Casualidades

9. Encuentro & Despedida

Ya había pasado una semana de la fiesta de Halloween. Sophie y yo aun salíamos pero me quede pensando en Ellen.
En el trascurso de la semana dentro de mi casillero siempre encontraba algo distintos como una postal hasta un collar artesanal, no le tome importancia. 
El sábado estaba en la librería atendiendo. Ahí me encontré con Ellen leyendo un libro. La veo de reojo y ella me alzó la mano para saludar, le devolví el saludo y me fui al almacén para revisar el inventario, tarde como hora y media en almacén.
Ya eran las tres de la tarde, así que baje al primer piso, veo que Ellen ya se había ido, así que le dije a mi madre que me iba a casa, me despide de ella, Becth y Liliana.
Salí por la puerta trasera de la tienda. Me fui a mi auto que estaba estacionado en frente de la librería, subí a mi auto. 
Conducía por calle principal para salir a la carretera en el camino me encontré con Ellen en la parada del autobús.
— Hola Ellen —salude —. ¿Como te a ido hoy?
—Ah hola Sam —masculla sorprendida.
— Hoy te vi en la librería —comento.
— Así estaba leyendo un libro que me interesó —responde cabizbaja.
— A que bueno —mascullo —. ¿A donde te diriges?
— A mi casa —responde —. Tengo que cuidar a mi hermano menor.
— Ah entonces, sube te llevo —mascullo al proponer a llevarla a su casa.
— Ah no lo se —masculla dudando.
— Vamos  —animando —. ¿Donde vives?
— Ah bueno en los suburbios Halleys —responde.
— Ah entonces vamos te llevó —mascullo con seguridad.
Me miro pensativa.
— Ah esta bien —masculla al agarrar su bolso que estaba en el asiento. —. Vamos. 
Entro al asiento del copiloto, nos fuimos por la carretera escuchando la musica que sonaba en la radio, ninguno hablo en todo el caminó.
Tardamos unos treinta minutos en llegar a su casa.
Era una casa de un solo piso, con un gran jardín en la entrada. Ellen vivía en 420 de la calle Solaris. 
— Gracias por traerme Sam —masculla.
Se despidió dándome un beso en la mejilla, salio del auto caminando hasta que llego a su puerta, saco sus llaves para abrir y luego entro a su casa.
Luego me fui casa; cuando llegue a mi casa veo a mi Tío Samuel y Sharona que estaban empacando sus cosas para ir al aeropuerto.
— Hey Sam, que bueno que hallas venido temprano. Ya nos estábamos yendo del pueblo —masculla Samuel —. Nos vamos a Las Bahamas a disfrutar nuestros ultimas semanas de vacaciones.
— Fue un gusto de conocerte Sam —masculla Sharona —. Nos veremos pronto
Sharona que estaba a lado de Samuel.
—Que la pasen bien en su viaje. Les deseo lo mejor a ambos —mascullo —. Que disfruten sus vacaciones.
— Gracias —masculla Samuel.
— Necesitan alguna cosa mas —mascullo.
— No ya esta todo listo —masculla Samuel —. Pero gracias por ofrecerte Sam.
— Ahora nos dirigimos a la librería —masculla Sharona —. Para despedirnos de tu madre, Becth y Liliana.
— Les puedo llevar —ofrecí —. Vengo de ahí.
— No te preocupes — masculla Samuel —. Hemos pedido un taxi.
— Ah bueno, esta bien —mascullo —. Hasta la próxima tío Samuel.
Le doy un fuerte abrazo a mi tío y Sharona. 
Al pocos minutos vino su taxi, les ayude a cargar sus cosas.
— Nos vemos pronto Sam —masculla Sharona al entrar al taxi.
— Adiós —masculllo.
Y el taxi tomo marcha y se fueron. 
De ahí me entre a casa y me fui a mi cuarto.
******
Como a las siete de la noche; Sophie me manda un mensaje de texto en el móvil.
Sophie: "¿Que estas haciendo?"
Yo: "Estoy en la cama. Estaba durmiendo un poco"
Sophie: "Ven a mi casa, estoy sola. Mi mamá va llegar tarde. Me dijo que iba al Aeropuerto"
Yo: "Ah no lo se. Ven tu a mi casa mejor. No tengo ganas de salir ahora"
Sophie: "Ya esta bien iré que mas me queda" 
Después ese ultimo mensaje. 
Minutos después Sophie toco el timbre. La deje entrar y subimos a mi cuarto para estar a gusto.
— Porque no quieres salir —masculla al entrar al cuarto.
— No tengo ganas de salir a ningún lado —mascullo a echarme en mi cama.
— Si es porque tu tío se a ido, tranquilo ya va a volver. No preocupes —masculla al echarse a mi lado.
— No es por eso. Tengo que contarte algo que paso hoy —mascullo al mirar al techo —. No te vayas a molestar. Esta bien.
— No me voy a molestar —masculla.
— Recuerdas la otra noche, la de fiesta Halloween —masculllo —. Estaba conversando con una chica del instituto.
— Y que tiene de malo eso —masculla.
— Es que la conocí en la librería —comento —. Y hoy me la encontré de nuevo en la librería y la lleve a su casa.
— Y esa joven —masculla —. ¿Cual es un nombre?
— Si se llama Ellen Landom —respondo —. Además esta en ultimo año del instituto —aun mirando hacia al techó.
— Y dime una cosa —masculla —. ¿Y ti te interesa conocerla? 
— Creo que es al revés —mascullo —. Creo que yo le intereso.
— Es en serio —masculla —. Lo que me diciendo.
— Si es en serio —masculllo —. Creo que me esta acosando, me estoy preocupando un poco.
— Ah si tienes una fan —masculla —. Y es de ultimo año.
— ¿Ah? —mascullo al mirarla.
— Si a veces nosotras las chicas. Nos volvemos fan de una persona —masculla —. En ocasiones nos volvemos obsesiva hacia una persona, bueno también depende como es la chica.
— Eso ya lo se, lo leí en un libro. Pero no creo que sea ese tipo de persona —masculllo —. Al parecer se mantiene lejos para no levantar sospechas, creo que lo quiere guardar en secreto.
— Bueno si es así cuidate —me advierte —. Nada más te digo.
— Porque me parece tranquila —mascullo.
— O sea que si te gusta —masculla.
— No es eso, me parece agradable conversar con alguien que tiene algo en común conmigo —mascullo.
— No le hagas ilusiones a la chica —masculla —. Si no pensara que también le gustas.
— Pero solo hemos hablado un par de veces —mascullo.
— Pero así es como comienza una relación obsesiva —masculla —. Primero son las conversación; segundó te va invitar a salir; y tercero que te haga insinuaciones o indirectas.
— Solo son conjeturas tuyas —comento —. Seguro solo quiere ser una amistad mía.
— Bueno es tu decisión —masculla —. Ya te dejo que haces con tu fan enamorada.
— Ya esta que tuvimos esta conversación —mascullo —. No estas enojada conmigo, ¿cierto?
— Por supuesto que no. Es parte de ser un adolescente —masculla —. Ya entenderás poco a poco. Mas bien ven para acá.
Me hizo un gesto con dedo índice. Me acerque y me beso en los labios con dulzura y apasionada hasta que nos separamos por falta de aire.
— No se porque aun seguimos besándonos —masculla —. Pero poco a poco se vuelve más adictivo y me gusta.
— Bueno no voy discutir por eso —mascullo.
— Me parece o te estas aprovechando de mi —masculla con inocencia.
— Por supuesto que no —mascullo —. Yo jamas haría eso. 
— Eso es trampa —masculla.
Pero nos besamos otra vez, ahora ella estaba encima mio, cada vez era mas intenso e excitante a la vez. 
Nos sacamos nuestras camisetas. Primero a mi, toco mis pectorales. Luego yo le quite su camiseta puesta, seguimos besándonos. 
Rodamos por la cama hasta enredamos con las sabanas.
Me quito el pantalón, bajo su mano a la entrepierna con una mirada de timidez me miro, siguió tocando encima de mis bóxer con mayor intensidad. 
Luego la eche en la cama y baje mi mano para desabotonar su pantaloncillo puesto, comencé a toca sus lindas y suaves piernas.
Nos quedamos en ropa interior con torsos desnudo. Nos seguimos besamos cada vez era mas intenso, nos tocábamos sin restricción alguna.
Ella empezó lentamente a masajear la entrepierna y yo comencé a tocar sus pechos de tal manera que sus pezones estaban tenso.
Ella me quito los bóxer y me comenzó a masturbar con su manó primero, yo estaba poniendo tenso cada vez mas. Entonces comenzó a lamerlo con mas intensidad. Estaba tan excitado que no aguante mas que termine en su boca. Ella se sorprendió que lo tomo todo.
— Lo siento —mascullo —. No quise acabar en tu boca.
Ella toda fascinada y excitada. Me miro y me habló.
— Ahora me toca mi que me lo hagas —masculla con inocencia —. Pero ve despacio. De acuerdo.
Entonces ella señalo su entrepierna, yo baje a su pelvis, con cuidado le quite su ropa interior estaba realmente húmeda. Estaba contemplado la parte intima de una mujer. Entonces con mis dedos toqué sus labios mayores con suavidad y empecé a hacer un poco de fricción pero lento. Ella se tensaba con fuerza, continúe así por un tiempo. Luego pose mi boca sobre su intimidad, comencé a lamer y a jugar con mis dedos sobre sus labios hasta llegar a su clítoris. Ella me agarro la cabeza con fuerza.
— ¡Ah cielos! —exclama excitada —. Sigue así, quiero más. Justo ahí.
Después de unos minutos Sophie tuvo su primer orgasmo. Seguir dándole placer en su intimidad. Que siguió gimiendo de placer, después de su tercer orgasmo, se vino en mi cara.
— Te viniste —mascullo.
— Es que es tan excitante cuando tu haces —masculla —. Que que no aguante más y me vine.
— Es delicioso, ¿sabes? —mascullo.
— Así que te gusta —masculla al morderse su labio inferior —. Entonces hay que hacerlo de nuevo pero de otra forma.
— Que hacer la 69 —sugiero.
— Por que no, ya hemos llegamos hasta aquí —masculla excitada —. Hay que seguir experimentando. No lo crees.
Entonces comenzamos de nuevo, lo hicimos de tantas maneras que nos complacimos mutuamente.
Luego de terminar de complacernos.
Nos fuimos al baño, entramos a la ducha desnudos.
— Me siento un poco incomoda —masculla —. Estando los dos dentro de la regadera.
— Hemos estado en la cama los dos juntos hace un momento —mascullo —. Y te da vergüenza estar en la regadera.
— No es eso —masculla —. Es que es la segunda vez que estamos en la ducha, ¿sabes?
— Cierto —afirmo —. Que tal si nos bañamos juntos.
— No me siento cómoda —masculla —-. Aunque la primera vez fue muy excitante.
— Solo bañaremos —mascullo —. Nada mas. 
— No esta bien —masculla —. Si tu madre viene y nos ve.
— No te preocupes van a tardar del aeropuerto hasta el pueblo —mascullo —. Recuerda que la ciudad esta a tres horas del pueblo.
En realidad el pueblo donde vivía estaba en medio del bosque las únicas vías para llegar a la gran ciudad eran por la carretera 124 o pasando por la carretera 666 era la antigua carretera para ir también.
— Eso cierto pero ya van a hacer las nueve de la noche —masculla —. Ellos se fueron a las cuatro de tarde a la ciudad ya deben estar llegando. No lo crees.
— Es cierto, no lo pensé —masculla —. La hora se paso volando.
— Si hemos estado solos por un par de horas —comenta.
— Ya tranquila, no va a pasar nada —mascullo al abrazarla.
Continuamos bañando juntos, nos tardamos unos veinte minutos.
Salimos de la regadera con cuerpos húmedos, le pase una toalla limpia a Sophie para que se secara y cubriera el cuerpo.
Entramos al cuarto en el reloj del móvil que ya eran las nueve y media de la noche.
Veo también que me había llegado un mensaje de texto, lo revise era un mensaje de mi madre. 
Madre: "Hey Sam ya estamos llegando a casa, estamos por el pueblo, llegamos en 20 minutos" 
Yo :"Esta bien estoy en casa con Sophie" 
Madre : "Esta bien. Aquí esta también su mamá y su hermana, dice que la esperen" 
Yo: "Esta bien" 
Después de eso le conté a Sophie.
— Ya ves te dije que llegarían antes  —masculla al secarse el cabello con la toalla —. Felizmente que terminamos antes.
— Bueno tenias la razón —mascullo. 
— Mejor nos terminamos de cambiar —masculla —. Antes que lleguen a casa.
Después de cambiarnos. Sophie tenia el pelo aun húmedo.
— Todavía tengo el cabello húmedo —masculla.
— Ahora vuelvo —mascullo al salir de la habitación. 
Me dirigía al cuarto de Susan, entre agarre su secador de cabello.
Volví a mi cuarto, le pase el secador a Sophie, ella entro al baño, conecto el secador a la corriente empezó a secar su cabello.
Se tardo un buen tiempo en secar su cabello, luego de eso bajamos a la cocina a preparar algo de comer, teníamos bastante hambre. Me prepare unos emparedados de queso. Sophie se limito en comer cereal con yogourt.
Paso un tiempo, escucho que la puerta de la cochera que se abre para luego escuchar pasos subiendo por la escaleras hacia la cocina, abrieron la puerta. Era Becth felizmente.
— Hola Sam —saluda al verme —. Estabas aquí en la cocina.
— Si claro —mascullo —. Estábamos comiendo.
— Hola Becth —saluda Sophie.
— Hola Sophie —saluda Becth —. Disculpa no me di cuenta que estabas aquí —masculla —. Ah por cierto tu madre me dijo que vayas a casa y que no tardes.
— Ah bueno esta bien —responde Sophie.
Becth se fue a la sala de la casa. 
A los pocos minutos mi madre entra a la cocina, y nos queda mirando mientras que estamos comiendo en la encimera de cocina.
— Asi que estabas aquí en la cocina —masculla mi madre —. Y Sophie también.
— Si estamos comiendo, teníamos hambre —respondo.
— Esta bien —masculla mi madre —. Hey Sophie, tu mamá se fue con Zelanda, en camino se durmió y se fue a dejarla primero a tu casa, me dijo que no tardes.
— Así me acaba de comunicar Becth —masculla Sophie.
— Así que bueno. Nos vemos luego, me voy a descansar —masculla mi madre —. Buenas noches Sam y a ti también Sophie.
— A usted también señora —masculla Sophie.
Mi madre se fue de la cocina por el pasadizo hasta llegar a la escalera y subir por los escalones al segundo piso.
— Bueno al menos no sospecharon nada —comento.
Al asegurarme que mi madre y Becth, ya habían subió a sus habitaciones.
— Bueno es la hora de irse a casa —anuncia.
— Bueno te acompañó —mascullo.
— Esta bien —masculla al sonreír.
Salimos de mi casa, la acompañe hasta el pórtico de su casa.
— Hasta luego Samy —se despide al momento que entro a su casa
Luego me fui a mi casa.



#48052 en Novela romántica
#7763 en Chick lit

En el texto hay: instituto, jovenes, romances

Editado: 14.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.