Capítulo II. Separados por la envidia

Un día Andrea llegó al estudio de Néstor, habían acordado ir juntos a un evento, ya Andrea se había convertido en la asistente ocasional de fotografía de Néstor, ella tenía la llave del estudio. Cuando entró encontró a Néstor besando a Rebeca su ex, él se puso nervioso, Andrea se disculpó por la intromisión y Rebeca se veía triunfadora, había decidido reconquistar a Néstor. Luego de mucho insistir lo convenció que por el bien de Santiago lo debían intentar.

Cada día Rebeca iba al estudio y buscaba la forma de incomodar a Andrea, hasta que ésta se sintió desplazada y decidió renunciar al trabajo al lado del hombre al cual amaba en silencio. Rebeca había logrado uno de sus objetivos: sacar a Andrea de la vida de Néstor. Pasaron varios meses y Andrea no volvió a comunicarse con su amigo, entendió que era mejor hacerse a un lado para que él intentara rehacer su vida con la madre de su hijo. Néstor, no sabía nada de los sentimientos de Andrea pero la extrañaba, ya no reía como antes, se sentía vacío a pesar que estaba con Rebeca, se habían mudado juntos. Pronto las desavenencias, los desencuentros entre la pareja reaparecieron; los celos de Rebeca por el trabajo de Néstor siempre rodeado de mujeres bellas, comenzaron a minar la oportunidad que se habían dado. Salieron a flote los peores rasgos de Rebeca y la depresión se volvió a apoderar de Néstor, Santiago en el medio de los dos, sufriendo en silencio.

Por su parte Andrea sufría en silencio la separación de Néstor, nunca reveló lo que sentía por él, pero para todos era evidente que se había enamorado de su amigo. Ella siguió trabajando como periodista y poco a poco la llamaban para sacar fotos en eventos, había aprendido mucho de Néstor y ya comenzaba a reconocerse su trabajo.

Un día en un evento de moda coincidieron Néstor y Andrea, ambos se vieron y se sintió la tensión, ella se puso nerviosa, él estaba feliz de ver a su amiga de nuevo.

_ Andrea que bueno verte cómo estás.-

Y se acercó a ella para darle un beso pero esta vez cuando tocó su mejilla sintió una corriente que le recorrió todo el cuerpo, no supo que era aquella nueva sensación, pero le gustó.

_ Bien, balbuceó ella; y como esta Santi y mama Rosa, preguntó.

_ Todos bien, respondió él

No volvieron a hablar en toda la noche, al finalizar el evento Andrea se fue sin despedirse, él la buscó por todos lados pero Andrea ya se había ido.