Los tres llegaron a la oficina de aquella que llamaban Delaware. Chloe miraba a su alrededor el interior de la escuela mientras Wallambi se acurrucaba en su cuello tratando de ocultarse de los demás que acompañaban.
—Directora Delaware —habló Lucy de manera suave.
—Buenos días señorita Adams, pase, veo que viene acompañada —la directora mira a los tres y su mirada se detiene en Chloe.
—Buenos días directora Delaware —saluda Nick.
—Buenos días señor Lavander.
—Hola Buenos días señora directora Delaware.
—¿Disculpe con quien tengo el gusto?
—Oh sí mucho gusto Soy Chloe Astroy.
—¿¡Chloe Astroy!? —gritó Delaware sorprendida.
Todos excepto Chloe y quedaron impactados.
—Si... ¿Hay algún problema?
—Al final de todo... —susurra Delaware.
—¡No puede ser!— exclama Lucy sorprendida.
—Chloe... ¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó Nick ofendido.
—¿Qué cosa? No entiendo nada.
—Lucy, saca tu libro que guardas en ese bolso —pidió Delaware.
—Directora, ¿Cómo sabe de mi libro? —preguntó Lucy.
—Soy la directora, es mi escuela y sé lo que pasa aquí.
—Bueno —responde Lucy sacando su libro—. Los skriitas y el cambio de su historia desde 1867.
Ese libro era una reliquia original en la escuela, es el único que lleva registros reales desde aquellas fechas. No era una sorpresa el cómo Lucy obtuvo ese libro, era una come libros, pero ella sabía que a Delaware no le gustaría que tocaran libros originales de la biblioteca y menos si contiene un material antiguo como lo tenía este.
—Es... critos? —preguntó Chloe.
—Skriitas —le corrigió Lucy.
—¿Qué es eso? —volvió a preguntar Chloe.
—¡¿Eres Chloe Astroy y no sabes que es un skriita?! —le recriminó Lucy.
—Por donde vivo no hay skriitas.
—¡Normal! ¡Es una normal! —se alteró Lucy.
—Tranquila Lucy —le calmó Nick—. Si puede ver este lugar no es una normal.
—El joven Lavander tiene razón, además señorita Adams, aquí no rechazamos a los normales.
—Lo siento directora —se disculpó Lucy.
—Présteme su libro por favor —le pidió Delaware.
—Aquí tiene directora —Lucy le entrega su libro.
—Gracias —agradece Delaware mientras toma el libro y lo abre.
—Disculpe directora Delaware, aún tengo la duda de cómo llegué aquí y por qué parece que cuando escuchan mi nombre se sorprenden —se explicó Chloe.
—Este libro que tengo en mis manos responderán tus preguntas.
—Directora, con todo respeto... ¿Puedo leerlo? —pidió Lucy.
—No veo por qué no, adelante señorita Adams.
—Un tiempo atrás —va contando Lucy—. «Hace algunos 100 años o más, existió una guerrera...»
Chloe mientras tanto trataba de imaginarse como sería el escenario que Lucy estaba relatando y describiendo.
—«...Que tenía dos hijos en físico y uno en camino (estaba embarazada), se llamaba Chloe Astroy. Tenía una vida tranquila en casa, un esposo que la amaba muchísimo y unos hijos maravillosos. Un día uno de ellos, el del medio, se acerca a su madre y avisa haber visto a una mujer rondando su casa, ese ya se había vuelto cuento común de todos los días hasta que un día irrumpieron en su casa. Una skriita vieja amiga suya había venido a visitar a Chloe, pero no se parecía nada a lo que ella recordaba: era bien pálida y de cabello blanco hecho en una sola trenza, ojos con borde negro que parecían delineados y vestía con un vestido clásico y antiguo de un blanco medio celeste, se notaba que le gustaba lo clásico y la elegancia.
Esta mujer se hacía llamar "Osel" y juraba tener asuntos pendientes que arreglar, ese día Chloe solo se tenía a si misma mientras que Osel no venía sola, sino con un ejército de súbditos. Habían venido dispuestos a dar un duelo, Chloe con los pocos conocimientos que había recibido en la escuela luchó la pequeña batalla, ganándola; Osel ofendida, mandó a sus súbditos a destruir su hogar y decidió volver a atacar.
Chloe escapó pero juró volver en unas semanas para tomar venganza y terminar con todo...
Pasaron las semanas y Chloe volvió, ahora con un vientre más grande y con sus amigos junto con ella dispuestos a luchar, con su esposo y sus dos hijos a salvo, se dispuso a buscar a Osel para vencerla de una vez por todas.
Lucharon y lucharon, al final Chloe la venció pero Osel intranquila siempre, hizo todo más grande, con más poder y más súbditos. Pasaron varios enfrentamientos pequeños que hasta ya era aburrido para los skriitas ver pelear cada día a Chloe y Osel; esta última, cansada, anunció que quería tiempo pero Chloe se lo negó.
Reflexionando la situación, Osel se dio cuenta que iba perdiendo, así que perdió los estribos y se puso furiosa de perder tantas veces. Declaró la guerra final preparando para esta un elemento sorpresa, en plena batalla sacó la furia que llevaba dentro todo ese tiempo y le lanzó una maldición a Chloe pero como ella estaba embarazada también la maldición afectó a su bebé.
La maldición consistía: todos los primogénitos de la familia Astroy serían mujeres, creyendo que su capacidad es la más mínima en poder defenderse; cuando una mujer de la familia Astroy se casaba y tenía a su primera primogénita el padre de esa niña no pasaba más de los tres días, moría, su tiempo estimado de vida sería hasta los 51 años. Cada una de las mujeres Astroy carecerían de amor de padre y por último, todas ellas sufrirían mucho durante toda su niñez. Todo aquel que se metiera en la lucha familiar podría resultar perjudicado gravemente o muy posiblemente muerto.
Lo que Osel no sabía era que por cada maldición había una solución. Justo en el momento en que fue dada la maldición en otro escenario estaba una de los más grandes profetas de ese tiempo, Ginibre Gudafann, quien tranquilamente veía la mayor posesión que tenía, el famoso "fuego de hoguera", de donde salían las profecías en pergaminos. Ese día salió uno, anunciando un gran final y una persona que puede acabar con todo... Una niña de la séptima generación.