Isabella:
Mariam es insoportable me tiene harta estoy que la mando al diablo. Cada vez que hago algo mal me grita y lo peor es que dice que de ahora en adelante debo acostumbrarme a que me llamen por mi nombre completo Isabella, no pueden llamarme Bella.
Actualmente me tiene caminando con cuatro libros sobre la cabeza según ella que es para caminar recta y no jorobada, una reina jamás puede jorobarse ni relacionarse con personas que no sean de sangre azul. No me joda está pinche señora, mis padres son los mejores amigos de los reyes actuales y no llevan sangre azul o lo que sea eso.
— Hombros atrás Isabella — Ordena.
Suelto un bufido, vuelvo a colocar los libros en mi cabeza mi espalda recta y los hombros atrás, comienzo a caminar con elegancia según ella. Debo parecer firme he intimidante, en pocas palabras Mariam me quiere cambiar.
Las puertas del gran salón se abren dejando ver la figura de Cameron todo sudado con su traje de esgrima pegado al cuerpo, Dios es la primera vez que me alegra verlo ¡Por fin podre irme!
— Su alteza — Saluda Mariam haciendo una reverencia.
— Hola, Mariam sal un momento necesito hablar con mi prometida — Ordena y la chica sale de la habitación.
— ¿Sucede algo? — Interrogó.
— No podremos cenar juntos, tengo que salir — Avisa.
— ¿A dónde vas? — Interrogó con cierta desconfianza.
— Saldré con los chicos — Eso me molesto.
— Bien — Respondo cortante.
Cameron se va a acercar pero me le alejo dándole la espalda, busco los libros nuevamente para empezar a practicar mientras Mariam vuelve a entrar y él idiota se va. Estoy por colocarme los libros cuando siento los brazos de Cameron abrazarme.
— No te enojes, prometo desayunar contigo mañana — Ruedo los ojos.
— No prometas cosas que no sabes si vas a cumplir — Proclamo.
Me suelto bruscamente de Cameron y salgo de el salón, veo a Mariam le hago una señal de que se largue. No se porque estoy molesta solo estoy molesta con Cameron porque cierta parte de mi sabe que me miente el no va a salir con sus amigos. Debo ir a casa estoy harta de estar aquí y eso que solo tengo un par de horas.
Camino por el enorme palacio a un paso acelerado, veo las puertas de la salida así que apresuró el paso los guardias al verme dudan en abrir la puerta pero con solo que les doy una mirada me la abren. Veo al chófer real, es mi única esperanza para que me lleve a mi casa.
— Lleveme a mi casa — Ordenó.
— Princesa no la puedo llevar a ningún lado órdenes del príncipe — Se excusa.
— Primero yo no soy una princesa porque me vaya a casar con Cameron no significa que lleve sangre azul y segundo me vale lo que ordene el Príncipe. — Estoy enojada.
— ¿Te vale lo que yo ordene Isabella? — Mierda lo que me faltaba.
— Si, sabes yo no me quiero casar contigo yo solo quiero irme a casa de una maldita vez. — Respondo tajante.
— ¿Isabella estás haciendo este berrinche solo porque no voy a cenar contigo? — Interroga molesto.
— Se que me mientes, Dime Cameron ¿de verdad saldrás con tus amigos? Pero respondeme viéndome a los ojos — Lo reto, pero el silencio reina — Tu silencio es más que suficiente — Aseguro.
Los portones de acero son abiertos para un auto negro, este se estaciona en frente de nosotros y de ahí baja Lila la ex novia de Cameron. Entonces todo encaja a la perfección, Cameron va a salir con ella.
— Eres un maldito Stone — Le digo.
— Isa no es lo que parece en serio — Trata de explicar.
— He vuelto para quedarme Isabella, yo asumiré el compromiso con Cameron y tú volveras a tu vida normal — Anuncia Lila.
— Me parece perfecto, vamos dentro y hablamos con los reyes — Declaro.
— Por favor no vamos a hacer un drama, primero Isabella aún no eres mi esposa ni siquiera me soportas no tienes nada que reclamar y segundo Lila te propuse matrimonio no aceptaste ahora no puedes llegar simplemente a decir que asumiras un compromiso conmigo — Aclara Cameron.
Tiene razón pero no lo voy a admitir en voz alta, ignoro lo que dijo y vuelvo adentro del palacio. Camino en dirección a las escaleras, subo escalón por escalon hasta llegar al montón de pasillos de arriba busco el de las habitaciones hasta dar con la habitación que compartiré con Cameron.
Entró en ella y le pasó seguro al llavin, la cama se ve cómoda, necesito dormir un par de horas hoy no a sido mi día y siento que esto se vuelve más ridículo cada vez, quito los tacones que llevaba puesto y me adentro entre las sábanas, el sueño se apodera de mi cuerpo y me dejó ir por los brazos de morfeo.
[...]
Cameron:
Han pasado horas desde lo sucedido, Isabella esta encerrada en la habitación. Gracias a Dios tengo llave, no dudo en abrir la puerta para hablar con Isabella pero vaya sorpresa me llevo al verla dormida.
Es la imagen más hermosa que he visto, su cabello tapa un toque su rostro pero me deja apreciar lo tierna que se ve dormida, cualquiera que la viera así caería a sus pies justo como yo estoy haciendolo, poco a poco Isabella a empezado a ganar mi corazón.