Capítulo Final

CECILIO

—¡¡¿Dónde está mi poder?!!—grita con ira.

Se acerca rápidamente a mí, pero se detiene antes de agarrar mi cuello. Abre los ojos y pude ver en su mirada la misma expresión que hicieron Lucia y Blake al morir en sus manos.

Cae de rodillas y tras él se encuentra Lucia con lágrimas en los ojos. Todos están sorprendidos de verla rápidamente dirigimos nuestras miradas hacia el cuerpo inerte en el suelo y no está.

Se había clonado y nunca lo supimos. Ella camina con lentitud hacia Blake y cae de rodillas a su lado.

Se queda un rato mirándolo hasta posa sus labios sobre los de Blake.

Repentinamente aparece una luz que los envuelve.

Nunca había visto algo así en mi vida. La luz se intensifica acabando con todos los Zabat, miles de cuerpos en el suelo por la luz que irradia Lucia.

Si saco mis conclusiones puedo pensar que es el beso del amor eterno, el beso que acabo con los Zabat de una vez por todas.

LUCIA

Lo abrazo, lo abrazo deseando que vuelva a la vida.

Pensé que al clonarme y que mataran a mi clon haría que la maldición terminara, pero aún así el murió y me duele tanto.

Tal vez llegué tarde para salvarlo, no podía moverme porque sentía lo que a mi clon le hicieron cuando la mataron.

¿Dónde está su espíritu al menos para despedirse?

—Blake—acaricio su rostro lleno de golpes y sangre por doquier—te amo y siempre lo haré—lo beso en los labios.

Abro los ojos lentamente y me levanto caminando hacia donde mis padres, abrazándolos con fuerza. Ellos han llorado por pensar que morí, al igual que todos los demás.

Sin decir nada me alejo porque no quiero ver la escena de como se llevan a Blake y del solo hecho de que no lo volveré a ver.

///

—cariño, te traje una taza de té—entra mi madre y más atrás mi padre.

—Y galletas, tus favoritas—trato de forjar una sonrisa para que no se sientan mal, pero no tengo ganas de nada.

Perdí a dos personas el mismo día, mi mundo se ha derrumbado por completo.

FLASHBACK

Entro a la casa y me encierro en mi habitación a llorar con todas mis fuerzas, no quería que me vieran quebrada. Me encuentro sentada en el suelo, mi espalda apoyada a la cama, mientras miro a la nada.

Ya no estoy llorando, solo estoy sentada recordando el poco tiempo que estuve con él y no supe aprovechar, del cómo me enamoré tan rápido que lo veía hasta en mis sueños. Aunque no lo pareciera y no lo expresaba, siempre pensaba en él.

—Lucia—escucho en un susurro y levanto la mirada por primera vez en toda la noche, miro hacia la ventana y veo los rayos del sol asomarse por ella.

Ya amaneció.

—Lucia—se sienta a mi lado—lo hiciste amiga—me sonríe con tristeza—lamento lo de Blake.

—Gracias...—la miro y ella me abraza, puedo sentirla y es extraño.

—Ya debo irme—me separo de ella sorprendida y confundida—mi propósito era descubrir como morí y verte acabar con los Zabat y ambos ya se han cumplido, es hora de irme...—baja la mirada y noto que está tan triste como yo ahora—vine a despedirme.

—No me dejes, no ahora—le rogo, pensé que me había quedado sin lágrimas, pero veo que no porque están volviendo a salir.

—Lo siento...—ella también llora—prométeme que reharás tu vida y encontraras al amor de tu vida...

—El amor de mi vida murió, Grace.

—Es cierto, nadie cambiará eso, pero al menos encuentra a alguien y haz más amigos, Alonso es demasiado raro—reímos—prométemelo.

—Lo prometo—la abrazo—te quiero mucho, amiga—digo con la voz ya quebrada.

—Yo también te quiero.

Al decirlo, como una ráfaga de luz ella desapareció, miro la foto de nosotras que está en la mesita de noche y una última lágrima resbala por mi mejilla.

Descansa en paz amiga.

FIN DEL FLASHBACK

—Gracias—las tomo y las coloco a un lado.

Mi madre toma mi mano y mi padre se sienta a mi lado abrazándome.

—Sabemos que no tienes ganas de nada, cariño, pero no quiero verte así.

—Ya ha pasado una semana en la que no te has levantado de la cama, no puedo verte así—dice mi madre a punto de un colapso.

—Lo siento mamá—dicho esto el timbre suena y ella se levanta con una mirada triste, dejándome sola con mi papá.

—El no quisiera verte así, el entenderá que tú debes seguir adelante, aunque duela su partida.