca arriba y se posiciono encima de mi —juro que sere rápido— 

Ya no llores Marlene, me decía una y otra vez mientras estrujaba con toda la fuerza posible mi cuerpo, dejando ronchas y dolor en todo mi cuerpo, pero nada comparado al dolor que tengo en mi entrepiernas... Matt se ha encargado de terminar de quebrarme.