Cenizas de amor

Capitulo 4

POV's William

Desde hace días lo había notado, pero pensé que solo era porque no tenía mucho apetito por la mañana.

Mi hermana, Ela, cada día come menos. Si no fuera por los comentarios de Angela, dudo haberme dado cuenta por mí mismo.

Cuando me llamo diciendo que quería regresar a mi lado me sorprendí mucho y no tuve razones para oponerme. Al contrario, desde hace 2 años que no podía encontrar tiempo para visitarla, así que estaba feliz con esta noticia.

De inmediato contrate a personas para que limpiaran y remodelaran la casa que era de mis padres y donde crecimos juntos. Mi departamento es de buen tamaño, pero no creo que se sienta cómoda sabiendo que es el lugar donde llevo a mis parejas de la noche.

Así que unos días antes de su llegada me mude al lugar que siempre evite regresar. Al menos con su presencié y los empleados, el ambiente ya no es tan solitario como solía serlo.

Aun así, debido a mi trabajo de manejar una compañía, apenas encontraba tiempo para comer junto a ella. No quería hacerla sentir sola, pero desde su llegada solo había podido compartir mesa junto a ella un par de veces.

Me voy antes de que despierte y regreso cuando ya está dormida. Así que trato de terminar una pequeña parte de mi trabajo por las tardes, para comer juntos.

Ella nunca se quejó y pensé que todo estaba bien, hasta que Angela me dijo aquellas palabras

"La señorita Ela, cada día deja más de la mitad de su comida. Dice que no tiene mucho apetito, pero yo la veo más delgada a como estaba cuando llego. Estoy un poco preocupada, si sigue comiendo tan poco, tendrá problemas de salud"

Desde entonces desayuno, como y ceno junto a ella. Al principió le pareció extraño, pero después parecía estar feliz. Siempre tomamos nuestro tiempo para terminar la comida, pero la realidad es que la observo detalladamente.

Ela come pequeñas porciones y toma mucha agua. Cada vez las porciones son más pequeñas y nunca se termina por completo la comida. Cuando le pregunto ella solo contesta que comió algo ligero antes y no tiene apetito, pero es verdad que está más delgada. Incluso sus brazos parecen un pequeño palo que se romperá si lo aprietas un poco

No puede estar recayendo ¿verdad?

Otra cosa que he notado es que desde hace 1 mes sale cada dos días a una cierta hora. Tengo curiosidad por saber a dónde se dirige y que es lo que hace, pero no quiero entrometer en su privacidad.

O eso fue lo que pensé hasta ayer por la noche cuando la escuché vomitar y llorar. Trate de entrar al baño, pero dijo que está en su periodo y se ponía muy sensible, por lo que no había nada de qué preocuparse.

—Me voy al trabajo.

—Ten buen día.

La deje en el comedor y subí a mi auto. Hoy el vicepresidente estará a cargo de los asuntos de menor importancia. Mañana será un día difícil, pero tengo que averiguar qué está pasando con Ela.

Me estacione entre dos autos para pasar desapercibido y esperar pacientemente. Cuando Ela salió me puse en alerta y encendí el motor, pero entonces una llamada me distrajo un segundo

< ¿Quién es? >

< ¡Marianna al habla! >

Oh maldita sea.

<Tienes tiempo esta noche>

<No>

< ¿Mañana? >

<Adiós>

Colgué sin dar ninguna respuesta y me concentré en no perder de vista a Ela, quien va a una distancia considerable para no ser descubierto.

Chasqué la lengua cuando el número de hace unos minutos siguió molestando y me vi en la necesidad de bloquearlo. Esa mujer no deja de presentarse frente a mí, ya me tiene harto.

Maldita la hora en la que la invite a salir.

Tiene un lindo rostro, buen cuerpo, pelo rizado rojizo y ojos verdes. La imagen adecuada para una actriz, pero es tan molesta que no sé cómo quitármela de encima.

Quiere que solo sea lo único en lo que piense, pero desde un inició le deje claro el tipo de relación que puedo ofrecer. Las mujeres no pueden evitar caer ante mí, y yo solo les sonrió mientras ellas hacen el trabajo.

No, en realidad hay una que no cayo. Una chica que me hizo la vida imposible por un tiempo.

Una alegre y enérgica chica. Su hermoso rostro lechoso que es tan suave como la seda, sus labios rosados y carnosos, sus ojos miel que te trasmiten tranquilidad y su cabello castaño que te recuerda a la nuez.

Mara Beck.

Su nombre sigue grabado en mi mente y en estos 5 años no he podido olvidarlo. Suelo soñar con su toque y sus labios, nuestra piel rozándose y nuestras respiraciones mezclándose.

Una mujer que no puedo olvidar, pero a la vez que es imposible que pueda tener.

Pensé que, con su partida, podría volver a mi antiguo yo. Seguí con mi vida y cuando podía llevaba a una mujer a mi cama, pero no lo disfruté ni un segundo.

Mientras tenía sexo solo podía pensar en ella, desde entonces supe que no volvería a sentir la excitación y diversión de antes. Ahora solo lo hago para seguir manteniendo mi imagen de playboy y alejar a las mujeres.

La única a quien podría dar sinceramente la bienvenida como mi esposa es a ella.

Pero eso nunca sucederá, así que ya me resigné y cuando llegue el momento solo buscaré a una mujer que no sea tan molesta y me casaré.

Este es mi castigo

Regrese mi atención en Ela quien estacionó su auto. Entonces bajo y entro a lo que parecía ser un local.

¿Qué es?

Me acerque lentamente con mi auto en movimiento y me pare un momento frente a ese lugar.

¿Consultorio de la felicidad? Psicóloga Mara Beck

—Mara....

En este lugar está ahora mismo Mara. Ella está solo a unos metros de mí, pero también lo está Ela.

¿Qué hace aquí?

Lo pensé, pero no me tomo más de 1 minuto entenderlo. Ela, vine a consulta, entonces....



#1961 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, mama

Editado: 18.09.2021

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