-Por supuesto que lo estoy.-Sentí el impulso de su mente mirando a escondidas la mía, el difuso hormigueo. -Ah- dijo el con súbita comprensión, su tono cambio del alivio a la ira. -Así es como el llego hasta aquí . El te dijo que fui asesinado por su padre... y tú le creíste.
Abrí mis ojos para mirar a través de mi cabello para ver que lo otros estaban sobre nosotros mientras Fred me sostenía en su regazo en el suelo. Un par de ellos estaban cargando al amigo de Theo a la camioneta mientras un par más investigaba mi jardín y la calle.
Cuando volví la cara para mirarlo, Fred empujó mi pelo hacia atrás y me besó en la frente. Cuando él se echó hacia atrás gruñó y varios otros hicieron ruidos similares de ira, gemidos y gruñidos.
-Él te golpeó- gruñó Fred con enojo.
Me toqué la mejilla, lo había olvidado. Quemo cuando mis dedos lo rozaron. Me imaginé que tenía varias de esas marcas todas sobre mi por todas las veces que me tocaron tratando de meterme en el coche. Y, por supuesto, iban a verlas más pronto que tarde.
-Aquí.- Tomó mi chaqueta y casi estalló de ira al ver todas las manos negras, los dedos y marcas en mis brazos y manos. Todo su cuerpo se estremeció y me miró con los ojos muy abiertos y el disgusto escrito en toda su cara. Al principio pensé que era porque me había tocado. Yo estaba contaminada o algo, pero él negó con la cabeza y acaricio mi mejilla con la palma de su mano, que abarcaba la mano de Theo.
-No. Estoy disgustado porque ellos te hirieron. Yo no estaba allí, no podía llegar lo suficientemente rápido y evitar que ellos te hirieran.
Peter puso su mano sobre el hombro de Fred, asintió con la cabeza y respiró hondo. Su padre le ayudó a quitarse la chaqueta y la envolvió en torno a mí.
-Será mejor que salgamos de aquí antes de que tu padre venga. Alguien tenía que haber oído algo.
Él me levantó en sus brazos y fácilmente me aferre a su cuello mientras su toque se llevaba el dolor. Vi al padre de Adam a unos pocos metros.
-Tú me salvaste- le dije, recordando cómo me había "enseñado" karate.
- Yo vi eso- dijo, y sonrió, colocando una mano sobre mi brazo. -Pero tú te salvaste a ti misma. Yo solo te enseñe como.
A pesar de todo me eche a reír y me estremecí por un ligero dolor en mi estomago. La mueca de Fred se hizo aún más fuerte, si es posible.
-Vámonos.
Todos nos amontonamos en la camioneta, conmigo todavía en el regazo de Fred, y nos dirigimos a la casa de Adam. Incluso con Fred tocándome aun me sentía rara. Lenta y confundida, como después de los ecos del sueño pero, yo no podía lograr que mi mente se concentrara porque mi Fred estaba justo aquí.
Me miró fijamente y sólo quería estallar de alegría al saber que él estaba bien. Más que bien, el vino a salvarme, tal como dijo que haría. Es cierto que llegó un poco tarde, pero no es su culpa, pero si él no hubiera venido, Theo no hubiera escapado de esa manera y yo aún podría estar por ahí luchando contra ellos o peor, en su coche.
La mente de Fred estaba llena de ira, culpa y locura. Yo no estaba tocando su piel debido a su pesada chaqueta, a pesar de que el coche estaba lleno de sus tíos extendí mi mano y toque su mejilla. Se sobresaltó ante el contacto y suspiró ruidosamente por la liberación repentina de ira. Me miró y me miró fijamente. Se inclinó para descansar su cabeza contra la mía.
-Eres increíble. Ni siquiera yo puedo patear tan alto.- Me entraron ganas de reír, pero me dolía, así que sonreí en su lugar.
-Si. Eso de enseñar karate dentro de mi mente es una cosa bastante útil.
Vi el perfil de la sonrisa del papa de Adam a nuestro lado.
-Sí. Lo siento, Emma.
-No fue tu culpa.
-Pero sabía que estaba detrás de ti, sólo que no sabía por qué. Me debería haber quedado o haber dejado a alguien contigo.
El trayecto a casa de Adam fue corto, Fred me levanto en sus brazos por la puerta de atrás y me paso a través de la chirriante puerta. Me di cuenta que ellos tenían el mismo muro forrado con medias lunas que estaban en la casa de Fred.
Adam salió corriendo y se le hincharon los ojos cuando me vio. Genial, una persona más por la que sentirme culpable.
-¡Gah! Emma ¿Qué paso?
-Theo - respondió Fred y siguió caminando al interior de la casa.
-Oh, hombre. Yo estaba contigo hace un par de horas. Debió haber estado observándote y esperando que me fuera.
-¿Tú estabas con ella?- Preguntó Fred y me miró.
-Si. Me encontró en el restaurante cuando termine mi turno.
-Fuimos a dar un paseo por el parque.- respondió Adam y sonrío ligeramente. -Comenzó a llover y tuve que llevarla a casa.
-¿Es por eso que está con fiebre y su garganta está adolorida? ¿Debido a que la llevaste a dar un paseo bajo la lluvia helada?-Fred le preguntó acaloradamente mientras cruzábamos el umbral.
Debio de haberlo sentido, porque yo no había dicho nada.
-¿Qué? ¿Estas enferma, Emma?
Me sentía enferma y adolorida y en el general todo el cuerpo. No sólo estaba enferma por haberme mojado en la lluvia, pero no le respondí.
Pasamos por la cocina y vi a unas cuantas mujeres alrededor de la mesa con unas tazas de café.
Alguien debió llamarlas porque se veían preocupadas y cuando me vieron no había sorpresa en sus caras sino ira.
Rachel se acercó a mí, obligando a Fred a detenerse.
-Oh no, Emma.- Ella rozó ligeramente la marca en mi rostro.-Lo siento mucho. Así no son las cosas por lo general.
-Estoy llevándola al piso de arriba, mama.
Ella asintió y todo el mundo se levanto y observaron como Fred nos llevo por las escaleras conmigo en sus brazos.
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Editado: 25.11.2024