— ¡Llegué! —Avisó entrando en el departamento.
Vio una mesa con velas y una cena, las luces estaban apagadas y los iluminaban muchas velas alrededor de la casa, había un ramo de flores con su nombre.
—Sorpresa—Ella rio y lo abrazó.
— ¿Qué es todo esto?
Él no sabía cómo decírselo, todo lo que había practicado se había ido al diablo, estaba en blanco.
—Chloe, estoy muy enamorado de ti—Acarició su mejilla— Y yo solo quería que fuera oficial... ¿Quieres ser mi novia?
Ella sonrió y asintió.
—Creo que es obvio que sí—Besó sus labios sin vergüenza.
Porque él la había cambiado, había hecho que notara lo valiosa que era y mucho más por tenerlo.
Esas cicatrices que tanto la denigraron ahora las ignoraba, porque no tenía tiempo para pensar en eso, solo en él y en lo feliz que era a su lado.
No todo es lo que dejas ver físicamente y él se lo había demostrado.
Se dio cuenta que las cicatrices eran algo sin importancia, al fin y al cabo cada persona carga sus propias cicatrices.
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Editado: 26.09.2018