Castillo De Cristal.

Capítulo 21: La Ruptura del Castillo de Cristal.

Después de aquel shock, Adriana, dejó de ir a la empresa hotelera, dejó de visitar a su amiga y no permitía que nadie, ni la servidumbre, pudiera estar en su casa. 
Adriana se convirtió en un ave que se encerró en aquella jaula de cristal, se convirtió en aquel tulipán rojo que fue secándose poco a poco... Dejó de ser la Adriana que fue, después de conocer al que fue, el amor de su vida.

Sus padres trataron muchas veces de entrar pero, nunca se los permitió Adriana. Laura y Fernando, trataron de llamar a la policía, pero, los policías narraban que ella salía, sí, desmejorada; con ojos color gris, cabello negro maltratado, piel blanca y cuerpo como de una pluma de ave. Pero que siempre afirmaba estar bien...

La noche del 21 de marzo de algun año; el día que nace la primavera, Adriana se dirigió a su escritorio y con un bolígrafo y hoja escribió lo siguiente: 
"Papás, nunca fuí feliz a pesar de darme todo; no necesitaba una casa grande, la cual siempre estaba vacía; no necesitaba dinero, que no podía darme la felicidad; no necesitaba mil doncellas que estuvieran conmigo para lo que yo quisiera, porque siempre me sentí sola.

Fernando, gracias por hacerme ver qué, el amor no lo dictamos nosotros mismos, el corazón  es quien sabe a quien amar desde que lo vemos. Y tú no fuiste esa persona...

Laura, a pesar de los años que nos distanciamos, me enseñaste dos cosas importantes, los amigos;  pueden darte una chispa de felicidad mientras estén cerca pero que, al alejarte, se apaga aquella chispa... Que algunos amigos no necesariamente deben de seguir a tu lado para siempre, que, aveces solo tenemos que llevarlos en el corazón y ya...

Harold, me enseñaste que la felicidad  puede llegar en una persona, pero, no debemos aferrarnos a ella; cuando estabas, encendías mi vela e  iluminabas mi camino. La primera vez que te fuiste sí, estaba triste y nadie lo notó, pero, pude salir adelante, un poco amargada pero, pude hacerlo sin tí aunque no probé ni un momento aquel postre llamado felicidad y de vez en cuando mi vela prendía. 
La segunda vez que te fuiste, me arrancaste el corazón, te llevaste mí vela con la que me alumbraba para seguir mi camino, el cual ahora es oscuro y me veo en la necesidad de hacer lo que haré, perdón por no seguir mi vida, pero ya no me siento bien en esta vida...

No se sientan mal por lo que haré, pues, es mí decisión y se que estarán felices después de un tiempo porque ahora, yo podré estar con Harold y poder tener eternamente la felicidad que siempre anhele desde que era pequeña, valoren la vida antes de que la depresión o cualquier otra cosa, les consuma la vida".

Llamó al 911 para decir que se quitaría la vida y dejó el teléfono descolgado para que pudieran ubicarla...
Adriana recorrió su casa buscando un castillo de cristal que tenía en el jardín justamente en una mesita. La tomó y la rompió, quedándose con una parte de ella.
Fue a la bañera, la llenó con pétalos de tulipanes de todos los colores que tenía en su bello jardín, se metió en ella y, en un instante cortó la vena del brazo derecho...
Después de 1 hora, la policía y paramédicos, llegaron a la casa de Adriana, encontrando su cuerpo, en aquella bañera.

Informaron a sus padres, los cuales informaron a todos. La prensa se pudo saciar de aquella noticia que les daría mucha popularidad...



#7542 en Otros
#12944 en Novela romántica

En el texto hay: depresion, amor, reflexion de la vida

Editado: 01.08.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.