Cenizas de amor

Capítulo 22

Abrí mis ojos y lo primero que note fue algo ligeramente pesado sobre mi pecho.

Cuando miré a ese lugar, sonreí al toparme con una cabellera castaña.

Abrace el pequeño cuerpo y me relaje unos minutos antes de llamarlo para comenzar a prepararlo para la escuela.

—Davet....

Lo llame un par de veces hasta que su cabecita se levantó ligeramente y cuando nuestros ojos se encontraron sonrió.

—Buenos días mami.

—Buenos días Davet.

Me acerque y bese su frente.

—¿Tuviste una pesadilla?

El negó con la cabeza, si no fue eso, entonces lo más segura es que se levantó para ir al baño y en lugar de regresar a su habitación vino a la mía.

—Vamos al baño a lavarnos el rostro y luego a desayunar.

Con flojera nos levantamos ambos y estiramos nuestros cuerpos. Cuando terminamos en el baño, hice un rápido desayuno y luego ayudé a Davet con su mochila mientras él se cambiaba.

—¡Papa llego!

Grito Davet cuando tocaron la puerta y corrió a abrirla.

—Buenos días papá.

—Buenos días Davet.

Fue cuestión de 15 minutos cuando los dos se despidieron y regrese a la cama.

Parecía ser un día normal como cualquier otro, pero apenas volví a abrir mis ojos y sentí un gran peso sobre mí.

Esta vez no podía ser Davet, por lo que me pare sin cuidado y cuando di unos pasos todo comenzó a girar.

¿Qué me pasa? Tal vez fue el desayuno...

Sostuve mi estomago al sentir un estreñimiento, suspire y camine hacia el baño

—Que gran día...

Cuando ya estaba lista para ir al trabajo, busque un medicamento bueno para la digestión.

—Buenos días Joel.

—Buenos días señorita, hoy tiene visitas.

Sonreí y le di las gracias antes de entrar a la oficina.

—¿Elaina?

—Hola.

Me acerque y la salude, por supuesto que tenía una expresión de sorpresa. Se supone que está en una clínica recuperándose... ¿Acaso se escapó?

—Seguro estas pensado en que escape, pero no es así. Logre pedir un permiso para que me dejaran venir a verte.

—Ah, escuchar eso me alivia.

Elaina sonrió.

—¿Que sucede? ¿Te va bien?

—Si, estoy muy bien y también me siento estupendo. Pero hoy viene a hablar sobre otra cosa.

—¿Qué pasa?

Elaina mordió su labio y hablo.

—Es sobre Zoe Collins.

Levante una ceja al escuchar el nombre de Zoe.

—¿De Zoe?

Ella asintió.

—¿Qué pasa con Zoe?

—Eso... Bueno ¿Como explicarlo? ... Arg... Iré al grano, creo que me enamore.

Di un pequeño brinco y ella hizo una mueca.

—¿Que? Espera ... ¿Como sucedió eso? Pero antes de eso ¿Se conocen?

Elaina suspiro y sus hombros cayeron.

—No lo conozco del todo, pero antes de que paso lo de mi recaída, me lo había encontrado unas cuantas veces y solo intercambiamos un pequeño saludo.

Ella se detuvo, pero entonces su mirada se volvió suave.

—Pero cuando estuve internada él fue muy amable y me conto unas cuantas historias.

Se río.

—Fue la primera vez que sentí que un hombre fue sincero conmigo... Aparte de mi hermano claro.

Aún no termina de procesar toda la información y Elaina esta enrojecida y muy avergonzada.

Guau, esto no me lo esperaba.

La última vez que vi a Zoe fue hace tres días que nos reunimos para charlar y salvar nuestra amistad, pero él nunca ha mencionado a Elaina.

—Bueno....eso me sorprendió bastante.

—Jeje, sé que es algo insignificante, y seguro él ni me recuerda, pero sus palabras sin mucha importancia fueron en parte lo que me ayuda y da fuerza para seguir. El lugar donde estoy no es malo, pero no estar en mi ambiente me hace sentir ansiosa y sola...

La escuché atentamente hasta que se desahogó por completó, entonces fue mi turno de hablar.

—Elaina, lo más importante es que estas poniendo de tu parte para salir adelante y eso es algo que merece ser reconocido. Por otra parte, Zoe solo te dio palabras de aliento, como lo hizo con otros pacientes, pero también te creó cuando dices que fue tu salvación.

Cerré los ojos y suspiré.

—Viviste algo traumático hace poco con tu expareja. Así que no puedo estar segura de que en verdad sientes algo por Zoe o solo fue porque tuvo empatía por tu situación.

—Lo sé... Soy muy consciente de eso.

Me recargué por completó en el respaldo de la silla y le di una leve sonrisa.

—Aun así, no te voy a reprochar, ¿Ya se lo contaste a William?

Su rostro se arrugó un poco dándome una respuesta inmediata.

—¡Nunca, él lo odia!

Levante una ceja y me quede en silencio, no hay forma de negar la realidad.

—¿Entonces...?

Ella suspiro.

—Solo quería contárselo a alguien. Además, no lo he vuelto a ver.

—¿Quieres verlo?

Hizo una mueca.

—Mentiría si digo que no, pero no es como si pudiera ir a verlo. No quiero acosarlo y tampoco quiero que me vea de manera desagradable, pero sería lindo volver a verlo...

En ese momento tocaron la puerta.

Sonreí y la puerta se abrió. Un hombre apuesto, con pantalones y camisa blanca entro.

—Hola Mara.

Los ojos de Ela casi se salen al escuchar la voz del chico. Retuve la risa y me puse de pie para acercarme a Zoe.

—Hola Zoe ¿Como estas?

Le di un beso rápido en la mejilla y un abrazo.

—Bien, ahora mismo voy para la universidad, pero Alice me dijo que te dejara esto.

Me entrego unos boletos y sonreí al verlos.

Alice compro boletos para ir al cine con Davet, pero cancelo su salida debido a que últimamente tiene muchos ascos y no quiere incomodar a su pequeño y los demás niños con sus padres. Así que me pidió hiciera buen uso de estos boletos.

—Davet y yo tendremos un buen momento madre e hijo.

Debido a mi trabajo no he podido sacarlo mucho, Jim también esta algo ocupado y cuando puede lo lleva al parque. Davet no se queja, pero cualquier padre sabría que incluso sus pequeños le ocultan cosas.



#2770 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, mama

Editado: 18.09.2021

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