Me desperté a la mañana siguiente y me sentí horrible, como si tuviera la gripe o algo así. Me di la vuelta en la cama y me agarré el estómago revuelto, sintiendo un golpe en mi cabeza y en el pecho. El golpe coincidió con mi latido.
Me senté y vi las estrellas. Eso nunca había ocurrido antes. Al principio estaba alarmada. Tal vez era algo peor que la gripe. Me levanté y fui al espejo. Me veía demacrada.
Adam me había traído anoche a casa justo después de la película. No era tan tarde cuando llegué a casa, pero papá no estaba por ningún lado. Como siempre. Me fui directamente a la cama, sintiéndome más cansada que en mucho tiempo. Y ahora, podía ver mi rostro oscurecido por la fatiga. Mis ojos estaban apagados y con sombra. ¿Esta realmente era yo? Levanté mi brazo para empujar el pelo hacia atrás para comprobar el corte pequeño en la frente y me quedé helada. Había una huella negra de una mano grabada en mi piel, negra y gris como si estuviera quemada, junto a mi codo en el brazo derecho. ¿Que...?
Entonces me acordé. Mi brazo quemado calentándose cuando ese tipo, Theo,me agarró ayer. Y ahora, tengo un extraño apretón negro grabado a fuego en mi piel. ¿Qué está pasando aquí?
Oí el timbre del teléfono, pero no lo contesté. Probablemente era Daniel, buscando respuestas, a pesar de que no tenía derecho a reclamarme nada. Así que me fui a tomar una ducha en su lugar.
Esa fue una de las mejores duchas que jamás había tenido. Todavía me sentía mal, pero mejor, el agua caliente hizo maravillas por mi color de piel. Mi cara parecía volver a la normalidad y mis ojos eran más brillantes. Sin embargo, todavía necesitaba un poco de maquillaje. Entonces me acordé. Fred, dijo que iba a venir a buscarme hoy.
Me fui a mi habitación y saque algo de ropa fuera. En realidad pensé en lo que me pondría. Estaba nerviosa. Me estaba volviendo loca. Me puse mi blusa de gasa azul campesino sobre mi camiseta de tirantes negra y unos vaqueros con unos pendientes de aro de plata, luego me fui a arreglarme el pelo y a colocarme algo de maquillaje.
Al mismo tiempo, sentí una burbuja de la ansiedad y nervios. ¿Qué había ocurrido la noche anterior? No podía creer que le salvé la vida a un chico. Yo no podía creer que estaba ligada a él, en alguna cosa retorcida del alma gemela. No podía creer que Adam estaba enamorado de mi. Yo no podía creer que no eran humanos.
Empecé a tener un ataque de mini-pánico, tragándome el nudo en la garganta. Entonces comenzó a escalar a pleno.
¿Qué pasa si Fred no viene hoy? ¿Por qué lo necesito tanto? ¿Qué me iba a pasar a mi? ¿Acababa de casarme con un tipo loco y viviría en su comunidad secreta para siempre? ¿Podría huir antes de que llegara aquí? ¿De verdad quería hacerlo? No, yo no, y si él me pidiera que me casara con él ahora mismo no estoy segura de poder decirle que no. ¿Qué iba a ser de mi ahora?
Mi respiración estaba loca como fuera de control y me agarré del fregadero para mantenerme en pie. Me sentí mal y todos mis músculos se retorcieron en mi cuerpo mientras yo seguía con Fred en mis pensamientos. Estaba a punto de preocuparme cuando sentí unos brazos a mi alrededor. Volteándome y tirando de mi hacia ellos.
-Lo siento. -Me atrajo hacia su pecho, envolviendo sus brazos alrededor de mi y susurrando en mi oído mientras su mano subía y bajaba por mi brazo. -Vine tanrápido como pude.
Fred.
Suspiré de alivio cuando sentí una liberación de toda la tensión, las naúseas, los dolores musculares, la respiración dolorosa, todo, mientras acomodaba mis brazos alrededor de su cintura. Me sentí completamente nueva, como si fuera una droga y yo sólo había conseguido un poco.
Me corrí un poco para mirarlo y estaba sorprendida. Era incluso más guapo en la luz del día. Parpedeé hacia él y volvió a mirar hacia mi. Pude ver en su mente como si estuviera hecha de cristal. Había sentido cuando empecé a entrar en pánico ya estaba a mitad de camino hacia aquí. Él se echó a correr. Él sabía que iba a estar molesta cuando la realidad cayera sobre mi esta mañana. Él sentía la atracción hacia mi también y había molestado a Adam por más de una hora antes de levantarse de la cama para darle mi dirección, auqnque una vez que el ataque de pánico golpeó no lo necesitaba. Él me podría encontrar en cualquier lugar. También amaba mis pecas y pensaba que me veía preciosa en azul.
Le sonreí y mordí mi labio inferior a sus pensamientos.
-Hola. -Le dije.
-Hola. -Dijo con una amplia sonrisa, con los brazos alrededor de mi espalda. -¿Estás bien ahora? -Él llegó y me quitó el pelo de la frente. -¿Cómo está la cabeza?
-Está bien. No me duele más.
-¿Has dormido bien?
-Sí, dormí de maravilla, de hecho. -Los dos parecíamos darnos cuenta de la rareza de todo y dimos un paso atrás para dar un poco de espacio. -Yo estaba bien, quiero decir, me sentí un poco rara, como si tuviera la gripe. -Asintió para confirmar. -Pero no fue hasta que empecé a pensar en las cosas... um, tú, que me asusté.
-Lo sé. Esto ocurre, sobretodo los primeros días después de una impronta.
-¿Por qué?
Él se encogió de hombros.
-No importa, estoy aquí ahora. Y no tengo ninguna intención de ir muy lejos.
-Bien. -Fue todo lo que pude decir.
Pareció gustarle mi respuesta.
-¿Te divertiste con Adam anoche? No tuve la oportunidad de hablar mucho con él. Esperé hasta que él llegó anoche pero se fue directamente a la cama. Estoy seguro de que me habría dicho si hubiera pasado algo.
-Sí, nos lo pasamos buen, mayormente.
-¿Por qué mayormente? -Dijo preocupado de repente. -¿Qué...?
Él vio mi brazo y sus ojos se agrandaron. Me había olvidado de la mano impresa en negro quemado. Su rostro se retorció de rabia.
-¿Qué pasó? No puedo creer que Adam no me dijo sobre esto. ¿Quién te hizo esto?
-Un tipo llamado Theo. -Yo lo frotaba como si pudiera salir.
Empujó suavemente mis dedos alejados para frotar su pulgar a través de ella, casi con reverencia.
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Editado: 25.11.2024