Chase

P R O L O G O

El mundo es oscuro.

Está lleno de malas personas, pensamientos, decisiones y caminos. Meteoritos que destruyen lo que tocan.

Se podría decir que existen estrellas que marcan la diferencia, pero estás siempre tendrán uno que otro defecto.

Esas estrellas son casi inexistentes en Knox Hills. Todo lo que pasa allí se define en una cosa: Un manojo de malos acontecimientos. Puede que algún día estés de suerte y te pase algo bueno, pero pasa pocas veces. Son pocos los que se esfuerzan lo suficiente para poder ser estrellas artificiales.

Es una forma de clasificar a las personas que he tenido desde niña. Mi abuela me enseñó cómo es el mundo desde una expectativa realista desde que era pequeña. Nunca le gustó que creyera en princesas que besan sapos y estos se convierten en principes apuestos que les darán una vida digna. Más bien, me enseñó que necesito crear mi propio camino a través de las estrellas y meteoritos. Si no naciste como una estrella, lo mejor es ser una artificial. Brillarás, claramente, pero no de la misma manera tan pura e inimaginable.

Te enseñaré varias cosas que he aprendido. Para que no te sientas tan fuera del lugar.

Comencemos con mi escuela.

Knox High es un gran lugar para aprender a identificar. Todo va en el aspecto que se da esa persona. Disfruto el hacer esto en los momentos libres. Me siento, como lo estoy ahora y observo a todos clasificándolos en los tres grupos.

Una chica rubia con un gran escote pasa frente mío junto a su novio, el cual está utilizando una chaqueta del equipo de lacrosse de la escuela. La chica lleva una micro falda y unos tacones que la hacen ver quince centímetros más alta.

Deduzco que son un par de meteoritos fingiendo ser estrellas artificiales. Pero el simple hecho de que la chica lleve una micro falda será algo que la persiga por el resto de su vida. Solo tiene dos opciones: Modelo hueca o cantinera. Dudo que tenga otra.

Sentada bajo un árbol se encuentra una chica al parecer leyendo algo. Puedo divisar cortadas en sus brazos y su cabello desarreglado igual que su vestimenta. Deduzco que es un meteorito que tal vez, luego de unos meses, se haga pedazos, ósea, se suicide. Suena cruel pero la mayoría de las veces mis diagnósticos se vuelven realidad. Es algo que obtuve de mi abuela.

Un empujón me hace fruncir el ceño y miro al otro lado del banco encontrándome con una chica pelirroja mirándome con una sonrisa de oreja a oreja. Una sonrisa ladeada se forma en mis labios y la miro con diversión.

–Felicidades, Alyssa. Eres mayor de edad –dice dando una palmada con entusiasmo.

–Gracias. Estoy completamente lista para esta noche.

–¿Nada de nervios o arrepentimientos?

–Nada de nada.

Ella suelta un suspiro y se recuesta en el banco.

Este día es mi cumpleaños, y básicamente ya soy mayor de edad. Por ende tengo autorización de entrar a un club, divertirme o tomar. Hacer todo lo que un adulto hace sin tener que pedirle algo a mis padres. Ellos están completamente de acuerdo y eso pasará.

La idea es ir a un club a altas horas de la noche junto a mi mejor amiga, Meredith Sales, la cual, es mayor de edad desde hace un par de meses. Será una noche de chicas, que confío, no terminará en un embarazo no deseado que me afectará. Tomaré alcohol por primera vez y podré hacer lo que quiera esa noche. Esa noche y el resto de mi vida.

La noche cae lentamente y me doy a la tarea de arreglarme para dar una buena impresión. Termino poniéndome un maquillaje simple que solo consiste en máscara y brillo labial (que conste que casi nunca uso maquillaje), y un vestido brillante color negro que me llega hasta un poco más arriba de las rodillas.

Escucho el pitido del auto de Mere diciéndome que es hora de salir. Mi madre insiste en que lleve un abrigo y yo me niego recordándole que ya no soy una niña. Subo al auto y miro a mi amiga con emoción.

Ella se ha esmerado más con su conjunto. Su cabello color zanahoria cae en unos rizos perfectos y lleva un vestido gris que le queda algo pequeño con un gran escote, el cual, me parece chistoso que lo tenga ya que Meredith es casi plana, está utilizando relleno. A diferencia de mí, ella se ha maquillado más sofisticadamente.

El viaje dura al rededor de diez minutos donde nos dedicamos a cantar las canciones de la radio como frenéticas. Amo a Jack and Jack.

Afuera del local, se puede escuchar la música levemente, así como también se puede ver la gran fila de personas que demandan poder entrar. Aún no han pasado diez minutos y mis piernas ya me están matando. Suelto un bufido. Meredith se percata de mi incomodidad y frunce el ceño, sale de la fila he intenta hacer que el guardia de seguridad, con aspecto de matón, finalmente nos deje entrar. Sin embargo, sus esfuerzos son nulos hasta que un tipo castaño, alto y apuesto la mira de pies a cabeza, le guiña un ojo y le dice al guardia que nos deje pasar junto a él. El gran tipo musculoso solo asiente y nos deja entrar sin ninguna pizca de duda.

Ya adentro el olor a alcohol me hace toser un par de veces, y mi amiga ha sido arrebatada por el tal Jason que la invitó a bailar. Me siento en la barra y pruebo un trago por primera vez, completamente sola. Casi me da algo al sentir el ardor en mi garganta y tuve que pedir un vaso de agua. La noche no está fluyendo como lo esperaba.




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