OKYJY

—Aún tengo dos letras de mi nombre ¿por qué?

—Todavía debes entender una cosa más.

—¿Para volver a casa?

—Digamos que sí, aunque eso dependerá de ti — agrega el gato y señala con su pata — Allí está la salida del bosque.

Una cueva se abre frente a ellos, pero está sellada por una enorme puerta de acero.

—No digas nada, para entrar, me pedirás las últimas letras de mi nombre, no es así.

—Tú lo has dicho, pero te advierto, el ser que resguarda está última parte lo enfrentarás solo, yo no entraré y el poder que tenga dependerá de ti.

Al, entrega sus dos últimas letras y el gato con ellas forma una llave la cual da al escritor para abrir la puerta frente a ellos, una vez que la introduce, un seco ruido indica que puede entrar mientras la llave desaparece de sus manos.

—¿Nos volvemos a ver?

—Si sales de este lugar te aseguro que nos veremos más seguido de lo que imaginas.

Por primera vez en mucho tiempo, seguro de que logrará salir del lugar, el escritor entra a la caverna y de inmediato la puerta se cierra.

Una luz lo ciega por unos instantes y cuando abre los ojos se encuentra en una de las calles de la ciudad, camina lento, todo parece normal, hasta que posa su mirada en el aparador de una librería, entre los libros que están exhibidos, hay uno con su nombre, de pronto observa que el aparador comienza a llenarse de diferentes títulos con su nombre, la gente lo reconoce y aunque sabe que dicen su nombre, él no lo escucha.

—Este es tú futuro Charles— escucha —serás un gran escritor, tú nombre atravesará fronteras, te leerán en todo el mundo mientras vivas, lo único que tienes que hacer es jurarme lealtad.

—¿Quién eres para que te jure lealtad? 

—Somos todos— la gente que por unos instantes estaba caminando por la calle comienza a acercarse al hombre rodeándolo y pidiéndole escriba más para más horror descubre que nadie tiene rostro.

El escritor corre tan rápido como puede, pero las calles no tienen fin, trata de entrar a algunas casas sin éxito, cada instante le es más difícil escapar y rápido es rodeado por completo por los seres sin rostro.

—¡Muéstrate! — grita el hombre —¡No te temo!

La multitud en ese instante se queda inmóvil y de entre todos comienza a avanzar una bella mujer.

—¿Te incómoda? Puedo cambiar mi forma— ahora el ser se transforma en un hombre —También puedo ser un animal —se transforma en un perro y enseguida en un gato.

—¿Tú eres el gato?

—Ya quisieras que lo fuera, mi nombre es Okyjy, ese tonto les quita el nombre y siempre los guía a mí con la esperanza de que regresen, pero la mayoría prefieren jurarme lealtad, les regreso su nombre y todo mundo feliz — al terminar de hablar de nuevo se transforma en una mujer.

—¿Qué gano yo al estar contigo?

—Ya lo has visto, fama, tus libros en todas las librerías, gloria. 

—¿A cambio de qué?

—Esa es la mejor parte, solo tienes que escribir como yo te diga, cuando te lo diga y lo que yo te diga, además de vivir en este mundo donde nada te faltará.

—¿Mi familia, la volveré a ver?

—No necesitas esos estorbos, la familia solo te quita tiempo para escribir.

—¡Aléjate de mí! — grita furioso el hombre y empuja a Okyjy —ahora ya se a la perfección quién eres.

En ese instante el rostro de Okyjy se comienza a deformar, su cuerpo se convierte en una enorme masa que absorbe a los demás seres que estaban en el mismo lugar inmóviles y su voz se torna hueca y sin vida.

—¡Estúpido, si no eres mío, no serás de nadie! — En ese momento Okyjy trata de golpearlo, pero todo su esfuerzo resulta inútil ya que sus fuerzas se agotan.

—¡No te tengo miedo, la única forma en cómo me puedes dañar es si te lo permito!

El Monstruo ante estas palabras, comienza a derretirse hasta quedar reducido en un charco de un líquido negro y un nuevo espejo aparece frente al escritor, el cual sin dudar cruza.