Marlene
Me ví forzada a bailar junto a Taylor, fingir alegría, cuando en verdad mi interior estaba cayendo a pedazos.
En la pista de baile April no dejaba de mirarme con... ¿Odio?, pero que demonios, ella más que nadie sabe a qué me enfrento, entiendo que el pedazo de idiota le guste, pero no es para tanto. Al terminar el baile fui hasta donde ella estaba, pero me rehuyó sin poder alcanzarla, perdiéndose entre las personas.
-¡Marlene querida!-
-señor Meher- odio tener que mentirle a este señor, solo porque su hijo es un mezquino detrás de su herencia. Tuve la oportunidad de compartir con él en dos ocasiones anterior a esta, cuando Taylor me presento como su novia y cuando tuve que fingir un escándalo en la empresa, porque según él eso haría nuestra relación creíble.
-dejate de formalismos pequeña- abrazándola con cariño -te he dicho que me puedes llamar altur- con una carismática sonrisa
-perdón señor artul- sonrojada
-eres imposible niña- los dos rieron a la par -gracias por hacer que Taylor sente cabeza, nunca pensé verlo así- señalando hasta un punto donde se podía ver a Taylor observarlos
-si supiera que yo tampoco y mirenos aquí -alce la mano izquierda para mostrarle el anillo -a un paso de unir nuestras vidas- en ese momento Taylor llegó tomando mi sintura, dándome un estruendoso beso en la mejilla.
-¿Hablaban de mí?- preguntó levantando una eja, mirándolo a ambos
-cuidala Taylor, tienes un gran tesoro en las manos- dijo su padre poniendo la mano en su hombro derecho
-Por algo le pedí matrimonio, ¿No?, Sería un tonto si la dejara escapar-
-bueno, los dejo para que sigan en lo suyo- apunto al ver a Taylor de meloso con el cabello de marlene y ésta muy sonriente y se fue sin esperar respuesta alguna.
-deberias dejar de tomar marlene- dijo Taylor cerca de su oído.
-¿Por qué?, ¿Temes que le diga a todos lo que en verdad sucede?- levantando la voz en las últimas palabras.
—baja la voz, ya tube suficiente de ti por esta noche; tu desides si aceptar esto de buena forma o me las arreglo con tu padre— Marlene lo fulminó con la mirada, no sabía de qué era capaz Taylor, ya lo dejo entredicho cuando le lastimo el brazo.
—pudrete—
—tambien te amo cielo— gritó Taylor al ver pasar una pareja, para poder disimular. —como amo a esa mujer— dijo ya que se le quedaron viendo.
2 semanas después...
No tuve noticias de April, le llamaba y enviaba al buzón, nunca estaba en su departamento y tampoco respondía a mis mensajes. Solo esto me faltaba, perder una amiga por el estúpido de Taylor.
La boda es en una semana, todos están vuelto locos y ¿Yo? ... Bien gracias. Mi madre junto a una organizadora de eventos se están haciendo cargo de la dichosa boda, las invitaciones ya fueron entregadas, no eh visto a Taylor las dos últimas semanas, si necesita decirme algo lo hace a través de un mensaje de texto —cosa que agradezco, el no tener ni que escuchar su voz— o envía a su chófer.
Hoy sábado 17 de marzo, será la prueba de vestuarios ,solo asistiré a esta, ya que se necesitan mis medidas, la prueba de comida la dejé a selección de mi mamá, Margaret —así se llama la organizadora— es un pan de Dios.
Quería que April, Cintia y Rose fueran las madrinas, pero al ver la gran ausencia de April le tube que decir a Dessire, quedamos de vernos en el aeropuerto, viajariamos en el jet privado de mi padre hasta Londres, para comprar los trajes en Pronovias , una de las mejore tiendas para un evento como este, ya todo estaba orquestado, solo faltaba medirme el dichoso vestido y listo.
Luego de media hora de camino, llegamos al lugar indicado donde solo faltaba yo ¡Increíble!. El vuelo salió al tiempo previsto sin alteración alguna, la pasamos charlando y tomando champagne; era un viaje de dos días, ¿A quien se le ocurriría viajar miles de kilómetros solo por un estúpido vestido?, Pero solo yo pensaba de ese modo, tuve que fingir todo el vuelo con mis acompañantes que no paraban de adular a Taylor, estaba asquiada de todo esto, hasta que mentí en estar ebria para irme a dormir, era más fácil dormir que aguantarme tantas disparatadas. Si April estuviera aquí todo fuera diferente.
Al llegar fuimos hasta un hotel cinco estrellas, situado justo a dos cuadras de la tienda, las reservaciones estaban realizadas por lo que el proceso fue más rápido. Cundo el check-in hubo terminado me despedí de las chicas y fui hasta mi habitación, no me sorprende el hecho de que sea una presidencial, bastante espaciosa, en tonos neutros, una amplia sala, un mini bar, comedor, baño, una pequeña cocina equipada, una cama matrimonial, un pequeño escritorio en la habitación, un balcón y hasta un jacuzzi, fenomenal. Tome un baño, pedí algo del servicio a la habitación y me acosté a dormir, no sin antes avisarle a mis padres de mi llegada y mandarle un mensaje a April de cuánto la extraño.
La mañana transcurrió normal, aunque como era de esperarse está lluviosa, todo estaba listo en Pronovias, hasta nos tenían un mini-bufet preparado.