Luka se alejó tanto del escuadrón que debió continuar su camino prácticamente a ciegas ya que si creaba alguna especie de luz alumbrada sus pasos sería descubierto debido a que él era invisible en esos momentos y no es algo normal ver a una esfera de luz o a una llamarada avanzando en línea recta por los aires por si misma. Ante la penumbra se apresuró a la salida del túnel pues los lugares oscuros le erizaban la piel y le hacían sentir intranquilo. Al llegar a su destino se cercioró que no hubiese nadie cerca y con pasos suaves subió unos escalones de piedra, acto seguido, realizó un hecho de levitación para retirar lentamente la lamida que bloqueaba la salida. Se asomó con cuidado e inspeccionó el lugar, ni un alma yacía alrededor de la pequeña plaza donde meses atrás impartía lecciones a los niños del planeta sentado sobre la destruida fuente de la plaza la cual, por algún motivo, ahora estaba reparada y en funcionamiento. En ese momento no prestó demasiada atención a ese hecho pues necesitaba irse antes de que algún soldado galanight se apareciera de repente, salió e inmediatamente bloqueó de nuevo el acceso al túnel y aprovechando su invisibilidad corrió en dirección a su casa en donde espera encontrar a su madre.
Corría sin cuidado entre los estrechos callejones de Rubí, lo único que pasaba por su mente era el plan de rescate que había trazado para rescatar a su madre y demás habitantes del sometimiento galanight, a cada paso el relicario se sentía más pesado en la alforja provocando que incrementara el ritmo de su andar al sentirse ansioso de llegar a casa y cumplir la promesa de su padre, sin embargo, aquellos pensamientos alentadores rápidamente se desvanecieron, poco a poco disminuyó la velocidad hasta detenerse por completo y quedar igual de inmovil que una estatua «¿Y si mamá se molesta al verme? ¿Qué tal si ahora es más feliz sin nosotros?» fueron los lamentables pensamientos que golpearon su cabeza. De un momento a otro se sintió decaído, anhelaba profundamente volver a ver a su madre, no obstante, sabía que ella no lo extrañaba en lo absoluto, después de todo había pasado años sin mostrar algún tipo de afecto y mucho menos a ellos. Pese al triste panorama decidió continuar, respiró hondamente y se dispuso a seguir, sin embargo, sus intenciones fueron interrumpidas cuando repentinamente él caracterizó ruido que producían los portables al ser creados se escuchó detrás de él, sus nervios se dispararon y la niebla que hasta ese entonces lo mantenía invisible se deshizo haciéndolo visible para cualquiera, giró bruscamente y al descubrir quién era la persona que salía del portal soltó un pesado suspiro de alivio.
—¡Alain, casi me matas del susto! ¿Qué haces aquí? —Preguntó en voz baja con ambas manos presionando su corazón.
—Lamentó la entrada poco delicada pero quien debería hacer esa pregunta soy yo —respondió cruzando los brazos para mantener una posición seria y tranquila aunque internamente moría de preocupación—, te vi alejarte misteriosamente de tu escuadrón en los túneles y estoy al tanto de que tu misión es buscar la reliquia en una mina, por lo que, me es extraño que estés aquí.
—¿Me viste? —Se cuestionó en un balbuceo— ¿Alguien más me vio?
—No lo creo, te hubieran detenido.
—De acuerdo escucha, sé que estoy yendo contra las órdenes pero tengo una buena razón para hacerlo —empezó a decir levemente alterado—, reconozco que mi plan es arriesgado pero es muy necesario, así que te pido por favor que me dejes continuar...aunque eso podría traerte problemas pero debo hacerlo…¡Ah, se supone que no deberías estar aquí!
Al notar que su compañero empezaba a alterarse ablandó su postura.—Lo siento, no debí entrometerme, intuí que traigas algo entre manos y me preocupó que pudieras salir lastimado —admitió avergonzado—, y de hecho no vine a detenerte sino a ayudarte, no se que estés planeando pero estoy completamente seguro de que es algo bien intencionado.
Luka lo observaba sorprendido y al percatarse de ello desvió la mirada.—¿En serio? Bueno, me vendría bien un poco de ayuda aunque, insisto, no quiero meterte en más problemas, tu escuadrón ya debió notar tu ausencia.
—Descuida, puedo arreglármelas con ellos después, dime ¿Cuál es el plan?
De manera breve y concisa Luka explicó que tenía la intención de rescatar a su madre y demás habitantes de Rubí, estando libres los mantendría ocultos hasta la llegada de las cosmonaves y cuando eso sucediera los guiaría a ellas para transportarlos a la Metrópoli. Al concluir la explicación Alain se mostraba inconforme y no precisamente por su falta de planeación sino porque la palabra “rescate” carecía de sentido para él en esa situación, claramente dicha razón era desconocida para Luka.
—Oye no me mires así, sé que es un plan al que le faltan demasiados detalles y que ni siquiera es seguro que las personas se encuentren prisioneras en sus casa pero es la única pista que tengo y realmente quiero salvar a mi mamá —mencionó con voz entrecortada.
Alain sintió un vacío sobre el pecho al escuchar el timbre de voz con el que había hablado y, entendiendo el sentimiento, exhaló afable.—No es eso, lo que sucede es... —medito lo que iba a decir y prefirió callarlo— olvídalo, sigamos adelante con tu plan.
—¡Bien! Mi casa está muy cerca.
Ambos realizaron un hechizo de invisibilidad compartida y emprendieron el último tramo del camino. Por el semblante de Alain era fácil deducir que no le tenía fe al plan, sin embargo, estaba dispuesto a acompañar a Luka quien caminaba con menor cuidado ahora que se sentía en total seguridad acompañado de su amigo. A los pocos minutos se encontraron a escasos metros de la casa de Luka, sus ojos brillaron de emoción.