Los días en la ciudad de Chicago pueden variar mucho pero la mayoría de veces son tranquilos dentro de lo que cabe o eso creo.Mis favoritos son los días cálidos en los que podrás apreciar la ciudad sin prisa, con brisas suaves y el sol iluminando todo, son días que muchos aprecian pero duran muy poco.
Mis días siempre empiezan a las seis de la mañana, me levanto de la cama y me quedo mirando en mi ventana el cielo que suele estar despejado con algunas nubes blancas como algodones adornando el azul suave y brillante; junto al sol que se asoma por el horizonte anunciando un nuevo día, me quedo un par de minutes para luego empezar con mis actividades antes del trabajo.Aunque trabaje muchas veces desde mi casa tengo una rutina que puede variar dependiendo de mi humor o mis pensamientos, muchas veces después de levantarme de la cama saltó a mi computadora a escribir lo que tengo en mi cabeza o voy por una gran taza de café para despertar a mi cerebro.
Otros días enciendo las bocinas y coloco música animada que me acompaña mientras hago mis ejercicios o empiezo con la limpieza de mi pequeño departamento, vivo cerca del centro así que todo el ruido de la ciudad está presente pero no me molesta.
Para mi suerte trabajo de lo que más amo y me esforcé mucho para conseguirlo ya que no fue tan fácil pero es gratificante poder decir: “Lo hice” .Ser escritora tiene sus altos y bajos, pero lo peor son los bloqueos que llegan de la nada y te golpean duro cuando estás a mitad de un libro que realmente te gusta y puedes llegar a borrar por la frustración sin poder saber si hubieran sido un éxito, me ha pasado tantas veces que ya no las cuento.
Suelo pasar horas escribiendo, viendo como mis dedos se mueven solos creando y creando, página tras página hasta tener un libro de cien o doscientas páginas tal vez más en un abrir y cerrar de ojos sin poder explicar de dónde salió tal historia. Es impresionante lo que muchos logran con sus escritos y es realmente admirable, espero poder llegar hacer algo así algún día.
Mi vida personal es casi nula pero no me quejo, los amigos que tengo siempre están para mi y son los justos que necesito en mi vida. Todos nos conocemos desde la secundaria, vivimos muchas experiencias juntos y eso nos mantuvo unidos durante todos estos años.
Soy hija única, mi madre murió cuando tenía catorce años. Fue muy duro y entré en depresión, fui a terapia por mucho tiempo hasta que empecé a escribir y eso me ayudó mucho, mi padre casi no me prestaba atención solo se mantenía enfocado en su trabajo, desde que mamá murió yo era invisible para él.
Ahora con veintisiete años mi vida es diferente, no es perfecta pero soy feliz...por ahora.
Editado: 06.10.2021