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Perdonar no es sinónimo de debilidad y tampoco significa regresar junto a esa persona, porque no existe una cláusula de permanencia que te obligue a estar a su lado; perdonar es aceptar que tu umbral es la felicidad.
Si quien te ha perdido tardó en reparar sus errores, no te permitas sucumbir ante su arrepentimiento, porque este se escribe en la misma línea del perder. Regresar con quien tanto daño te hizo es atentar contra tu autoestima y dignidad ¡Valórate y aprende de las experiencias! No te condenes a repetir la historia, una y otra vez.
“Perdona, olvida, aprende la lección y sigue adelante”
James A. Murphy.
Después de una larga meditación, supimos que necesitábamos hacer partícipe de nuestro plan a Tifani; lo mejor era no ocultarle la verdad y prepararla para lo que estaba por venir. Era algo difícil de asimilar, pero como les dije en capítulos anteriores: para superar un temor ¡Hay qué enfrentarlo!
Al día siguiente, nos dirigíamos a casa de Ti. Al llegar, ella nos recibió con postre, lo cual amenizaba lo que estaba por contarle. Luego de explicarle como fue todo el proceso, ella aceptó confiar en mí y se puso a nuestra disposición para colaborarnos en todo lo que necesitábamos.
-Entonces, no me equivoqué cuando ese horrible olor mentolado me lo recordó.
-El olor no es horrible, ¡horrible es él! –Exclamó Luna, tratando de menguar el llanto.
-No mereces derramar ni una lagrima más. –Dije.
- ¿Por qué no me dijiste nada ese día?
-Tenía miedo de como podrías reaccionar, así que preferí guardar silencio y contarte en el momento indicado. No quería revivir tu dolor.
- ¿Pensabas que podría enojarme contigo y hacerte algo aprovechándome de tu situación de vulnerabilidad?
Analicé sus palabras y, a decir verdad, no lo había visto desde ese punto, pero sin dar mucha vuelta al asunto respondí: -No, jamás te creería capaz de hacerme algo, pero si temía por tu vida. En ese momento me sentía débil y no podía darte ánimos y ¿Si te marchabas y te hacías daño? ¿Cómo podría detenerte? Entonces, por ello guardé silencio y en una meditación profunda con Luna, decidimos que lo mejor para tu salud era decirte y contar con tu apoyo para que, no sientas que te estamos traicionando.
-Sara, yo no me atrevería a volver a atentar contra mi vida y mucho menos hacia la tuya, pero quizá en ese momento si me hubiese dolido saber que regresó, porque una parte de mí, aún sigue rota. No alcanzan a imaginar cuánto deterioró mi ser.
-No tenemos ni idea, pero queremos apoyarte. –Dijimos al unísono.
-Gracias, pero ¿Cómo están seguras que no nos está vigilando en este momento?
-Porque estamos hablando y me ha mandado una foto, fuera de la ciudad.
- ¿Segura? –Insistió Luna.
-Sí, confíen en mí, él está haciendo todo lo posible por recuperarme y creé que está triunfando. No puede darse el lujo de defraudarme porque ya saben, lo que quiere lo consigue y no será idiota de mentirme en este momento.
-No estoy tan segura.
-Luna, créeme, esta vez tengo todo bajo control.
-Estoy de acuerdo con Luna.
- ¿Tu también? Miren. –Dije, mientras les mostraba la foto en mi teléfono.
- ¿Y sí es una foto vieja?
-Haré video llamada. No reconocerá la casa de Ángel.
Minutos después, ellas estuvieron más tranquilas al darse cuenta que, efectivamente él no estaba dentro de la ciudad, pero ¿Qué nos garantizaba que no había enviado a alguien a vigilarnos? ¡Él mismo! Su desconfianza hacia los demás, lo llevaba siempre a hacer las cosas por sí solo.
-Entonces, estoy más tranquila, pero no te niego que me asusta ese hombre. Nunca se sabe que puede hacer. –Dijo Luna.
-Es verdad, nunca se sabe que esperar de él.
-Tranquilas. Todo está en calma.
-Al menos algo bueno hay que agradecerle. –Dijo Ti, entre sollozos.
- ¿Qué? –Preguntó Luna.
-Haberle salvado la vida a Sara.
-Pues no hay que agradecérselo. Estamos a mano, yo lo salvé primero. –Dije.
-Las apoyaré en todo y, además, también necesito verlo y decirle que, mi alma ya ha sanado.
-Lo que él causaba en nosotras, esa sensación de creer que, era el amor de nuestra vida ya no está. -Afirmé.
-Gracias por confiar en mí y contarme lo que planean hacer.
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Editado: 19.06.2020