Al amanecer Luka despertó rebosando de energía. Se sentía impaciente porque llegara la hora del entrenamiento de magia, estaba tan animado que parecía un niño pequeño emocionado por recibir un regalo o dulce. Tenía la esperanza de que ese sería el día en el que finalmente obtendría respuestas sobre el paradero de su padre, o mejor aún, que estuviera de regreso. Fue el último en salir de la habitación debido a que no desea que sus compañeros lo cuestionaran al momento de agarrar la fotografía de su padre y guardarla con sumo cuidado en una de sus alforjas.
Su energía era tal que se desenvolvió de manera magistral en el entrenamiento físico, desafortunadamente su desempeño, y el del escuadrón, careció de reconocimiento por parte del general Paul Wyatt, quien durante toda la sesión se mantuvo sumamente abstraído, tanto que olvidó el castigo pendiente de Luka por el incidente ocurrido en la madrugada. Al joven pelinegro le extrañó ver dicho comportamiento en el general, se preguntaba sobre qué podrían haber hablado él y la subcomandante, únicamente esperaba no haberle causado mayores problemas. Pese a su preocupación prefirió no involucrarse por aquella ocasión, sigilosamente se desplazó a la salida y caminó rápidamente al salón de entrenamiento de magia aunque faltaran algunas horas para que diera comienzo.
Entró sin dificultades al salón, se sentó sobre la plataforma y esperó ansiosamente el inicio del entrenamiento. Para su fortuna la espera fue corta, a los pocos minutos Alain entró al salón con la mirada baja y suspirando pesadamente, se sobresaltó al percatarse de la presencia ajena.
—¡Luka! ¿Qué haces aquí? Todavía no es hora de iniciar el entrenamiento.
—Lo sé, pero realmente estoy entusiasmado, quería ser puntual...aunque ahora que lo pienso debí pedirte permiso para estar aquí— aclaro levantándose y acercándose a su compañero.
—Más bien debiste notificarme que deseabas iniciar el entrenamiento con antelación para no hacerte esperar— explicó amablemente— ¿Cómo entraste?
—Solo abrí la puerta.
—Parece que deshacer hechizos de bloqueo es una magia innata en ti...Supongo que llegaste temprano es para realizar el hechizo de localización ¿listo?
— ¡Absolutamente! —Respondió animado.
—Perfecto, ¿trajiste la fotografía de tu padre?
—Por supuesto, aquí está— mencionó sacando dicha fotografía de la alforja y extendiéndola hacía Alain.
El capitán tomó la fotografía con delicadeza y la analizó meticulosamente.—Te pareces a él, solo que tú eres más…—Guardó silencio ásperamente al advertir el comentario inapropiado que estaba a punto de hacer, jamás expresaba esa clase de opiniones ¿por qué lo hacía ahora?
—Déjame adivinar ¿más pequeño y debilucho?— Espéculo Luka ligeramente fastidiado, cada persona que conocían a su padre los comparaba haciendo uso de esos adjetivos.
—¿Eh? ¡No!, no iba a decir eso— respondió exaltado.
—¿No? ¿Entonces qué ibas a decir?— Preguntó genuinamente curioso.
—Ah...es irrelevante —carraspeó—. Podrías decirme su nombre y cuánto tiempo lleva desaparecido, por favor— pidió aprisa con el objetivo de cambiar el tema.
—Se llama Heller Stellan y...desapareció hace ocho años— señaló contrariamente.
—De acuerdo...te prometo que daré mi mayor esfuerzo para encontrar algún indicio de él—pronunció regresando la fotografía— ¿Te molesta quedarte de pie en una esquina de la plataforma?
—Para nada...y gracias de nuevo por tu ayuda.
Acto seguido Alain procedió a sentarse al centro de la plataforma mientras que Luka se mantuvo en una esquina observando lo que sucedía. Los primeros minutos fueron de completo silencio en los que el capitán inhalaba y suspiraba lentamente, concentrándose. De repente una figura de ocho puntas, creada a partir de una brillante luz de color verde, se formó sobre la plataforma, al interior de dicha figura se podía observar el movimiento de diversos planetas. Luka cubrió parcialmente sus ojos debido a que la luz lo cegaba, dejando un diminuto espacio entre sus dedos para seguir atento al hechizo, por su parte, el joven pelirrojo parecía sufrir de fuertes escalofríos. Súbitamente, Alain detuvo el hechizo y se recargó sobre el suelo respirando agitadamente, de inmediato Luka fue en su auxilio.
—¡Alain! ¿¡Qué sucede!?— Preguntó agachándose frente a él y sosteniendo su rostro para revisar cómo se encontraba.
Tras profundas respiraciones el capitán recuperó el aliento, retiró suavemente las manos de Luka y comenzó a hablar.— Tranquilo, estoy bien, me disculpo por preocuparte.
—Te ves cansado y pálido ¿Qué pasó?
—No estoy seguro...he realizado varios hechizos de localización pero en ninguno experimente una sensación de vacío, asfixia y oscuridad como en esta ocasión.
—¿Eso qué significa?
—Yo...tendría que analizarlo— dijo a pesar de ya haber formulado una posible respuesta, pues estaba familiarizado con la misma sensación en otras clases de hechizos.
Luka, asustado y confundido, intentó mantener su buen ánimo.— Habías dicho que los hechizos de localización suelen fallar por diversos factores, quizás...está bajo un hechizo que impida su búsqueda o algo así, pero él...él sigue vivo ¿cierto?— Preguntó con voz entrecortada, a la par que contenía su tristeza, nunca permitiría que otros lo vieran llorar.