Catalina

Eran fantasmas, eran inmortales

Cuando llegó a la orilla del río, no supo por donde tomar. Desde siempre, se había sentido perseguido pero, ahora, era una realidad. Fantasmas del pasado le habian cortado el camino de vuelta a casa y, sólo, había podido correr. Muerto de miedo, sus pies pisaron el agua. Echó una mirada al cielo, como esperando ayuda de lo alto.¡Que la ayuda llegase antes de que la oscuridad fuese total, porque en lo oscuro ellos tenían ventaja! Enfrentarse a los fantasmas no era una opción.                     




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