Capítulo 8

AURA

Desde que Lucia salió de la casa con Blake, Wesley no se ha despegado de la ventana, esperando su regreso. Entiendo su preocupación, yo también la tengo, pero no puedo estar desconfiando de la gente solo porque su pasado lo marca.

Sé que Blake es Zabat y lo peor, que ha sido primo de Jean, el que casi acaba con mi vida y la de mis amigos. Lo supe al leerle la mente a Lucia en un momento de distracción.

Cecilio dice que confiemos en él, pero no puedo evitarlo y por precaución le digo a Lucia que no confié mucho en él.

—Mi amor ¿crees que fue buena idea dejarla estar con él, fuera de la agencia?—se gira, sentándose en la ventana para prestarme atención, yo termino de peinar mi cabello y lo miro.

—Wesley yo también estoy dudando, pero si Cecilio lo mandó, por algo será.

—Pero ni siquiera sabemos si es verdad que Cecilio ha permitido eso—alega, dejándome pensativa, pero lo desecho al recordar que le leí la mente—sé que le leíste la mente, pero... ¿si controla los pensamientos como Ryan?

—No lo sé...ahora estoy preocupada por lo que dijo Lucia—frunce el ceño acercándose a la cama, me levanto del tocador y me siento a su lado.

—¿Qué cosa?

—Que no puede leerle la mente.

—¿Y es extraño por...?—como el olvida las cosas.

—Wesley por favor, recuerda que yo no puedo leer tu mente—asiente—es porque eres el amor de mi vida—sonríe—hablo en serio...Lucia no puede leerle la mente a Blake ¿entiendes?—su sonrisa se borró.

—¿Estás diciendo que él es el amor de su vida?—su mirada se volvió sombría—no—se levanta enojado—¡no lo permitiré! ¿y si la mata?

—No sé Wesley—me levanto acercándome a él, apoyo mi mano en su hombro y él la toma—voy a indagar en el libro a ver si encuentro algo que me de otra explicación...ojalá Cecilio estuviera vivo, él tendría las respuestas a nuestras dudas—me siento triste, siento los brazos de Wesley rodearme.

—Esperemos que tu teoría no sea cierta—asiento—te amo.

—Yo te amo más—sonrió apoyando su mentón en mi cabeza.

—Nunca me cansaré de decirlo—me sacude aún abrazándome.

Wesley es infantil a veces y me encanta por eso, antes era frío y distante; y un poco bipolar, todo eso me enamoró. Pero ahora después de tener a Lucia el cambió totalmente y es más cariñoso, atento y sonríe casi todo el tiempo.

Escuchamos el motor de un auto afuera y Wesley se separó instantáneamente de mi corriendo hacia la ventana.

—Llegó—dijo emocionado y corriendo escaleras abajo.

Yo me quedé arriba y los vi desde la ventana, Lucia se despedía de Blake con la mano y el arrancó el auto desapareciendo por la carretera.

Escucho las preguntas que les hace Wesley a Lucia.

—Pero dime ¿Qué más hicieron?

—Papá...solo practicamos y pude clonarme una vez—esto último lo dijo emocionada—solo eso.

—¿Por qué tardaron tanto? —mi hija suelta un suspiro.

—Porque yo insistí en quedarnos hasta que lo volviera a hacer, pero no pude.

—Pero...

—Papá tengo sueño, quiero ir a dormir—entraron a mi habitación—hola mamá—me saluda con un beso en la mejilla y se dirige a la puerta—buenas noches.

—Buenas noches cariño—nos despedimos.

Wesley refunfuña metiéndose en la cama y arropándose.

—Está diciendo la verdad—me adentro entre las sabanas.

—¿Le leíste la mente?—asiento, causando que soltara el aire de sus pulmones aliviado.

Nos despedimos con un beso y apagué la luz con telequinesis.

///

Las cosas se están poniendo serias, no queremos alarmar a los chicos, ni a nuestros amigos, pero los Zabat están mandando señales. Hace dos días mandamos a un pequeño grupo a atender un caso en Atlanta y dos de ellos murieron, los otros chicos dijeron que eran personas los que los mataron con ayuda de los espíritus negros.

—Wesley, creo que debemos hablar con los demás...en cualquier momento nos pueden atacar y debemos estar en alerta.

—Tienes razón—junta sus dedos apoyando sus codos sobre el escritorio—vamos a llamarlos...a todos—nos levantamos.

///

—Los Zabat están alertándonos de que se aproximan—comienza a hablar Wesley—hace dos días mataron a dos de nuestros miembros en un caso en Atlanta y no sabemos que más pueden hacer.

—En cualquier momento vendrán por nosotros—dice Darío.

Tocan la puerta interrumpiéndonos, Lucia se levanta a abrir apareciendo Blake.