-Eso es absolutamente falso. -Insistió, leyendo mis sentimientos, antes de poner su frente contra la mía.
Sentí el impulso y hormigueo de nuestra piel, su latido constante al lado del mío, y entonces lo estaba viendo, una visión de él.
Parado en un semáforo. Escuchando a Cage The Elephant en su móvil y pensando sobre Adam viniendo para reunirse con él en Tennessee el próximo semestre. Miró hacia atrás y dio un respingo mientras una hermosa joven se dirigió a la parada del cruce peatonal.
No podía creer que eso es lo que yo le parecía a él. No parecía una tonta chica de secundaria. Parecía bonita y confidente, distante y in poco triste.
La chica miró a su alrededor e incluso en la penumbra pudo ver sus pecas. Le gustaban. Ella miró el teléfono y se detuvo detrás de él para esperar. Él quería dar la vuelta y tener una mejor visión, pero no quería parecer como que la estaba mirando así que miró hacia atrás y sonrió y asintió con la cabeza cuando ella lo atrapó en el acto. Se dio la vuelta y deseó poder hablar con ella. Pero no tenía sentido. Esto empeoraría la situación.
Esperó con impaciencia a que la luz se encendiera para poder salir y conseguir sacar a la chica de su mente. No tenía ni idea de por qué estaba tan impresionado por ella de todos modos. La luz cambió y se asomó una vez más y comenzó a cruzar pero ella no lo estaba mirando, estaba revisando su teléfono de nuevo. No miró a ambos lados antes de cruzar porque estaba mirando hacia atrás, para conseguir una última mirada antes de no volver a verla nunca. Yo.
Cuando se dio la vuelta ya era demasiado tarde, y luego sintió un tirón en la espalda y cayó de espaldas encima de algo. Cuando él salió y se dio cuenta de que esto era la chica estaba perdido. Entonces se dio cuenta de lo que había sucedido. La triste, ansiosa, hermosa chica, había salvado su vida. Él no sabía que decir o hacer. Le preguntó a ella si estaba bien y cuando por fin oyó su voz diciéndole era ella, pensó que este era el sonido más dulce que nunca había golpeado sus oídos. Pude ver un corte en su frente y extendió la mano para empujar atrás su cabello. Era suave y rizado. Podía oler su champú y esto hacía cosas maravillosas a sus sentidos. Añade que los ojos dulces verdes miraron arriba hacia él y eso fue todo.
Empezó a preguntar en ese mismo momento si se estaba imprimiendo con ella pero sin visiones viniendo, sin sacudidas ni hormigueo o fuego como lo describía su familia. Sólo mariposas y pulso rápido. Y estaba decepcionado. Nunca había encontrado a nadie a quien realmente hubiera querido antes. No había nadie por el que pensara romper la regla de no salir con nadie, nadie que hiciera su corazón correr y dispararse, hasta ahora. Y estaba tan decepcionado de no poder tenerla, sobre todo después de que ella le salvara la vida.
Le preguntó si necesitaba una ambulancia o un aventón pero ella se negó. Parecía aturdida por él cuando se acercó, lo cual le hizo sonreir. Él coqueteó un poco. Quería gustarle, sin importar lo inútil que esto era. La convenció para que lo dejara acompañarla, pero entonces se encontró con más decepción cuando ella le dijo que se dirigía a ver a Adam. Así que esta era la chica por la que Adam estaba rompiendo la regla. Él había hablado de esa chica durante dos años. No es de extrañar, pensó. Es muy impresionante y divertida, dulce y pensativa. Y esos ojos...
Ella le hizo preguntas y se rieron y hablaron durante todo el camino a la casa de Adam. Fred no pudo ocultar su decepción más y usó su herida para tocarle el pelo una vez más. Entonces Adam había aparecido y le dio una mirada de muerte por encima del hombro de la chica mientras la mano de Fred estaba en su cabello.
Adam preguntó si la chica estaba lista para irse, ella no lo estaba, podía decirlo por su vacilación y esto lo emocionó aunque fuera sólo para molestar a Adam por ser un idiota.
Entonces ella vino a él. Dijo que su nombre era Emma y sonrió. Todo abandonó su cuerpo. Se las arregló para murmurar su nombre y tomó su mano y fue sorprendido por una descarga en sus venas. Su mano se sentía en llamas donde la tocó a ella y sus pulmones quemados por el aliento que no venía. Visiones nadaron delante sus ojos.
Yo no pude decir lo que eran las visiones y me dio la sensación de que no se suponía que yo iba a verlas. Esas particulares visiones eran sólo para Fred igual que las mías eran para mi. Así que todo lo que veía eran remolinos de luz y niebla, mientras veía la cara de Fred cambiar de feliz a eufórica mientras presenciaba cada visión.
Entonces fue devuelto a sí mismo y miró a mi extraña expresión de confusión con deseo. Él podía sentir el latido del corazón de ella golpeando contra él tan fuerte como el suyo y su cuerpo sabía exactamente qué hacer para consolarla y protegerla. Él sabía esto. Simplemente se había impreso con la chica que quería más que ninguna otra, la chica que había salvado su vida, la chica que pensó que nunca tendría.
Ella era suya. Volví de nuevo al presente mientras Fred echaba la cabeza hacia atrás un poco pero mantenía su cara cerca.
-Ahora, ya ves. No dudes de lo que siento por ti. Esto no tiene nada que ver con una impresión y todo que ver contigo.
Estaba sin aliento y asombrada de lo que Fred me había mostrado, sus recuerdos. Fueron claros y vivos y parecían muy reales. Era extraño ver el mismo evento con otros ojos.
Lo más extraño aún era que Fred me había querido antes de la impresión. Antes. No pude detener la sonrisa que se extendió por mis mejillas. Sabía que tenía que decir algo.
-¿Casi fuiste atropellado por un camión porque me estabas mirando? -Bromeé y él se rió en voz alta.
-Sí, menos mal que me salvaste. Hubiera sido tu culpa si no lo hicieras. -Dijo a través de una sonrisa.
Me reí, asintiendo con la cabeza y luego me detuve. Lo miré, realmente lo miré. Él me quería. A mi. No a mi yo impresa, no a mi yo estudiante de secundaria, no a mi yo en pantalones cortos de deporte. Simplemente a mi. Decidí que esta era toda la prueba que necesitaba. Me incliné hacia él y puse mi cabeza en su hombro.
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Editado: 25.11.2024