Antes de que los chicos se enfrentarán contra la momia, se levantó un campamento en la base imperial debido a que comenzaba a anochecer, la gran mayoría de equipos ya se encontraban de regreso. Todos los soldados estaban exhaustos, habían explorado grandes extensiones de arena o inmensos edificios sin éxito alguno, por lo cual, se dispusieron a cenar efusivamente bajo coloridas carpas de tela fina. Entre los equipos presentes en el campamento se hallaban los pertenecientes a Nuria Berenguer y Selene Amaris, quienes discutían respecto al desarrollo de la misión dentro de la carpa principal.
—Ah, no puedo creer que no encontráramos nada, ni siquiera una insignificante pista— espetó la emperatriz desilusionada y abatida.
—No desespere majestad, aún faltan algunos equipos por llegar puede que traigan noticias interesantes.
—Si, quizás… ¿Se han comunicado?
—No sabría decirle con precisión, la señal es muy inestable, los mensajes están llegando con retraso a los operadores.
—Entiendo...La comunicación sería mejor si los hechizos de telepatía no fueran tan complicados… Y como si fuera poco, los galanight conocen sobre la presencia de la reliquia ¿Cómo pudieron saberlo? ¿Y si atacan la base?
—Mi señora, pensaremos en eso después, por ahora necesita descansar.
—Descansaré cuando todos los equipos hayan regresado ¿Cuántos faltan precisamente?
—Lo desconozco, los operadores deben tener la información.
—En ese caso, vamos a consultarles— decretó levantándose del sofá en el que se encontraba recostada para salir en el acto.
En la misma carpa, en un espacio continuo separado por una cortina, Marth y Alain escuchaban la conversación mientras cenaban. Cabe destacar que al príncipe no le alegraba compartir mesa con él.
—¿Qué pasa Alain? no has probado bocado— apuntó indiferente, no le interesaba en realidad, simplemente detestaba su desdichado silencio.
—No tengo apetito majestad.
—Ah, tan propio de ti… O ¿será que te entristece que tus amigos galanight fuesen descubiertos?
—¿Disculpe?
—Vamos, fuiste tú quién descubrió la presencia de una reliquia en este planeta y casualmente ellos obtienen esa información, es demasiada coincidencia.
Alain no mostró una expresión en particular.—. Es libre de pensar lo que desee su majestad— enunció calmadamente a la par que agarraba su comunicador.
—¿No vas a defenderte? Bien, como quieras, me consta que eres un traidor.
El capitán no prestó atención a sus palabras, estaba concentrado leyendo el último mensaje registrado en su comunicador “Luka Stellan:Buena suerte en la misión...ve con cuidado”. Dio un suspiro y regresó la mirada al frente.—. Majestad ¿Ha visto a Luka Stellan?
—¿Eh? No desde la mañana… me parece que su equipo no ha regresado.
—Eso temo— mencionó poniéndose de pie y dirigiéndose a la salida.
—¿A dónde crees que vas? Mi madre te prohibió salir.
—Revisaré si ha regresado junto a su equipo. En tanto me encuentre dentro de la base considero que no habrá problema.
—En ese caso iré contigo, simplemente porque Luka es mi amigo— indicó abandonando la mesa.
Al salir de la carpa recorrieron cuidadosamente el campamento en busca de alguno de los chicos, desafortunadamente, no encontraron rastro alguno de ellos. Fue así que decidieron preguntar directamente a los operadores. Al acercarse al área de operaciones fueron testigos de un leve debate entre la emperatriz y la subcomandante.
—Mi señora, insisto en que debemos enviar a algunos soldados a buscar a los equipos faltantes, el sol está por ponerse.
—Podemos darles un poco más de tiempo, debemos aprovechar al máximo cada instante de la exploración.
—Comprendo majestad, sin embargo, el planeta es desconocido por la mayoría de ellos y en la oscuridad podrían perderse o sucederles algo peor.
Nuria meditó la observación,la subcomandante tenía un buen punto.—. Estás en lo cierto Selene,podemos pedir refuerzos al cuartel general para continuar explorando durante la noche, por ahora, los equipos que ya enviamos deben descansar...hay que buscarlos.
Al escuchar tal orden Alain se precipitó a la emperatriz.—. Su majestad, le pido que me envíe a mi a buscar al equipo de Luka Stellan.
—¡Alain! ¿Qué haces fuera de la carpa? Te ordené permanecer dentro en todo momento.
Rápidamente Marth se coló al lado del capitán empujándolo ligeramente en el proceso.—. Así es madre, por tanto, debería enviarme a mi.
—¡Suficiente! Entiendo que estén preocupados por su amigo, no obstante, ninguno de ustedes irá.
—Pero… —Protestaron simultáneamente.
—Nada de peros, regresen a la carpa inmediatamente.
Ambos chicos no se atrevieron a desobedecer;con impotencia retornaron a la carpa.
—Ah…¿Qué haré con ellos? Selene, tengo que atender otros pendientes, encargate de la búsqueda. Los soldados que envíes pueden usar algunos de mis vehículos deslizables.