solución VIII

Salir de las Cuatro Paredes...

Atrévete a hacerlo… con miedo o sin él, pero sal de esas cuatro paredes.

Sal y prueba lo que hay afuera.

Pruébate a ti misma en el invierno y el verano.

Contra el viento y la marea.

Experimenta fuera de esas cuatro paredes.

Ve que hay más colores y matices de los que crees.

Mira que el cielo no siempre está limpio y no deja de verse hermoso.

Camina por el césped y siente cómo conecta contigo la naturaleza.

Disfruta de la arena, la tierra, las piedras y los ríos.

Camina por todos esos lugares que son opuestos a esas cuatro paredes.

Gira un poco tu cabeza.

Y cambia la perspectiva.

Cambia la perspectiva de tu mundo cotidiano y mira cómo se compone el resto.

Ve las otras maneras en las que se manifiesta la vida y solo en las que tú consideras.

Abraza cada instante porque no existen dos iguales.

Atrévete a gritar y a cantar en la calle que la vida es una sola.

Cambia el tono de tu cielo y mira como la atmósfera cambia.

Intenta cambiar.

Intentar salir de las cuatro paredes.

No eres un objeto. Eres una persona que necesita expandirse, necesita ocupar el espacio que le corresponde.

Mereces un espacio, mereces una voz. No atrás de alguien, no con una consigna ajena, con la tuya que salga del fondo de tu alma.

Encuentra esa voz y déjala que grite.

que grite tan fuerte como quiera…

escúchate  a ti misma y no a través de las demás personas.

Sal de las cuatro paredes.

Sal de esos sitios que te impiden ver más allá.

Solo sal.