Fue una gran sorpresa verla de nuevo, de forma inconsciente me deje llevar de nuevo y terminamos en el jardín privado del edificio en donde se realizaba la gala, ella estaba preciosa y sus ojos me cautivaron de nuevo, tuve unas inmensas ganas de besarla y hacerla mía.
Como si hubiera leído mi mente empezó a besarme una vez estuvimos en un lugar tranquilo, había extrañado sus labios, su tacto, los sentimientos que me provocaba, la había extrañado muchísimo.
—No sabes cuánto te he extrañado Jay —susurró ella cuando terminó el beso, tenía deseos de seguir haciéndolo.
—Yo también te extrañe, me alegra que estés aquí.
—Pero no será por mucho tiempo, tengo trabajo y solo vine por un día.
Todo el momento se cortó cuando ella mencionó su trabajo, los recuerdos llegaron a mi como un balde de agua fría: yo pidiéndole a Will el anillo, ambos hablando sobre el caso de su madre, yo pensando en decírselo, ver que ella desapareció y entrar al departamento que compartíamos para verlo completamente vacío a excepción de varias fotos de nosotros.
—Cierto, ahora vives en Nueva York —me aleje de ella mientras sentía como el resentimiento reemplazaba los sentimientos que había tenido hace unos momentos.
—Quiero que vengas conmigo, quiero una vida contigo Jay y ahora que todo se solucionó podemos intentarlo —ella se acercó de nuevo a mi en busca de mis labios más yo la aparte.
—¿Quieres que dejé mi trabajo? ¿Mis amigos? ¿Mi hermano? —ahora sentía enojo, era una egoísta— ¿Cómo puedes ser tan egoísta?
—¿Egoísta? Pienso en los dos, puedes trabajar en el FBI conmigo, te pagarán más y podrás subir de nivel.
—Amo Chicago, no puedo irme de un día para otro Jenny.
—No, lo que no puedes es dejar a Emma.
Esa fue la gota que rebalsó el vaso, mencionar a Emma fue lo que detonó el enojo que ya tenía.
—No menciones a Emma, ella no tiene nada que ver y esto es entre nosotros dos.
—Ves, ella es la única razón por la que sigues aquí y siempre será ella —hizo el ademán de acercarse, pero al ver que retrocedí se detuvo— sabía que tarde o temprano pasaría, la amas y no vas a dejarla.
—Es suficiente, si eso es todo lo que tienes que decir está bien —me arregle el traje y la mire— buen viaje de regreso, adiós Jennifer.
Sin dejar que ella dijera algo más regrese al salón, sabía que todos iban hacer preguntas al respecto más no estaba de buen humor para comentar lo sucedido. Cuando llegue a la mesa todos bailan excepto Emma, se encontraba observando a los demás mientras que de a ratos le daba un sorbo a su bebida.
—Hey, ¿no bailas? —me senté a su lado y controlé mi tono de voz para ocultar el enojo que aún sentía.
—Estoy algo cansada —se escuchaba incómoda y no me miraba.
—Te llevo a tu casa.
Ella asintió y se levantó para despedirse, yo tomé sus cosas y me despedí de todos desde donde estaba, quería ahorrarme las preguntas por ahora.
Ambos salimos y nos subimos a mi auto, durante el camino ninguno habló, el silencio era incómodo y se notaba que estábamos tensos. Comprendía el porque ella estaba molesta, la entendía todos conocían lo malo de mi y se preocupaba de que hiciera alguna tontería, más no era momento de hablar uno de los defectos de Emma era que al estar molesta no decía ni una palabra y si tú la presionas para que hable termina estallando,y diciendo cosas muy hirientes.
Al llegar al edificio ella en voz baja se despidió y salió del auto con rapidez, me sorprendió que no haya azotado la puerta de la camioneta. Después de ver que entrara al edificio me dirigí a mi departamento, estaba agotado y lo único que quería era dormir.
Enojada no estaba, si no lo siguiente. Estaba furiosa con él, luego de que se fuera con ella cometí el error de seguirlos, según yo iba a vigilar por si ella intentaba hacerle algo -patético lo sé- vi con lujo de detalles como estaban comiéndose la boca con desesperación, yo sabía que iba a caer en sus redes de nuevo, además de furia sentí tristeza.
Al regresar a la mesa todos me hicieron preguntas más no contesté, era muy obvio que mi expresión lo diría todo así que dejaron el tema a un lado y trataron de subirme el ánimo -no funcionó- a los minutos se rindieron y me dieron mi espacio.Cuando Jay regresó lo único que pude decirle era que estaba cansada así que nos fuimos ahí, todo el camino fue muy incómodo y unas inmensas ganas de llorar se apoderaron de mí, con gran esfuerzo me contuve hasta llegar a mi departamento haciendo que subiera rápidamente.
Cerré la puerta de un portazo una vez estuve dentro y me quebré, todo lo que había pensando se hizo realidad en cuestión de minutos, aún no estaba lista para tomar mi papel de mejor amiga que apoya todo.
Desperté con dificultad, sentía los ojos muy pesados y sabía que deberían estar rojos, me levanté con pesadez y me dirigí al baño. La mujer que vi en el espejo me horrorizó, tenía el cabello despeinado, mis ojos parecían dos pelotas de lo hinchados que estaban, tenía una ojeras muy grandes junto al rímel corrido, mis mejillas tenían manchas negras producto de las lágrimas que corrieron todo el maquillaje, parecía Harley Quinn.
Una vez me limpie el rostro fui a la cocina y me serví cereal en un cuenco con un poco de leche, no tenía energía para prepararme un buen desayuno y todo lo que quería era regresar a mi cama cuando mi móvil sonó.
—¿Hola? —había contestado sin mirar el nombre de la persona.
—No te atrevas a colgarme —escuche la voz de Anny -y si iba a colgarle- sin dejarme contestar prosiguió— puedo imaginar lo mal que debes estar, así que ven y no acepto un no.
—No.
—Ven o voy yo y te saco a la fuerza.
—Te odio.
—Yo también te quiero, aquí en diez minutos.
Colgó cuando me disponía a quejarme, no tenía otra opción y después de cambiarme me dirigí a su casa.
Editado: 06.10.2021