Chispas de amor en la secundaria

~ CAPÍTULO 2 ~

EL INICIO DEL AÑO ESCOLAR -Perspectiva de Alex

 

POV Alex:

Un nuevo año escolar en el instituto. Mis padres dicen que estudiar allí garantizará mi futuro, ya que mi padre estudió allí y al irse a la universidad lo aceptaron de inmediato. Se graduó como administrador de empresas y en mercadotecnia estratégica, fundó su propia empresa y se convirtió en uno de los emprendedores más exitosos del país. Me dicen que mi futuro está en la empresa y que algún día seré el nuevo líder después de su retiro, pero no entienden que ese no es el destino que yo quiero. Mi sueño es ser un gran deportista, un poco cliché, ¿verdad? Soy muy bueno en fútbol americano y básquetbol. Espero poder conseguir una beca deportiva en Southern Illinois University Carbondale. Los únicos que conocen mis planes son mis mejores amigos Lindsay y Max; por ahora no se lo diré a mis padres. Solo lo sabrán cuando tenga la beca, si se lo digo ahora tendré que soportar sus sermones de "ese no es tu futuro" y bla, bla, bla.

Estoy en casa de Lindsay con Max, esperándola para ir a la secundaria. Hoy comienza el nuevo año escolar y solo hay unas pocas cosas en mi mente. Entre ellas está mejorar mi promedio. Aunque estudiar en el instituto es importante para obtener la beca, tener un promedio de 6.3 no será suficiente. Eso es bajo, especialmente si lo comparo con Max, que tiene un 8.2, y Lindsay, que tiene un 8.6, aunque ninguno de ellos está entre los veinte mejores estudiantes...

"Lindsay, baja de una vez", grita Max sacándome de mis pensamientos

"¡Ya bajo, todavía me estoy arreglando!", responde Lindsay con molestia.

"¡Eso dijiste hace quince minutos! ¡Baja de una vez!", insiste Max.

"Ya dejen de gritarse, parecen niños", intervengo, preocupado por llegar tarde.

 

"Oye Alex, ¿qué opinas si comemos de una vez? Tengo hambre y si sigo esperando a Lindsay me voy a auto digerir", bromea Max.

"Tienes razón. Déjame sacar los emparedados que me dio mi nana", respondo.

Al comenzar a desayunar, Lindsay finalmente se une a nosotros peinada y maquillada.

"¿Oigan no que me esperarían para desayunar?", pregunta Lindsay.

 

"Sí, pero te tardaste tanto que ya no podíamos esperar", responde Max con la comida en la boca.

"Lindsay, ¿por qué te arreglabas tanto? Solo usamos uniformes", pregunto curioso.

 

"Por eso mismo, solo usamos uniforme y debemos resaltar con el maquillaje y el peinado", explica Lindsay.

"Linds, ven a sentarte con nosotros a comer emparedados", invita Max.

 

"Primero, eso fue asqueroso, no lo vuelvas a hacer. Segundo, no puedo. Se ve delicioso, pero llevo una semana a dieta para perder dos kilos en tres semanas para un recital. Voy a comer el desayuno que mi mamá me preparó", responde Lindsay.

"Se ve rico, pero no más que estos emparedados", comento mientras empiezo a comer.

Después de desayunar, nos dirigimos a la secundaria en el auto de Max. Tras treinta minutos, finalmente llegamos.

"WOW, saben cómo invertir el dinero en esta escuela", comenta Lindsay impresionada.

"Tienen razón. Creo que esta vez se tomaron en serio el 'para avanzar hay que mejorar'", añade Max con la misma impresión.

"No veo el cambio. ¿Cortaron el césped?", pregunto confundido.

"¡En serio! ¿Cómo puedes decir eso si hay tantos cambios?", exclaman Max y Lindsay al unísono.

"Bueno, tienen algo de razón. Si antes la escuela se veía imponente, ahora lo es aún más", concedo.

Impresionados con la vista, una voz familiar nos saluda: "Profesora Norbury, ¿cómo ha estado?"

 

 

"Hola chicos, ¿cómo están? Ah, por cierto, bienvenidos al nuevo año escolar", nos saluda nuestra profesora con entusiasmo.

 

"Hola profesora Norbury", saluda Lindsay cordialmente.

"Profesora Norbury, qué alegría verte", añadio Max

La profesora Norbury nos pide ayuda para acomodar el auditorio para el discurso de bienvenida. Lindsay y Max se ofrecen de inmediato, y yo también me uno sin dudarlo. Mientras Lindsay acomoda las sillas y Max se encarga de la iluminación, yo me ocupo de preparar el escenario.

De repente, la profesora Norbury me llama.

 

"Alex, ¿me podrías hacer un favor?", me pregunta con seriedad.

"Claro, profesora. ¿Qué necesita?", respondo dispuesto a ayudar.

"Necesito que vayas al salón de música a buscar uno de los soportes de partituras. Pero ve rápido, el discurso de bienvenida está a punto de comenzar", me dice con un dejo de preocupación en su voz.

"No se preocupe, iré corriendo por el campus para ser más rápido", le aseguro con confianza.

"Ve rápido, recuerda que la bienvenida empieza en diez minutos", me advierte antes de que parta.

Me lanzo a correr por el campus, saludando a varios estudiantes que me reconocen en el camino. Sé que soy popular en la escuela, quizás por ser el capitán del equipo de fútbol y haber conseguido trofeos y reconocimientos para la institución. Mi atractivo físico también juega un papel en mi popularidad, aunque no me gusta admitirlo abiertamente. Después de todo, no puedo negar las horas que paso en el gimnasio.

Llego al salón de música en apenas tres minutos y encuentro rápidamente el soporte de partituras que la profesora necesita. Sin perder tiempo, regreso corriendo al auditorio. Estoy un poco distraído mientras me acerco, y termino tropezando con alguien. Al levantar la vista, me doy cuenta de que es ELLA...

 

 




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