Capítulo 26

Ese día Liana se levantó, algo adormilada todavía, se había quedado dormida esperándolo, al escuchar a alguien abrir la puerta se levantó enseguida con ilusión, más se topó de frente con la verdad, era Sofía la asistente Andrés acompañada de dos hombres de traje. Al verla Sofía y aquellos hombres tragaron en seco, pues sólo estaba cubierta con la camisa de Andrés, enseguida se dieron la vuelta y salieron mientras Sofía que sabía del matrimonio cancelado de ellos se disculpó.

— Perdone señorita, yo no sabía que estaba aquí, pensé que estaba vacía la casa. — se disculpó mientras salía y cerraba la puerta tras ella.

Enseguida las lágrimas recorrieron su rostro, no solamente la había dejado plantada, también había hecho que pasará está vergüenza, no podía creerlo, no podía creer que lo estuviera perdiendo ¿Qué acaso ya no la amaba? ¿Qué acaso ella era mejor?

Se sintió muy impotente, pero no lo perdería no así de fácil, ella lucharía a toda costa por él, él era suyo y nadie, menos alguien tan insignificante como ella se lo quitaría.

Se vistió y salió de la casa y al hacerlo noto un letrero que decía: Se vende.

Sus ojos se abrieron con fuerza, esto era más serio de lo que había creído. Enseguida descendió su auto y se dispuso a ir hasta el hospital donde había investigado, estaba interna su madre, llegó justo a tiempo para verla salir. La siguió hasta que llegaron a una tienda y luego devuelta a su casa, pues estaba segura de que algo podía hacer que la ayudará a lalejarla, de Andrés.

Pero lo que vio la sorprendió más, cuando al cabo de unos minutos vio el auto de Esteban salir ¿pero qué rayos? Entonces ella lo entendió, entendió que Mary no era la única amenaza que tenía. Enseguida siguió a Esteban y lo vio entrar a su departamento. Por lo cual se apresuró en seguirle. Cuando entró al departamento lo vio des vestirse, más al verla allí el fue hasta la habitación.

Liana que no era nada tonta pudo notar el labial color rosa claro en sus labios y lo siguió.

— ¿Dónde estabas? — pregunta en un tono indiferente.

— ¿Dónde estabas tú? — le devuelve la pregunta.

— Quizás en la casa de campo de tus padres buscando a mi prometido. — dijo con veneno en sus palabras.

— ¿No te abras equivocado de prometido? — dice con perspicacia. — No estoy ni para ti, ni tus acusaciones Liana, me iré a bañar.

Dice mientras se dirige al baño, ella lo miró enojado, pero no perdería esta pelea, esto apenas y comenzaba se des vistió también y se entró a la ducha con él, estaba de espaldas así que al entrar empezó a besar su cuello con pasión.

Enseguida Esteban se volteó al sentir sus beso en su cuello, por lo que Liana sonrió, pero en contra de todo pronóstico él la apartó y salió de la ducha dejándola perpleja ¿Qué había pasado?. Liana froto su rostro una y otra vez ¿había ella hecho algo mal? Salió enseguida, pero no lo encuentro, dos minutos después, lo vio salir de la sala ya vestido.

— Creo que lo mejor será que nos separamos un tiempo, aclara tus prioridades y define su yo soy una de ellas, yo haré lo mismo. — dice serio.

— ¿Cuánto tiempo? — pregunta confundida.

— Al menos 7 meses — responde. — y no me busques.

Ella lo mira atónita.

— ¿7 meses? ¿Qué pasa con nuestra boda? — pregunta sin entender.

— No habrá boda Liana, no al menos hasta que definamos si es lo que realmente quedemos. — sentencia.

— ¿Y si decides que no quieres? — pregunta nerviosa.

— Pues... — baja la mirada. — sólo nos restará decir adiós.

Ella se levanta de la cama exaltada.

— ¡No! ¡Me niego a aceptarlo! — se le acerca. — amor, podemos arreglar esto. — dice besandolo.

Enseguida él se aparta,dejándola aún más atónita y furiosa.

— No Liana, ya es una decisión tomada. — dice antes de volverse y marcharse.

Ella se volvió a sentar en la cama totalmente anonadada, primero Andrés, ahora Esteban ¿Qué seguía? ¿Qué más le quitaría ella? La odiaba con todo su ser ¿Por qué no simplemente...? Si — pensó. — sería mejor desaparecerla, pero Andrés la culparía al instante.

Estaba totalmente frustrada y no sabía que hacer, nunca debió haberlo dejado, que tonta fue al pensar que la seguiría amando... Y ahora estaba sola, otra vez estaba sola, toda su vida lo había estado, entonces ¿Cuál era la diferencia? ¿Por qué ahora se sentía peor?

Volvió a su casa con esa idea, encontrándose con sus padres, otra vez estaban discutiendo, ya estaba cansada de verlos fingir ser una familia feliz frente a ella. al verla dejaron de discutir al instante y su expresión cambió totalmente.

— Hija ¿cómo estás? — dice su padre con una sonrisa y la abraza.

Necesitaba un abrazo por lo que se lo devolvió, su madre por otro lado se fue enojada. Desde aquella vez que se había enterado que su esposo tenía una amante nunca fue la misma, aunque lo suponía, tener la certeza era algo que no soportaba. Había comenzado a beber y a tratar mal a todo mundo, incluso a su hija, haciendo de su vida un infierno.

Por lo que la infancia de Liana había sido muy dura, su madre la odiaba y su padre tenía otra familia a la que amaba más, la única persona que la había amando de verdad, la había perdido ya.

— Estoy bien papá. — dice al separarse.

Le sonríe.

— Genial, tengo que resolver algunos asuntos, así que nos veremos luego ¿sí princesa? — besa su frente y ella asiente con una sonrisa.

Enseguida se va limpia su frente y rueda sus ojos, ahora quería ser un buen padre — pensó con ironía — se lo podía ahorrar.

Entonces sube las escaleras y entra sin tocar a la habitación de su madre.

— No me digas, estaban peleando de nuevo. — dice divertida. Y da aplausos sarcasticos. — ¿Por fin se acabará la familia feliz? ¿Encontró ya papá a su amante Liliana? — dice con una sonrisa al verla llorar.

Su madre levanta el rostro con furia.

— Eres un demonio. — dice con rabia. — ¿Qué es lo que que quiere?