Capitulo 2

(Sebastian Leman)

Cinco de la mañana y abrí mis ojos, sabía que pronto sonaría mi alarma, estiro mi brazo con anticipación para apagarla, me levantó de la cama y después del aseo matutino me dispuse a realizar mi rutina de ejercicio. Me esforzaba por mantener en buen estado mi cuerpo, no solo por salud, sino también por el estándar que mi imagen debía proyectar, como presidente de una compañía multinacional, aunque se podría decir que encajaba perfectamente en la imagen del típico playboy, hace tiempo había dejado esa vida, desde que le entregue mi vida a ella e incluso después de que me la quitaran, conservé los mismos hábitos, siento que de esta forma conservo una parte de ella conmigo.

Luego de una ducha rápida y un desayuno estrictamente preparado revise mi agenda y me dispuse a salir, me disgusta el viaje que tendré que hacer al país “E” pues no solo es subdesarrollado, sino que además pone muchas trabas cuando se trata de establecer una nueva franquicia, pero sabía que lo haría, era el mejor en mi línea de trabajo.

Después de 8 horas de viaje desde el país “S” hasta el país “E” desembarque del avión en el aeropuerto que se encontraba en las afueras de ciudad “Q”, me encontraba junto a mi asistente Karl Radford, hombre muy eficiente en su trabajo, no en vano lo había conservado por muchos años, él es quien maneja mi agenda repasando así todas las reuniones del día, es muy meticuloso y dedicado siempre se antepone a mis necesidades tanto así que ya tenía listo el equipaje para salir de inmediato.

-Señor Leman desea conocer el centro comercial el día de hoy o lo agendará para mañana, menciono Karl haciendo que me enfocara.

- ¡Hagámoslo hoy!, mientras más rápido conozca el lugar mejor será la propuesta que elabore para la adquisición y remodelación del mismo le contesté.

Mientras nos subíamos al auto de alquiler escuche como Karl le ordenó al conductor que se dirija al centro comercial SKY y luego deje las maletas en el hotel, al ver la cantidad de autos que circulaban me aturdí por un momento, a lo que Karl añadió: procura evitar el tráfico al señor Leman no le gusta perder el tiempo en embotellamientos. El conductor asintió con la cabeza y se puso en marcha.

Va a ser un largo viaje Señor Leman, ¿gusta descansar? Pregunto Karl.

Tomaré una siesta, despiértame 30 minutos antes de que lleguemos a nuestro destino. Le respondí...

« ¡Sebas ya bájame!, llevamos 2 años de casados, hasta cuando seguirás cargándome al pasar por la puerta de la casa…

Lo haré por siempre cariño igual no representa ningún esfuerzo para mí.

Me vas a malcriar si sigues así, luego no habrá quien me quiera si algo te llegara a pasar.

El que se atreva a fijar la vista en mi mujer es hombre muerto.

Y como lo mataras, si ya estás muerto

Sencillo querida: ¡Revivo y lo mato!

Ja, ja, ja, Sebas eres único, pero ahora si ya bájame…

****************

¿Dónde estoy? ¿Por qué está todo oscuro?, no puedo mover mis manos, ni mis piernas, estoy encadenado en una silla. ¡ROSE, ROSE ¿dónde estás? contéstame cariño!

-Sebastián ¡Ayuda!... Ellos me atraparon, ayúdame ¡ayúdame!

Solo podía ver como dos enmascarados sujetaron e inyectaron a mi esposa; con total frustración intente librarme de mis ataduras, pero fue imposible no se movieron ni un centímetro.

De la oscuridad una figura misteriosa se reirá de manera siniestra:

• Ahora sí, toda su fortuna recaerá en las personas correctas, otro trabajo completo y como bono tuve la oportunidad de ver la caída de un gigante de los negocios, ¿quién diría que era un esposo tan devoto?, por eso dicen que no hay fiera que una mujer no amanse, ja, ja, ja. »

-Señor Leman despierte estamos por llegar.

-Gracias Karl, sequé el sudor que la pesadilla había provocado en mí o debería decir el recuerdo, no lo había tenido en un año, pensé que por fin lo había superado, es hora de avanzar me dije a mi mismo…

Bajamos del auto y dimos una vuelta por el centro comercial, lo veía prometedor, tenía gran afluencia de gente, muchos y diversos locales, de pronto me pareció escuchar su voz…

« ¿Rose?, no es posible…»

• ¡Quiero de tu helado!, chocolate y cereza sabrán mucho mejor.

No puede ser, busqué a mí alrededor intentando saber de dónde venía la voz, luego de un momento encontré que venía, es de aquella pareja que paso por nuestro lado. Es ella, es Rose, tal vez un poco subida de peso, pero… Esa es su sonrisa, su mirada, sus expresiones, la reconocería en cualquier lugar…

De inmediato le ordené a Karl que alejara a ese hombre de ella, no me dio mucho tiempo antes de que mi cuerpo reaccionara sujetándola en mis brazos, «cuanto la había añorado, ese era su olor, su calor me hizo sentir en casa». De pronto un helado cayo en mi cara, no pasó mucho tiempo cuando un dolor me invadió en las partes bajas…

Un par de hombres que pertenecía a la seguridad del centro comercial nos sujetaron, y vi con disgusto como ella se aferraba y escondía detrás de aquel hombre que antes la acompañaba…