Durante el transcurso del enfrentamiento entre Luka y el soldado galanight, Metztli y Elián arribaron agitadamente al campamento tras un viaje que les pareció eterno. Descendieron aceleradamente de los vehículos deslizables y atravesaron el campamento en dirección a las operadoras con tanta velocidad y descuido que tumbaron o rompieron las cosas que allí se encontraban, ocasionando que en el campamento resonora un alboroto.
—¡Selene!— Exclamó Metztli al llegar a las operadoras. Ante el alarmante llamado la subcomandante volteó.
—¡Metztli! recién han llegado tus mensajes de auxilio ¿Qué ha pasado?
—Necesitamos ayuda— respondió exhalando angustiosamente.
—Subcomandante— intervino Elián para permitir que su amiga recuperara el aliento—,Luka se ha perdido.
Selene se sorprendió por la noticia, no obstante, mantuvo el control de la situación. Estaba por indagar a profundidad los hechos cuando la emperatriz salió de su carpa debido al alboroto que se escuchaba por el lugar, tras ella iban soldados, capitanes y generales con los cuales estaba sosteniendo una reunión, entres ellos se encontraban el príncipe y Alain.
—¿A qué se debe todo este escándalo?— Interrogó afablemente.
—Mi señora, es el equipo que faltaba por llegar—aclaró la subcomandante.—. Pero al parecer uno de ellos ha…
Sus palabras fueron interrumpidas cuando Metztli se aproximó precipitadamente a Alain, su acción causó el asombro de todas las personas a su alrededor. Elián no hizo más que seguirla.
—Capitán Farren, necesitamos que haga un hechizo de localización— proclamó con firmeza.
Alain se desconcertó ante la inesperada petición y la situación en general.—. Señorita Suré, ¿Podría decirme a qué se debe su petición? Además ¿podría saber en dónde está…?
—Yo también deseo saberlo—pronunció la emperatriz colocándose en el medio de ambos y separándolos.—. Los hechizos de localización requieren demasiado esfuerzo, y aunque el capitán Farren sea experto en ellos solo debemos hacer uso de su energía en situaciones de emergencia.
—¡Es una emergencia!— Espeto Elián.—. Estábamos explorando una caverna secreta y de repente...bueno, el punto es que Luka cayó por una compuerta que se bloqueó al instante, desde entonces no sabemos nada de él.
Alain permaneció callado,no obstante,una ligera expresión en su rostro denotaba desconcierto y preocupación.
—Madre, debemos buscarlo— enfatizó Marth seriamente.
En ese momento uno de los operadores llamó la atención de la subcomandante Selene Amaris, de inmediato se acercó a él sigilosamente y acatando las peticiones del operador se colocó los auriculares, al instante, los mensajes reproducidos la sobresaltaron.
—Por supuesto… —Mencionó Nuria consternada por lo que había escuchado—. Comprendo la preocupación que están sintiendo, sin embargo, les pido calma. Hay otros medios por los cuales podemos intentar contactar con él antes de recurrir al hechizo de localización. Lo primero a realizar es…
—¡Su majestad!— Vociferó el mismo operador que llamó a la subcomandante.—. Debe oír esto.
Se produjo un silencio por todo el campamento. Confundida, Nuria se dirigió al operador, se posicionó junto a Selene y tomó uno de los auriculares, la voz del joven a quien buscaban retumbó en su oídos: “Es Luka …esto sonará extraño pero creo que encontré la reliquia, no lo sé, es una sensación que no puedo describir…”. La emperatriz dejó caer el auricular de la impresión.—. Así lo mencionan los textos antiguos…¿Esto realmente está sucediendo?
—Su majestad ¿se trata de Luka?— Cuestionó Metztli.
—¿Él está bien?— Prosiguió Elián.
—Si, lo está, lo que pasa es que... ¡Soldados! regresen a su descanso, todo está bajo control— indicó animadamente a la multitud que había formado a su alrededor, los soldados obedecieron sin vacilar. A la par que ellos se dispersaban, la emperatriz giró para al joven capitán.—. Alain tienes que realizar ese hechizo de localización cuanto antes.
El resto de los presentes, incluidos Metztli y Elián, se adentraron rápidamente a la carpa pricnicpal. Despejaron el área a prisa para permitir que Alain empezará a concentrarse en el hechizo. El joven capitán se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y con las manos una por encima de la otra, cerró los ojos y suspiró lentamente, al momento una figura de ocho lados de tono verde oscuro se iluminó debajo de él, imágenes representativas de planetas eran evidentes en aquel sello.
Pasaron varios minutos de completo silencio hasta que un fuerte escalofrío recorrió el cuerpo del pelirrojo.
—¡¿Qué pasa?!— Interrogó Elián.
—Ramsé, silencio— bramó la subcomandante en voz baja.
—El lugar en donde se encuentra el soldado Stellan es inestable — aclaró sutilmente Alain sin abandonar su posición—,como si se estuviera derrumbando.
—Hay que sacarlo de allí cuanto antes— dijo Metztli angustiada.
—Mel, tranquila— murmuró Selene.
Alain asintió y continuó enfocándose en su hechizo.
—Subcomandante— cuchicheó Elián— ¿Exactamente qué planea hacer?