Casualidad O Causalidad

CAPITULO 27: TODO TIENE FINAL

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Todo comienzo tiene su desenlace: disfruta, porque la vida sigue avanzando, aunque te encierres en cuatro paredes. Despréndete de quienes te lastiman y desecha todo aquello que pueda borrarte las sonrisas porque los recuerdos son lo único que, nos mantiene cuerdos. No te límites, creé que mereces todo lo bueno que el universo tiene para entregarte, avanza en tu camino y no olvides sostener de la mano a quienes están a tu lado, porque de nada vale tener millones en las cuentas y vacía el alma. Todo comienzo tiene su desenlace, pero solo tú eliges como quieres que sea.

 

“Un día tu vida pasará ante tus ojos. Asegúrate de que vale la pena verla”

Gerard Way.

 

-Espérame aquí un momento. Ya regreso. –Susurre en su oído.

 

Fui a la playa y al llegar allí estábamos todas las personas que, hacemos parte de esta historia. El lugar estaba adornado por velas, rosas, te amos y una fogata para menguar el frío.

 

-Espero no parecer un poco cursi. –Dije, sonrojada.

- ¡Imposible no serlo! ¡El amor es cursi por naturaleza! –Dijo Ti.

-Pues ella tiene razón… Cuando nos enamoramos, hacemos cosas como ésta. –Dijo Luna, acariciando uno de los globos. –Lo menos que se merece es esto, después de todo el tiempo que lleva esperándote. –Agregó.

-Menos habladuría y más acción ¡Ya quiero ver la cara de mi hijo cuando vea esto! –Sonrió Belén.

 

En los tiempos de hoy en día, el estilo tradicional en el que, siempre es el hombre quien busca a la mujer ¡Cambió! ¿Quién dijo que nosotras no podemos sorprenderlos? ¡Claro qué sí! Y de hecho para ellos es una de las cosas que, más feliz los hace. Somos dos y el fortalecimiento de la relación depende de ambos, depende de entregar el ¡Ciento un por ciento de lo que eres!

Fui por él y al regresar, quité el vendaje de sus ojos y al él abrirlos: todos gritamos ¡Sorpresa! Mientras una pancarta se abría diciendo ¿Quieres ser mi novio?

 

- ¿Sara? ¿Milán? Esto no me lo esperaba… Y ¡Todos están aquí! – Su rostro expresaba mucha alegría. –Creí que estaban de viaje. –Añadió, observando fijamente a mi madre.

-Todo fue organizado para ayudar a mi hija. –Sonrió.

- ¡Es muy grato verlos aquí reunidos! –Exclamó.

- ¿Creías que soy incapaz de no encontrar las maneras de conquistarte? –Inquirí, sonrojada.

- De verdad, esto no lo esperaba. –Su voz era temblorosa. –Pero siento mucha felicidad.

- ¡Lo hicimos con todo el gusto! –Exclamó mi madre.

-Todos queremos que seas feliz. Esto fue de idea de éstas chicas. –Dijo Belén, señalándonos. –Al igual que nosotros, todos queremos verte sonreír y después de todo ¡Lo merecemos!

-Gracias. –Dijo sonriendo.

- ¿Cómo te vas a esperar algo así? ¡Era una sorpresa! Si esperas una sorpresa, entonces ya no te sorprende cuando la recibes. –Expresó Luna.

-Pues… -Dijo, acercándose a mí. - ¡Claro que sí! –Exclamó, alzándome y dándome un gran beso. – ¡Claro que quiero ser tu novio!

 

Luego de un rato de disfrute, dije: -Quise reunirlos a todos para pedirles perdón por las veces en que fui grosera o un poco agresiva con ustedes.

-No te preocupes. –Respondieron, al unísono.

-No quería lastimarlos.

-Sara, las personas muchas veces tenemos rabia con alguien y la desquitamos con quiénes están cerca. Todos entendemos tu dolor y sabemos que, necesitabas desahogarlo, aunque no siempre lo hagamos de la mejor manera. –Dijo Belén.

-Gracias, y si… en realidad necesitaba desahogarme y al tenerlos cerca, desaté mi ira con ustedes, quienes menos lo merecían.

-A veces las personas tenemos malos días y no siempre reaccionamos de forma correcta y quien asume el costo de las vasijas rotas es la persona que no causó el daño; por ejemplo, cuando estamos de mal genio y tropezamos con alguien en la calle, respondemos con grosería y quizá si esa persona no tiene el mismo mal humor que nosotros, simplemente sonreirá y se disculpará, por lo cual al sentirnos mal, pediremos perdón; en cambio, si esa persona, también ha tenido un mal día y se ha olvidado que siempre debemos sonreír, no pedirá disculpas y se ocasionará una pelea que pudo haberse evitado al decir ¡Lo siento!

-Así es, mamá. No siempre que alguien nos contesta con rabia es por culpa nuestra; sino que, es esa persona que tiene dentro de sí ira, porque quizá tuvo un mal amanecer y permitió que ello dañara el resto de su día.

-Sí, pero ya ves… Una sonrisa puede cambiarlo todo.




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