Catarsis

El Planeta en 80 Años

Noé acababa de cumplir ocho años cuando empezó a soñar con desastres naturales.

El primero que tuvo fue durante unas vacaciones que realizó con sus padres a Ensenada, Baja California, donde el mar es más azul que un cielo despejado. En la quimera de esa noche, nadaba en lo profundo del océano y conoció a un mamífero parecido al delfín, color gris, con una coloración negra alrededor de sus ojos y con labios sobresalientes que parecen dibujar una sonrisa. El cetáceo se acercó a él y aleteó a su alrededor haciendo ruidos extraños, hasta que una red los atrapó a ambos y los sacó a la superficie. Noé lo vio morir. Y entonces despertó.

No se acordó de ello hasta que, durante el desayuno, en el periódico que su padre leía pudo notar una fotografía del animal con el que había soñado y comenzó a leer: “La exposición multimedia Vaquita Marina entre redes: Una historia que no debe repetirse se inauguró hoy con el propósito de sensibilizar a la población sobre esta especie endémica de México y al borde de la extinción con menos de 30 ejemplares”.

Cuando el infante notó sus premoniciones fue cuando esto le sucedió por segunda ocasión. Pastizales ardiendo, animales huyendo, un bosque enrojecido y ambientado como si se tratara del mismísimo infierno fue lo que vio mientras descansaba tras un día de escuela y tareas.

“El incendio de Camp Fire ha sido el peor en la historia de California”, así calificaron los medios estadounidenses a esta tragedia. Noé miraba atentamente las imágenes en la televisión, que eran como un deja vú. Las llamas arrasaron con casi 62 mil hectáreas, más de 13 mil casas y 500 negocios, dejando al menos 88 personas fallecidas y centenares de desaparecidas.

La tercera vez, el pequeño soñó con enormes olas arrastrando casas, autos y a personas cantando y bailando. Por la mañana, se levantó a sintonizar rápidamente las noticias, donde escuchó: “cientos de viviendas, decenas de hoteles y embarcaciones destruidas conforman la devastación que un tsunami dejó a su paso cuando golpeó el estrecho de Sonda, entre las islas indonesias de Java y Sumatra”. Fueron más de 400 muertos los que este maremoto dejó.

 

-          ¿Qué pasa, Noé? ¿No vas a salir a quemar cohetes con tus primos para dar la bienvenida al 2019? También hicieron una fogata y quieren aventarse globos con agua – le dijo su mamá al verlo sentado en el sillón mirando atento el majestuoso Árbol de Navidad natural que habían instalado en la sala.

-          ¿Sabes que la pirotecnia es uno de los factores que incrementa la contaminación atmosférica, la cual causa seis millones de muertos cada año en todo el mundo y provoca un cuarto de los cánceres de pulmón, ataques al corazón e infartos cerebrales?

-          ¿Te enseñaron eso en la escuela?

-          No, lo investigué. También leí que en los últimos años ha aumentado la cifra y la devastación de los desastres naturales, consecuencia directa del cambio climático… Así que creo que deberíamos buscar otras formas de divertirnos y de celebrar las fiestas porque, mamá, ¿qué clase de mundo soñaré cuando tenga 80 años?



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En el texto hay: desamor, amor, vida en sociedad

Editado: 11.01.2019

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