Celestia: Las Reliquias Del Poder

Capítulo LII: En lo profundo del calabozo

Entre emoción e incertidumbre, Luka se dirigía al salón de entrenamiento. Averiguar lo que Nuria ocultaba en los calabozos y desenmascarar sus mentiras implicaba peligro no solo para él sino también para sus seres queridos. Sin embargo, confiaba en que teniendo a Alain a su lado todo estaría bien. No podía esperar para reunirse e idear el primer paso hacía la libertad, juntos.

Ansioso, abrió la puerta del salón. Para su sorpresa, descubrió que no estaban solos, Metzli y Elián acompañaban al joven capitán.

—Hola —saludaron animadamente los inesperados invitados.

—Hola… —respondió amablemente pese al desconcierto— ¿Qué están haciendo aquí?

—Yo les pedí que vinieran —intervino Alain—. Si queremos ir allá abajo y descubrir lo que oculta su majestad necesitaremos toda la ayuda posible, además ambos parecen estar bastante involucrados en el asunto. Espero no te moleste, iba a comunicártelo pero es mejor evitar compartir información comprometedora en los comunicadores.

—Entiendo, no me molesta pero… No quería poner en riesgo a nadie más —señaló mirando a sus amigos.

—Oh, Luka, no te preocupes por eso —respondió Metztli—. Desde nuestra propia experiencia, era inevitable que «traicionaramos» al Imperio en algún momento.

—Así es, el asunto con la emperatriz ya es algo personal. Me hubiese ofendido de no habernos pedido ayuda —agregó Elián.

Luka exhaló ligeramente aliviado, involucrarse voluntariamente no los eximía del peligro.

—Ahora que estamos todos reunidos será mejor empezar a organizarnos —indicó Alain.

Los cuatro jóvenes se sentaron en medio de la duela de entrenamiento formando un círculo. Metztli fue la primera en tomar la palabra.

—Antes que nada, es importante trazar una coartada. Si los interno a todos en la enfermería sería sospechoso.

—Y también hay que considerar que aumentaron la seguridad en los calabazos tras el escape del último prisionero —señaló Alain.

—¡Oh, no se preocupen por lo primero! —exclamó Elián— Tengo la solución perfecta, puedo hacer un hechizo de duplicación para cada uno.

—¿Hechizo de duplicación?, ¿Ese en el que creas la copia exacta de algo o alguien? —Preguntó Luka asombrado—. Es un hechizo de alto nivel… y prohibido.

—Sí, bueno, ya sabes, la necesidad te hace capaz de lograr ciertos hechizos.

—¿Y bajo qué necesidad lo has usado? —Cuestionó Metztli desconfiada.

—Cuando quiero descansar, y aún no termina la jornada, dejo que mi copia se encargue del resto —respondió con sencillez.

Todos lo miraron fijamente, juzgando en silencio.

—Los dobles hacen todo lo que tú les pidas —continuo Elián—. El único inconveniente es que el hechizo dura poco tiempo, sobre todo si son varios dobles, y si son heridos de alguna forma se desvanecen como nubes.

—Me parece que es la mejor opción que tenemos —dijo Alain—. Sé el hechizo aunque hace mucho que no lo hago, podemos conjugarlo juntos para evitar que te fatigues y tener más tiempo de explorar el calabozo. Conozco bien el lugar, así que, lo mejor será que yo baje primero y los transporte desde una zona segura.

—Es buena idea, yo puedo hechizar las cámaras para facilitar el cambio por nuestros dobles —añadió Luka decidido.

—Eso es exactamente lo que te iba a pedir, se te dan bien esa clase de hechizos —comentó Alain sonriendo.

Luka también sonrió en respuesta.

—Ejem —tosió Metztli—. El plan está bien, solo que no podemos usar los comunicadores para darnos indicaciones, por lo que, pensaba en hechizar nuestros collares. Lo hacemos todo el tiempo en mi familia, al tocar el dije manda una señal de luz a la persona que desees a manera de juego o para recordar cosas.

—Es una buena alternativa, solo que… no sé a qué collares se refieren —mencionó Alain gentilmente.

—¡Cierto! Perdona, hace un tiempo le regalé a los chicos collares —Metztli buscó entre sus bolsillos—, lo bueno es que siempre traigo dijes conmigo, toma.

La chica le tendió el dije de un planeta con anillos, el cual fue tomado con delicadeza por el capitán.

—De acuerdo, entonces este es el plan… — Alain tomó la palabra.

Agrupados en el salón, los jóvenes hechiceros detallaron los pasos de su plan. Tras largos minutos de discusión, todo quedó acordado y listo para efectuarse al anochecer. Ya no había marcha atrás.

*

Entrada la noche, Alain bajo a los calabozos protegido bajo un hechizo de invisibilidad. Tal y como lo supuso habían aumentado la vigilancia. Con gran precaución consiguió llegar a una zona aislada y oculta entre grandes rocas. Sacó el collar que colgaba de su cuello, mandó una señal y, sin quitarle los ojos de encima, esperó hasta que una luz morada centelleó de él. En seguida, abrió con discreción un portal a través del cual apareció Luka. Al compartir el hechizo de invisibilidad ambos pudieron verse.

—¿Todo en orden? —preguntó Alain en voz baja.

—Sí, mi doble está en posición y las cámaras no captarán nada extraño.



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En el texto hay: poderes magicos, fantasia magia, revolucion

Editado: 05.12.2024

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