Capítulo 21

Del resto de la boda no recuerdo nada, luego del beso nuestros amigos nos absorbieron haciendo que bailemos y tomemos, lo último que puse fue que iba en un auto. 

Hoy al despertar estaba en mi cama con el vestido a un puesto, mi maquillaje estaba corrido y mi cabello despeinado, cuando ya me veía presentable salí de mi habitación para encontrarme a Patrick, Jon y Jay durmiendo en el sofá -espero que ninguno haya conducido estando ebrio- un aroma a café llamó mi atención y al entrar a la cocina estaba Marina preparando el desayuno.

—Despertaste, pensé que dormirías unas horas más.

—¿Cómo llegamos hasta aquí? —me senté en una de las sillas frente a la isla de la cocina, ella me dedicó una sonrisa mientras me entregaba una taza con café.

—Yo conducía, fui la que menos bebió y Will me ayudó a meterlos al auto. Al llegar Jon ya estaba un poco más consciente así que con él los subimos hasta aquí, a los chicos los tiró en el sofá, a ti te dejo en tu cama y a Anny en el cuarto de invitados —sirvió huevos y tocino en tres platos junto a dos tazas de café y jugo de naranja.

—Tú dormiste con Anny, ¿verdad? 

—Así es, Jon durmió con los chicos.

—Menos mal, no quería tener que lavar las sábanas sabiendo que Anny y Jon tuvieron sexo sobre estas.

Marina empezó a reír mientras yo hacía cara de horror al imaginarme eso, un minuto después Jon entró a la cocina y se sentó a mi lado,se veía fatal.

—De todos tu eres el que más toma y aún así estás despierto a las diez de la mañana luego de una boda —lo miré mientras comía ganándome una risa de su parte.

—Eso me hace más tolerante al alcohol,además gracias a mi dormiste en tu cama.

—Gracias. 

—No hay de que, espero no te moleste el hecho de haber terminado aquí.

—Para nada, siempre son bienvenidos aquí.

Luego de eso los tres desayunamos tranquilos, horas después los demás despertaron y fue momento de despedirse, él último en irse fue Jay que parecía tener algo que decirme.

—Ayer la pase muy bien —ambos estábamos en la puerta, él me tomaba de la mano mientras trataba de tomar valor.

—Yo igual, por suerte nadie terminó herido, perdido o secuestrado —ambos reímos, me estaba poniendo nerviosa mientras esperaba a que hablara.

—Me preguntaba si te gustaría ir a cenar el martes —hoy era domingo y sabía que su día de descanso esta semana iba a ser el martes.

—Claro me encantaría, ¿a qué hora? 

—Vendré a las seis por ti.

—¿Tan temprano? 

—Es una sorpresa —lo mire fijamente mientras que él no quitaba su hermosa sonrisa.

—¿Qué tramas Halstead? 

—Nos vemos el martes. 

Me besó para impedir que siguiera preguntando, iba a tomarme un tiempo acostumbrarme a sus besos -a quien quiero engañar- se volverían una adicción. Y sin más que decir se fue dejándome con muchas dudas y pocas respuestas.

La boda de mi hermano resultó muy bien para todos, no tenía planeado lo que pasó, pero me alegra haberle dicho lo que siento a Emma y saber que soy correspondido, tal parece que las cosas van mejorando.

Tenía planeado llevar a Emma a cenar, había buscado el restaurante perfecto, sin embargo, ninguno me convenció y opté por el plan B, con la ayuda de los chicos arreglamos la mejor cena romántica que un grupo de chicos puede organizar.

El martes llegó y como habíamos quedado, pase por ella a las seis, era obvio que aún es temprano para cenar, pero al lugar que íbamos se encontraba a una hora y media de camino así que llegaríamos justo para cenar.

—¿Podrías decirme a dónde vamos o tengo que llamar a la policía? —me reí por la impaciencia de mi acompañante, solo había pasado media hora desde que salimos.

—Estás con un policía y no, no te diré a dónde vamos.

—¿Por lo menos me puedes decir cuánto tiempo estaremos en el auto? Por favooor —sonreí por el tierno puchero que hacía -debo permanecer cuerdo ante la locura- mantuve mi mirada en el camino, no quería tener un accidente.

—Aún nos queda una hora de camino, pon música para no aburrirte.

—De acuerdo, con algo debo distraerme.

Viajar con Emma era divertido siempre y cuando íbamos con más personas o en un avión, ella se aburre rápido y eso la pone hiperactiva. Como le dije puso música a un volumen algo alto, a los dos nos gustaban géneros diferentes pero coincidimos con las canciones de los 70 's, 80' s y 90 's.

—Deberías bajarle un poco el volumen, si nos llaman no podremos oír —tuve que gritar un poco para que ella me escuchara, pero no me hizo caso— ¡Emma!

—¿Qué?

—Que le bajes...mejor lo hago yo —con cuidado le baje el volumen a la música y volví a enfocar mi atención a la carretera.

—Ah, lo siento no te escuché.

—Como hacerlo si el volumen estaba muy alto.

—Si creo que me excedí.

Luego de una hora por fin llegamos al lugar, era un campo junto a un bosque en el había una cabaña, estacione el auto y ayude a Emma a bajar, ella era muy pequeña comparada con mi camioneta.

—Guau, que lindo lugar.

—Aún no has visto nada.

Tome su mano y la guíe hasta la mesa que habíamos armado, colocamos luces en un árbol, encendimos una fogata y pusimos velas.

—¿Te gusta?

—Me encanta, ¿hiciste esto solo? —me observó con curiosidad mientras le corría la silla para que se sentará.

—Los chicos me ayudaron.

—¿Lo hicieron ustedes solos? —sus ojos se abrieron de la sorpresa, entendía porque.

—Sí, no quemamos nada si te preocupa.

—De acuerdo.

Ante su desconfiada mirada fui por la comida, Jon y yo éramos buenos preparando carne así que decidimos hacer cordero con puré de papa y zanahorias caramelizadas con salsa, y como ninguno era bueno con los postres Anny preparo el pastel favorito de Emma, un pastel de chocolate con fresas y arándanos. Deje los platos en la mesa y serví el vino bajo la atenta mirada de mi novia -me gusta como suena “Mi novia”, aunque no se le he pedido formalmente- al terminar me senté frente a ella.