Casualidades

6. Visita Inesperada

Los días pasaron rápidamente en el instituto.
Bueno hasta el jueves que Alonzo me hablo en el receso.
— Hey Sam —me saluda —. ¿Que hay de nuevo viejo?
— Hola, Alonzo —saludo.
— Se que no hemos hablado desde la fiesta de Soledad —masculla al tratar de disculparse.
— Ya esta bien. Eso quedo en el pasado —mascullo en tono seco —. ¿Que quieres?
— Ah quería saber si nos podías llevar a la fiesta de Halloween. Ya que a ti no te gusta ir a esas cosas —masculla —. Pensé que podías llevarnos a mi y mi acompañante ¿Que te parece?
Alonzo me queda mirando, esperando mi respuesta de su proposición.
— Es que yo, si voy a ir —mascullo.
— ¿Ah? —masculla.
— ¿Por que te sorprendes?
— Es muy raro que tu vayas —masculla —. ¿Por que has cambiando de opinión se puede saber?
— Voy a ir con Sophie a la fiesta de Halloween —respondo.
— Así que ya son novios ¿no? —masculla sonriente.
— No somos novios. Solo somos amigos —mascullo con fastidio —. Nada mas. De acuerdo.
— Esta bien —masculla.
— ¿Y tu con quien vas a ir Alonzo?
— Te acuerdas de la fiesta que fuimos, conocí a alguien esa noche, estos últimos días le pedí que vaya a la fiesta de Halloween —comenta alegre —. Y me dijo que si, ¿Que te parece?
— Felicidades —mascullo.
— Gracias —masculla sonriendo. 
— ¿Y como se llama tu amiga Alonzo?
- Se llama Caroline pero prefiere que la llame Karol con K. —responde al mencionar el nombre de su nueva amiga.
— ¿En que año va Alonzo?
— Va en el ultimo año de preparatoria —responde —. Le dije que yo también, me creyó al parecer. Mira ahí viene —comenta al mira hacia el otro lado del comedor.
En eso veo a una chica que vienes hacía nuestras mesa. 
Era una chica de cabello rubio castaño claro suelto, de ojos claros, estaba con una blusa lila, unos tejanos azul marino y unas zapatillas de lona blancas.
Me saluda cuando llega a la mesa.
— Hola, tu debes ser Sam ¿Cierto?  —masculla al sonreír —. Alonzo me comento de ti. Un gusto de conocerte.
— Hola —saludo —. Que tal Karol. ¿Cierto?
— Si por supuesto —responde Karol.
No quedamos en silencio por un momento.
— Eh Alonzo, podemos conversar un momento en privado —masculla Karol.
— Si desde luego. Nos vemos luego Sam —se despide —. Ya sabes —haciéndome recordar lo que me había dicho.
— Esta bien.
Alonzo se fue con Karol, fuera del comedor. Creo que estaban discutiendo de algo. 
No les hice caso y seguí comiendo mi sándwich.
A los pocos minutos viene Sophie.
— Hey Sam, estabas aquí —masculla sonriente —. Felizmente te encontré.
— ¿Que paso?
— Ya encontré los disfraces para Halloween —responde contenta.
En eso apareció Mikha detrás de ella, le agarró del brazo y se llevo a Sophie.
— Nos vemos luego Sam —se despide.
- De acuerdo.
Una vez que terminaron las clases. Me fui a mi coche, como no veo a Alonzo o Sophie que venían, encendí el auto y me fui a la casa. 
Ya en casa, veo en la cocina estaba Susan, creo estaba cocinando. 
Me fui a mi cuarto a descansar un poco. 
*****
Como a las seis de la tarde, mi madre me despierta. 
Se sentó en el borde de la cama y me movió.
- Hey Sam, a levantarse —masculla moviéndome con sus manos para que me levantará de la cama —. Mira quien vino a visitarnos.
Me talle los ojos para poder ver mejor la silueta que estaba en la puerta.
En eso mire en el marco de la puerta. Era mi tío Samuel, que había venido a visitarnos.
Si Samuel es el hermano menor de mi padre la ultima vez que lo veo desde que tenia 5 años de edad. El vivía y trabaja en Argentina en una empresa de ganado de res, creo que era el supervisor de la fabrica. Debes en cuando mandaba un lote de carne de res a nuestra casa.
— Hey tío Samuel —mascullo contento al verlo —. ¿Como has estado? No te veo en años. ¿Como te a ido en Argentina?
— Bien sobrino —responde Samuel —. Veo que has crecido un monto, ¿Cierto? 
- Pero no como tu tío —mascullo al mirarlo.
Si mi tío era alto 180 cm de estatura, cabello negro corto, ojos claros, contextura delgada, de piel de tez clara. Estaba vestido con unos tejanos azul marino, una camiseta gris, una camisa de franela y sus botas negras.
— Hey sobrino —masculla —. ¿Porque no bajamos a la sala?
— Esta bien.
En eso los tres bajamos a la primera planta de la casa. 
Veo que en el sillón de la sala estaba la esposa de mi tío. 
Era una mujer delgada tendría 35 años le calculaba. Tenia un pelo castaño rubio, ojos verdes claros, contextura delgada con tez clara. Tenia puesto un vestido largo de color azul noche. 
— Tu debes ser Sam. ¿Cierto? —me saluda —. Tu tío me ha comentado mucho sobre ti. Un gusto de conocerte —comenta —. Mi nombre es Sharona. 
— Hola Sharona —saludo al darle un beso en la mejilla —. Un gusto de conocerte también.
— Hey Sam —me llama Becth —. Me puedes ayudar. 
Era Becth que me llamaba de la cocina. Susan estaba en el sofá con su móvil en la mano mandando mensajes.
— Esta bien —mascullo, al irme caminando hacia la cocina.
Cuando llegó a la cocina, Becth me habla.
— Hey Sam, me ayudas a poner los bocadillos a mesa de centro de la sala —masculla Becth, señalando la bandeja en la encimera de la cocina.
— De acuerdo —mascullo al agarrar la bandeja con ambas manos.
Estaba llevando una bandeja de tentempiés, la puse en la mesa de centro en la sala. En la cocina Becth, aun estaba terminado de cocinar. 
— Hey tío —mascullo —. ¿Cuanto tiempo te vas a quedar? 
— Unas dos semanas, porqué tengo que terminar unos trabajos de la empresa en la gran ciudad —comenta —. Después me voy de viaje con Sharona, nos vamos de luna de miel —informa —. Lamento que no te hablamos de la boda, Samanta —mirando a su cuñada.
—No te preocupes Samuel —masculla mi madre —. ¿Y cuando se casaron?
— Fue una ceremonia pequeña —responde Samuel.
— En realidad fue cuando ambos estábamos de descanso en nuestros trabajos, fuimos a Córdoba a pasar el fin de semana juntos —comenta Sharona —. Samuel había propuesto matrimonio meses antes, pero nunca pusimos una fecha para la boda. Así que aprovechamos la oportunidad y nos fuimos a la municipio a casarnos en un matrimonio civil. Por ahora así estamos bien.
— Si fue algo simple, le pedí a un amigo que sea el testigo y padrino —comenta Samuel —. Sharona trajo a su amiga para acompañarnos.
— Que hermoso —masculla Susan sonriente.
— ¿Y a donde piensan ir de luna de miel? —pregunta mi madre.
— Hemos pensado ir al caribe —responde Sharona.
— Que bello lugar, el agua es cristalina —comenta mi madre —. Hay buenos lugares para ir, por ejemplo La Habana.
— Tal vez vayamos. Todavía no lo decidimos aun —masculla Sharona —. Pero seria genial ir.
En eso viene Becth de la cocina.
— La cena esta servida —masculla Becth.
— Huele delicioso —masculla Samuel, al oler el aroma de la comida desde el comedor.
— Que interesante olor —masculla Sharona —. ¿Que platillo has preparado?
— Es una especialidad mía —masculla Becth orgullosa.
— Huele delicioso —comenta Sharona.
— Ahora a comer entonces —ordena mi madre.
Entonces fuimos a comer a la mesa. 
La cena la pasamos comentando sobre lo que había pasado en nuestras vidas en los últimos años.
Desde la última vez que Samuel, nos vino a visitar cuando nos mudamos al pueblo fue después del funeral de mi padre.
Como a las diez de la noche, todos nos fuimos a nuestras habitaciones. Mi tío y Sharona se quedaron en el cuarto de invitados.
*****
Ya en mi cuarto puse un poco de música y me eche en mi cama.
— Ahora que hago —mascullo.
En eso veo a alguien estaba en la ventana. 
Era Sophie que estaba vestida con un suéter azul marino, su pantaloncillo tejano y sus zapatillas de lona de color celeste.
Ya había entrado a mi cuarto.
— ¡Hey Sam! —masculla.
—Ah hola Sophie —saludo aun echado en mi cama.
— Levanté —ordena.
— No me da ganas de pararme —mascullo.
— Bueno esta bien —mascullo al echarse a lado mio.
— ¿Que te ha pasado hoy? ¿Por que estas así?
— No mucho que digamos, hoy a venido a visitarnos mi tío y su esposa argentina, se están quedando en el cuarto de invitados. Alonzo quiere que le llevemos a la fiesta de Halloween —comento —. Bueno nada mas que yo sepa. 
— Oh que interesante —masculla.
— Que hay de interesante en que me visite mi tío —mascullo —. Oh que Alonzo me pidiera que lo llevara.
— Ninguno tontito —masculla —. Me alegro que tu tío te viniera a visitar.
— Bueno a mi tío, no lo veo hace tiempo —aclaro. 
— De acuerdo. Bueno con que respecta a Alonzo —masculla —. ¿Porque te pido que lo llevaras?
—Bueno con que respecta Alonzo, aun no lo decido —respondo.
— Me han comentado que esta saliendo con alguien de ultimo año —masculla.
— Asi esta saliendo alguien de ultimo año —comento.
— Ya entiendo —masculla.
— ¿Como la pasaste esta tarde? 
— Bueno mas o menos, tuve que ser algunas cosas —responde —. Mikha me pidió un favor, al momento que me fui del comedor para hablarte sobré los disfraces.
— Que clase de favor. Te pidió —mascullo.
— Cosas de chicas —masculla sonriendo.
— De acuerdo —mascullo.
— Bueno cuéntame como es tu tío y su esposa argentina —masculla con interés.
— Bueno mi tío Samuel, o sea el hermano menor de mi padre. Vive y trabaja en Argentina. Sobre de su esposa argentina. Se llama Sharona, es muy simpática a simple vista —comento —. Bueno hoy ambos, nos contaron su vida en la ciudad de Buenos Aires.
— Asi es el hermano menor de tu padre —masculla —. Y que su esposa Sharona es simpática.
— Bueno si. Aunque no se mucho de mis familiares de padres —comento sobre mi familia —. Samuel lo apreció como una figura paterna.
— Ya entiendo —masculla.
Nos quedamos en silencio ambos. 
Porque fue un momento muy delicado para ambos.
— Bueno cambiamos de tema —mascullo.
— No quise que recordaras el funeral de tu papá —masculla —. Lo siento.
— No me importa pero de vez en cuando lo extraño —mascullo con sutileza —. Y que hay de ti no lo extrañas, quiero decir a tu papá.
— Aun lo sigo extrañando —masculla con melancolía.
Me levante y la mire fijamente. 
Había cerrado los ojos para no llorar. Pero ya había brotado un par de lágrimas de sus ojos. 
Me acerqué a ella, con el dedo pulgar limpie la lágrima que había llegado a su mejilla.
Me agarro la mano con un poco de fuerza que la puso en su cara, con su otra mano me agarro del cuello, para acercarlo a comisura de sus labios. Para luego besarme en los labios. 
Fue un beso húmedo al chocar sus labios contra los míos que solo duro un par de segundos. 
Luego nos separamos, nos miramos y luego nos reímos. 
—  Eso fue algo raro, ¿no? —masculla avergonzada.
— No lo se es la primera vez que me besan en los labios —mascullo.
— Es en serio Sam —masculla —. Nunca has besado a una chica en tu vida.
— La verdad que no —afirmo — No es que no me gustas las mujeres, pero no es mi estilo por decirlo así —mascullo —. ¿Y tu has besado a alguien?
— A entonces es tu primer beso ¿no? — masculla.
Asiento con la cabeza.
— Y si también es mi primer beso —masculla —. Mikha me dijo que tu primer beso es extraño y húmedo pero no es como es "!Whao! !Que genial!" es lo que me dijo —comenta —. Y si me gusto en verdad.
— A entonces estamos iguales ambos —mascullo —. En lo respecta en besar a alguien.
— Si en eso estamos de acuerdo los dos —masculla.
— Pero solo lo fue por experimentar, ¿no? —mascullo curioso.
— Por supuesto qué si —masculla —. Y  tu que pensabas en esa mente pervertida que tienes.
— Por mi parte nada. Pero tu que me cometas —mascullo—. ¿Que pasa por tu mente?
— Bueno pasan varias cosas pero no es que te incumba meterte en la mente de otra persona —masculla.
— Bueno es solo curiosidad —mascullo.
— Que tal esto. —masculla, al acercarse hacia mi.
Y me volvió a besar de nuevo pero con mas intensidad, era húmedo y tierno a la vez.
Seguimos así por un buen tiempo, nos abrazamos sin aparta nuestros labios. 
Era todo una euforia en mi cuerpo, cada vez era con más intensidad.
Subí mi mano por debajo de suéter que llevaba puesto, sentí su piel suave y cálida.
Que me doy cuenta que no llevaba puesto nada por debajo del suéter que tenía puesto.
Entonces Sophie se sentó encima de mi. Me saco la sudadera que tenia y habló.
— Veo que este verano te has puesto un poco musculoso —comenta —. Por lo que veo. Que interesante.
Y puso su mano sobre mi pecho y comenzó acarriciarlo con suavidad, todavía esta encima de mi. 
La veo fijamente a sus ojos claros que me fascinaban, porque cambiaba la tonalidad de sus iris cuando le daba la luz. De unos ojos grises claros pasaban a verdes claros. También unos azules claros por momentos.
Me le levante para verla mejor.
Ambos nos miramos con curiosidad e intriga, porque no sabíamos lo que iba pasar después.
Le toque su mejilla suavemente, ella cerro sus ojos al sentir el tacto de las yemas de mis dedos.
Entonces con la otra mano subí lentamente su suéter hasta la altura de su busto.
Sentí el calor que emanaba su piel.
Ella levanto sus brazos para que se lo quite por completo.
Ella me abraza para comenzar de nuevo a besarme, ambos nos echamos de nuevo en la cama.
Y seguimos así por un largo tiempo besándonos sin restricción alguna, nuestros labios chocando con ferocidad, al igual que nuestra lengua, ambos sin dar tregua para respirar, ya nuestras hormonas se acelerarán, revolucionando en nuestro cuerpos. Todo era euforia y hermoso a la vez.
Sophie me quita los vaqueros que tenia puesto y yo le quite el pantalóncillo tejano que tenia puesto.
Nos vimos vueltas sobre la cama, nos enrollado con la sabanas, una y otra vez. 
Hasta que entramos debajo de las sabanas. Solo teníamos nuestra ropa interior por debajo, nos acercamos más y nos besamos de nuevo. 
Sophie bajo su mano hasta mis bóxers.
— Estas caliente ahí abajo —masculla con inocencia.
— Tu también, lo estas.
Le había tocado sus bragas por encima tela, estaba húmeda.
Ambos nos miramos teníamos nuestros labios hinchados, las pupilas dilatadas, nuestros cuerpo calientes al roce de nuestras pieles.
Empezamos a besarnos y a tocarnos mutuamente por debajo de la sábana.
Luego nos acurrucados y nos dormimos juntos, bueno aun con nuestras prendas íntimas.



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En el texto hay: instituto, jovenes, romances

Editado: 14.09.2023

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