“Prologo”
"DOLOR" cuando pierdes a un ser amado eso es lo que sientes, ¿no?, es como si te impregnaran en un pantano cenagoso, es como si te hicieran tragar el amargo líquido que excreta tu bilis, es como sentir que tus huesos se rompieran en mil pedazos y automáticamente estos intentaran reintegrarse a su estado natural; sin embargo, en el proceso no queda más que una deformidad irreconocible y sí, es como si la vida perdiera su sentido y el hecho de respirar se sintiera de alguna forma como un maldito castigo. Sí, he escuchado sin fines de veces que el que una persona muera es lo más natural de la vida, he escuchado que con el tiempo uno se acostumbra a aceptar la partida, pero, ¡por un demonio!, porque diablos nadie me dijo que eso iba a dolor tanto, porque no me explicaron que los sentimientos se sentían como una cuerda que ata mi cuello y no me deja respirar. Claro que nadie me lo diría, si era más que obvio que esas cosas suceden, pero, ¿qué creen? A mí la obviedad nunca me ha servido de nada, si no me decís las cosas, quizás yo jamás las entenderé y si bien, pueda que lo haga, solo daría una vaga interpretación de hechos y estoy tan segura que me equivocaría intentando hallar la respuesta, porque con solo la acción de intentar conectar sentimientos a distintas situaciones, es algo que no se me da.
Una vez mientras caminaba por las calles viejas del pequeño pueblo de donde vivía, vi a una mujer que tenía en sus manos un hermoso relicario; más aún, el objeto que llevaba en sus manos no era lo que me llamaba la atención, sino fue cuando abrió la cadena y esta quedo compartida en dos, mostrando la foto de una persona y casi de inmediato sus lágrimas ensuciaron sus pálidas mejillas, vi el dolor oculto entre sus iris y por instante me recordó a la soledad. No puedo mentir al decir que verla me produjo algún sentimiento de empatía, porque no, no lo sentí, para mí era una situación más de las tantas que deben vivir las personas y en la cual pensaba que esa chica era un tanto débil a dejarse ver de esa forma en público, porque por mas triste que te sientas nadie debe verte así. Hoy entre estas cuatro paredes comprendo lo que esa chica debió sentir, porque no es hasta que lo vives en carne propia, que puedes decir que de verdad lo estas sintiendo.
Cuando creo que ya se acabaron todas mis lágrimas, recuerdo algún momento vivido a su lado y estas regresan, siempre regresan y solo me provoca destrozarlo todo, olvidarlo todo, tener algún tipo de botón donde puedo hacer clic y apagar las emociones, que me están haciendo la vida imposible. Ella siempre decía que después de la tormenta venía la calma, que después de esos colores grisáceos, se forma un arcoíris, ella decía que todo tenía sabor a primavera, ella decía tantas cosas, que ahora solo me saben a mentiras.
Hay veces que me pregunto si de verdad el dolor va a desaparecer y que el tiempo curará estas heridas, en mi corazón, en mi piel, pero solo veo que el tiempo pasa y todo sigue igual, yo sin ella, yo con este sentimiento de soledad.
La vida puede llegar hacer tan cruel, porque nos da la oportunidad de estar con personas maravillosas y luego así de la nada como si le satisficiera, se las lleva y con ello se lleva todo de nosotros, dejándonos vacíos, dejándome vacía y con más ganas de terminar lo que un día ella logró evitar...